En el contexto laboral y la vida cotidiana, las trabajadoras y los trabajadores presentan situaciones que por su grado de dificultad ameritan el acceso a un servicio con abordaje psicosocial.
Por Yuly Sánchez García y Nargy Lugo Sierra
En la actualidad, el trabajo funge como uno de los focos fundamentales en la constitución de la persona a nivel individual y social, toda vez que (desde un escenario ideal) permite experimentar grados altos de autoestima como resultado de fortalecer ámbitos profesionales y personales. Además, el trabajo proporciona seguridad económica y estatus social. Ciertamente es conexo a las diversas áreas del ser humano, y, por tanto, debe ubicarse en un piso elevado para permitir la materialización de la justicia social, comprendiendo que es mediante este escenario cotidiano, que se accede a un abanico importante de derechos humanos.
Sin embargo, el mundo laboral convive diariamente con una lista larga de problemáticas como desempleo, persecución sindical, accidentes laborales, tercerización e intermediación ilegal, acoso y sobrecarga, salarios inadecuados, y trabajo forzado, entre otros, que afectan la salud de las personas, tanto física y mentalmente, teniendo en cuenta que, según la OMS “la salud es un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades”, así, efectivamente la presencia de alguna de estas circunstancias transgrede la vida misma.
Sumado a lo anterior, la vida cotidiana y el conjunto de relaciones sociales que allí se tejen se caracteriza también por una larga lista de desequilibrios en la vida familiar, social e individual, que limitan estadios de tranquilidad y armonía en el día a día.
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En este orden de ideas, los desencuentros generados por los afanes propios de la contemporaneidad, se traducen en factores de riesgo psicosocial presentes tanto en el ámbito laboral: estrés laboral, violencia antisindical, acoso laboral y sexual, discriminación laboral; como en la esfera individual y familiar: relaciones familiares disfuncionales, dificultad en las relaciones interpersonales, complicaciones en el manejo y/o expresión de emociones, cambios en el estado de ánimo, falta de estrategias de afrontamiento, entre otras circunstancias que socavan la posibilidad de una vida laboral, personal, familiar y social en condiciones dignas.
Los avances de la sociedad pueden resultar difíciles de enlistar y sus significados no podrían ser otros que el de desarrollo y evolución humana; estos progresos están ligados en su mayoría a la tecnología, y está bien, finalmente alivianan cargas y solventan tareas difíciles de ejecutar mediante la fuerza física exclusiva de una persona. Sin embargo, vale la pena preguntarse ¿no hay otros ámbitos, diferentes al tecnológico, en los que la sociedad en su conjunto debería avanzar también con la misma premura?, esferas donde prime el sentido humano y se marque una distancia marcada con los intereses de competitividad y productividad propios de un mundo en el que a veces respirar en calma resulta una odisea.
La respuesta debería ser un SI en mayúscula sostenida y los avances deberían estar relacionado con la salud mental y emocional que bastante se han dejado de último en el checklist de asuntos a trabajar de manera coordinada entre instituciones y entes gubernamentales que ubiquen en la agenda política la importancia de abordar la salud integral desde un enfoque psicosocial, como un tema de salud pública.
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Los Centros De Atención Laboral y el servicio de Atención Psicosocial
El trabajo pese a sus insondables beneficios para la vida humana ha sufrido de cambios lesivos y sistemáticos que han resquebrajado de a poco la seguridad que este contexto debería proveer a todas las personas sin distinción alguna, en vista de ello, espacios como los Centros de Atención Laboral – CAL– , se han constituido como una estrategia institucional que abogan por la defensa y promoción de los derechos laborales mediante el acompañamiento legal y psicosocial dirigido a trabajadoras y trabajadores de la caña de azúcar, puertos, flores, minería y palma de aceite, sectores priorizados por el Plan de Acción Laboral en el marco del TLC con los Estados Unidos.
En este último componente, lo Psicosocial refiere a la visión integral de una situación desde aspectos generados de la interrelación de la persona con sus dinámicas laborales, familiares y socioculturales y la influencia (normalmente negativa) que estas generan en el desarrollo de sus comportamientos, pensamientos y emociones. Producto de una cultura que no prioriza la salud mental, estas afectaciones suelen ser omitidas tanto por los escenarios encargados de vigilar que los factores psicosociales no se conviertan en riesgos psicosociales que pueden generar daños permanentes, como por las personas sobre quienes recae la situación de riesgo psicosocial, en el caso del mundo de lo laboral, sobre mujeres y hombres que entregan el combustible esencial para que los medios de producción puedan ser activados: su fuerza de trabajo, su vida, su salud.
En consecuencia, el surgimiento de la atención psicosocial dentro de los CAL, busca promover un espacio a través del cual, trabajadoras y trabajadores puedan dialogar de sus dificultades, emociones, pensamientos y comportamientos. Esta dinámica también se orienta a crear consciencia ante los beneficios de dar lugar al cuidado mental y emocional como herramienta de desarrollo de la calidad de vida individual y colectiva, ubicando el empoderamiento, la dignificación y el reconocimiento como principios rectores del proceso.
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Desde esta área las intervenciones psicosociales se dirigen, mediante acciones conjuntas, a la solución de las situaciones conflictivas identificadas, o por lo menos al desarrollo de estrategias de afrontamiento que reduzcan la vulnerabilidad ante los riesgos psicosociales a los que se encuentran expuestas las personas en el trabajo. En este punto, se resalta que el acceso al servicio será siempre de forma voluntaria, pues de esta manera hay reconocimiento de la dificultad y disposición al cambio de la misma.
Este es el panorama de la atención psicosocial en el marco del proyecto CAL, y desde allí, se hace extensiva la invitación para que trabajadoras, trabajadores u organizaciones sindicales correspondientes a los sectores laborales priorizados, accedan al servicio gratuito acudiendo a los puntos físicos de los CAL (teniendo en cuenta el plan de alternancia) o escribiendo a los canales de comunicación establecidos para cada territorio.
Las posibilidades de desarrollo que generan los espacios de escucha y expresión, nacen de la resignificación de las experiencias vividas y en conjunto dan luz a la comprensión de aprendizajes que se plasman como invitación continua a la atención y no omisión de las necesidades físicas, psicológicas y sociales que surgen a partir de la vulnerabilidad.
*Los Centros de Atención Laboral es un proyecto implementado por la Escuela Nacional Sindical y financiado por el Departamento de Trabajo de los Estados Unidos (USDOL).
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