“La USO debe hacer una reforma que modernice los estatutos”. Entrevista a su presidente Edwin Palma

Imagen de referencia tomada de Facebook

La Unión Sindical Obrera – USO tiene grandes retos para este 2021. Sobre la organización, el tema de la pandemia, la movilización social, sobre política y la candidatura al senado conversamos con Edwin Palma, presidente de este sindicato.

Para la sociedad en general y para las organizaciones sindicales este es un año de grandes retos. La crisis económica que se agudizó con la pandemia implica la búsqueda de salidas en la que todos tendremos que aportar, por eso estamos conversando con líderes sindicales y de ONG´s sobre los temas de este 2021.

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¿Cuáles son los retos de la Unión Sindical Obrera –USO para este 2021?

La USO tiene bastantes retos. Primero: Seguir defendiendo la propiedad pública de Ecopetrol y construir una propuesta de transición energética que una a distintos sectores alrededor de ella, porque la pandemia aceleró la discusión del cambio climático.  En Colombia hay mucho discurso sobre el tema de la transición energética, pero nadie concreta cómo se cocina eso. No es simplemente dejar de usar el petróleo y el carbón. La transición energética es un tema que incluye muchos ámbitos, muchas disciplinas, desde la economía, por ejemplo, para resolver la pregunta de cómo vamos a reemplazar esos recursos que genera hoy la energía fósil, hasta la necesidad de que, como seres humanos, transformemos la forma de vivir para disminuir el consumo de energía. El reciente anuncio de Ecopetrol de adquirir ISA consideramos que es una privatización por la puerta de atrás.

Segundo: La USO, en este año, debe de hacer una reforma que modernice los estatutos.  Que nos abramos a todos los trabajadores de todas las energías, no solamente las energías viejas. Seguiremos insistiendo en la unidad con Sintracarbón y Sintraelecol. La USO tiene que reducir la burocracia sindical, (hay burocracia sindical en la USO, como seguramente lo habrá en otras organizaciones sindicales). Hay que reducir el número de miembros de la junta directiva nacional, incluir normas de discriminación positiva para las mujeres, los jóvenes y los tercerizados, porque si bien es cierto que aquí hay una igualdad de derechos frente a los asociados, la realidad es que hoy no tenemos a ninguna mujer ni a ningún trabajador tercerizado en la junta nacional. Este es un sindicato de industria, sin embargo, 19 de 20 dirigentes somos de Ecopetrol. Y el mas joven de la junta soy yo, con 37 años.

Tercero: Debemos planear como llegar a la convención colectiva sectorial, por rama. Seguimos funcionando como un sindicato de empresa, presentando pliegos a las empresas y si bien es cierto uno puede encontrar en los libros de historia que la USO, desde 1948 está pensando en ese tema, (pliego sectorial, negociación sectorial), no lo hemos podido concretar. Hay un acuerdo marco sectorial en el sector público y el banano y ¿por qué el sector petrolero no puede tener un acuerdo marco sectorial?

Y están los retos cotidianos de las organizaciones sindicales: luchar por la estabilidad laboral, por el progreso de los derechos de los trabajadores, incrementar las tasas de sindicalización y de negociación colectiva, combatir la tercerización y los pactos colectivos.  

¿Cuáles cree que son los retos del movimiento sindical?

Proponernos restos alcanzables. Hay que tener en cuenta la correlación de fuerzas. Los retos serían impedir que se materialicen las reformas tributarias, laboral y mucho menos una pensional, ojalá poder tumbar, en las cortes, el decreto 1174 y el articulo 193 del PND. Poder pensar en la negociación colectiva de segundo nivel, es decir, por rama de actividad económica, como mecanismo para ampliar la cobertura de la negociación y disminuir las brechas de desigualdad.

El movimiento sindical tiene el reto, muy importante, de articularse con otras organizaciones de la sociedad civil para incrementar su fuerza, su capacidad de movilización y su incidencia política. Otro reto del movimiento sindical tiene que ser modernizarse, tiene que comprender que el mundo del trabajo cambió, hay cosas alrededor del trabajo que nunca volverán a ser como antes de la pandemia, por ejemplo, todo lo asociado al teletrabajo, a la externalización del trabajo y todos esos fenómenos de transformación acelerada del trabajo tiene que ser comprendida por el sindicalismo para que adopte nuevas formas organizativas, nuevas formas para articular con otros movimientos y nuevas formas de lucha colectiva. Todo eso tendiente a pensar que el sindicalismo puede estar en un escenario del poder y estando en el poder hacer las transformaciones que requieren las inmensas mayorías que no están representadas en organizaciones de tipo sindical.  

¿Cómo ve el recrudecimiento de la pandemia que se ha dado con el inicio de año?

La pandemia en el mundo está siendo combatida con la ciencia a través de la vacuna. Hay países que han venido ejecutando el plan de vacunación de manera acertada, masiva, gratuita, esos países saldrán más fácil de esta situación. Sin embargo, producto de un mundo globalizado y de decisiones políticas equivocadas, porque hay que ponerlo en ese plano, hoy Colombia no tiene el primer ciudadano vacunado.  La pandemia va a permanecer durante el 2021 y en países como Colombia, yo creo que, en menos de 6, 7 u 8 meses no vamos a tener los primeros vacunados. Hoy estamos en peores circunstancias que en junio del año pasado, el primer pico; están las UCIs llenas, el sistema de salud colapsado, más muertos, más contagios y eso tiene un efecto, sin duda alguna, en la economía; genera más crisis en el empleo. Ojalá eso nos permita reflexionar que son las decisiones políticas que no han permitido sortear de mejor manera esta pandemia.

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¿Cómo ve el tema de la movilización social durante este año?

Habrá mucha agitación social. Quizás la misma pandemia impida que sean marchas multitudinarias como las que alcanzamos a ver en noviembre de 2019. Sin duda alguna hoy el virus es más agresivo, aparecen nuevas sepas, la cadena de contagio está más fuerte y muchos nos estamos cuidando de no ser afectados. Sin embargo, el mitin y la acción social son importantes, los movimientos sociales siguen haciendo. El movimiento sindical, a pesar de su debilidad, su fragmentación, ha hecho cosas importantes, sin el movimiento sindical, sin duda alguna, las condiciones de los trabajadores el año pasado habrían sido peores, incluso así lo reconoce la Andi en sus análisis; a los trabajadores sindicalizados les fue mejor que a los no sindicalizados, de ahí lo importante de estar en sindicatos.

Esperemos que esta indignación social nos sirva para pasar de la protesta a la acción política, la transformación política. 2021 en esencia, a pesar de que no haya jornadas electorales, es un año político, es un año de transformaciones, de debate político y ahí los trabajadores tenemos que jugar un papel importante para tratar de canalizar toda esa indignación, toda esa energía en un proyecto unitario que nos permita llegar a los escenarios de poder en el año 2022.

¿Cuál debe ser el papel del sindicalismo y los trabajadores frente a las reformas?

El sindicalismo algo ha aprendido, incluso escuché, hace poco un foro de los empleadores que decían que hay que aprender del sindicalismo, que nosotros tenemos varios frentes de batalla contra las iniciativas que atentan nuestros intereses: la movilización, que sin duda es el principal, la comunicación, que hoy juega un papel muy importante, así muchos desde el sindicalismo denigren de la importancia de los medios de comunicación, de las redes sociales, estas juegan un papel muy importante. Se ha demostrado que cuando se ponen temas ahí que indignan a la ciudadanía son reconsiderados por el gobierno lo que demuestran su eficacia.

Sin duda alguna hay que jugar en el congreso, en los debates públicos, en los debates políticos, haciendo alianzas, donde también se ha logrado, a través de estas alianzas, oponerse en las medidas que tocan los intereses de los trabajadores y en el escenario judicial, en las cortes también hemos logrado dejar sin efecto varias iniciativas en contra de los intereses de los más vulnerables y lo demostramos en esta emergencia económica.

¿Cuál cree que sea el papel de los trabajadores y del sindicalismo en las campañas electorales que comenzarán este año?

Lo principal es comprender el papel del Congreso, la tarea del Congreso, porque a veces se tiene la lectura de que el congreso no sirve. Resulta que por ahí ocurren los grandes debates políticos, los debates legislativos. Que el Congreso históricamente lo copta el gobierno, bueno, eso depende también de que intereses están gobernando, yo estoy seguro que, si va a gobernar un interés alternativo, progresista, el Congreso en su mayoría deberían estar al servicio de las amplias ciudadanías desprotegidas.

Las organizaciones sindicales deberían o deben estar haciendo mucha pedagogía alrededor de la importancia de que el sindicalismo participe de los debates políticos y electorales. A veces en el confort de tener un trabajo estable, un contrato a término indefinido, unos fueros sindicales, una estructura sindical, nosotros no pensamos en la inmensa mayoría, cerca del 50% de la población que está en la pobreza, la informalidad, cerca del 20% de la población económicamente activa en el desempleo, no pensamos en que hay que legislar, en que hay que soñar, que hay que trabajar para ellos. Hay que salir del ensimismamiento, ese debe ser el principal papel que deben jugar el movimiento sindical y los trabajadores en el marco de las próximas elecciones.

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¿Qué decir de la recuperación de la industria petrolera en el país?

En Colombia, la industria se recuperó; llegamos a los precios anteriores al inicio de la pandemia, están nuevamente reactivando los proyectos y se está explorando, infortunadamente ha sido un fracaso el modelo de exploración porque no se han encontrado nuevas reservas y por eso solo se está hablando del fracking y no de yacimientos convencionales normales.

La industria petrolera va a estar activa unas décadas más, va a seguir rentando en favor de la nación. Hay que ver la discusión política sobre en qué invertimos eso, se invierte hoy en programas sociales, en educación, incluso en el acuerdo de paz, recordemos que hay un acto legislativo que establece que un porcentaje de las regalías debe ir a la implementación de los acuerdos. Tenemos que seguir luchando para que se siga aportando en favor de los intereses de la nación.

La industria petrolera no se va a detener.  Falta ver cuál es la agenda alrededor del petróleo que imponga el nuevo gobierno de los Estados Unidos, frenar por ejemplo los proyectos petroleros, del fracking, los oleoductos en Estados Unidos, eso puede tener repercusiones y alteraciones en el mercado mundial alrededor de los precios del petróleo.

Si los precios caen, no solamente se deprimen los ingresos de la nación, sino que tiene un impacto en las regiones y también en el empleo. Si los precios suben, al país le sirve, a los proyectos que hay en las regiones le sirve y también hay generación de empleo, muchos de los críticos de la industria dicen que es un empleo marginal, pero igual no deja de ser empleo y hoy en esta situación de grave desempleo, cualquier empleo que se genere es importante, porque detrás de un trabajador hay una familia y detrás del trabajo hay la materialización de otros derechos sociales de segunda y tercera generación.

Finalmente, ¿cómo van los preparativos para su campaña al senado?

Estamos trabajando duro. Lo dejaría ahí no más.

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