El Ingenio la Cabaña ha sido un caso emblemático para los corteros de Caña. Desde hace casi 20 años luchan por su formalización y a pesar de las protestas, de la presentación de los pliegos de peticiones y de la sangre derramada, la empresa se ha negado rotundamente a parecerse a las otras donde los trabajadores tienen mejores condiciones de contratación.
Conversamos con Jhonson Torres, uno de los líderes de los corteros de caña a propósito de los 10 años del Plan de Acción Laboral Obama Santos. Torres nos contó acerca de los avances que han tenido los derechos de los trabajadores en el sector de la caña de azúcar, uno de los 5 que fueron incluidos en el PAL junto a minería, palma de aceite, flores y puertos. En general, los y las trabajadoras de la caña han visto avances significativos, pero hay algunos casos que les preocupa.
Uno de esos casos es el Ingenio la Cabaña. Allí los empresarios se niegan rotundamente a formalizar a los trabajadores y a negociar con la organización sindical. No ha sido posible a pesar de múltiples llamados del Ministerio de Trabajo y de los departamentos de Trabajo de Estados Unidos y de Canadá.
Con Jhonson también hablamos sobre las generalidades de las luchas de los trabajadores en el sector de la caña. Él nos contó como el Plan de Acción Laboral les sirvió para ratificar y seguir con los procesos organizativos que traían desde hacía varios años. También nos dijo sobre los beneficios que han tenido los trabajadores y manifestó su preocupación por la tecnificación que se vive en los ingenios.
Esta entrevista hace parte de una serie que estamos publicando por estos días en la Agencia de Información Laboral. Venimos conversando con activistas y sindicalistas de los sectores priorizados por el PAL para evaluar cómo han sido estos 10 años de aplicación del documento que permitió la aprobación del TLC entre Colombia y estados Unidos.
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¿Cómo han cambiado las condiciones para los trabajadores del sector de la caña en los últimos 10 años?
La lucha de los corteros de caña viene desde hace mucho tiempo, desde antes de la firma de Plan de Acción Laboral. En 2003 ya habíamos comenzado unas luchas con un primer paro en el Ingenio la Cabaña. Después en el 2005 se hicieron paros en el resto de ingenios. Esas movilizaciones lograron que de ingenios como Incauca y otros, salieran los contratistas y se implementaran las cooperativas de trabajo asociado. También conseguimos el derecho a la vivienda y a la educación en ese entonces. En el año 2008 hicimos los paros contra las cooperativas de trabajo asociado. La lucha de nosotros siempre ha sido por la formalización laboral. Siempre planteábamos que nosotros como corteros de caña hacíamos parte de la empresa, éramos parte de la misión. En el 2008 logramos los derechos a la negociación colectiva y el derecho a tener sindicatos. En Incauca firmamos un acuerdo en el cual nos aceptaron a Sinalcolteros como el sindicato que representaba a los trabajadores de las cooperativas de trabajo asociado, eso y logramos muchas otras cosas; logramos tener recreación y paseos para las familias, torneos de fútbol y primas extralegales como la prima de navidad. Pero, ante todo, ganamos el respeto y el reconocimiento.
Después vino el tema del Plan de Acción Laboral. Yo fui personalmente a Estado Unidos con otros sectores visibilizando que había una situación de persecución y de violencia muy complicada. En el marco de esas visitas y de esas discusiones, con el acompañamiento de la AFL-CIO se da el PAL.
Después de 10 años, si hacemos un balance de los compromisos en el sector de caña, podemos decir que, con ayuda del Plan de Acción Laboral, con la pelea que dimos y con voluntad de los empresarios se lograron formalizar más de 7 u 8 mil trabajadores corteros de caña, con convención colectiva y con contrato de trabajo a término indefinido y con sindicatos a bordo. Pero no en todos los ingenios, porque en el ingenio la Cabaña no ha sido posible a pesar de que dimos las mismas luchas que en los demás. Es un tema de voluntad de los empresarios.
¿Por qué digo que es un tema de voluntad? Porque esa misma pelea que dimos en todos los ingenios, la dimos en el Ingenio la Cabaña.
En lo que tiene que ver con la regulación, primero salió el decreto 2025 y la ley 1429 en la cual decía que los trabajaos misionales permanentes deberían ser contratados directamente por la empresa. Después se planteaba los acuerdos de formalización laboral, esa formalización fue fruto del PAL. En la ley hay cambios positivos. También está la implementación de inspectores de trabajo, que iban contratar como 800 inspectores de trabajo. Se revivió el Ministerio de Trabajo. También salió el artículo 200 que penalizaba a los empresarios que hicieran persecución sindical.
Con todo ese marco normativo, en el 2013, en el Ingenio la Cabaña se creó una subdirectiva de Sintrainagro, se presentó el pliego a los contratistas y a la empresa para cumplir con el decreto 2025 y la ley 1429. Había más de 1200 o 1300 corteros de caña. Buscábamos que pasará lo mismo que en los otros ingenios, ¿si los demás lo habían hecho, porque la Cabaña no podía formalizar a sus trabajadores? Pero lo primero que hizo la empresa fue negar y no reconocer al sindicato. Lo segundo fue negarse a negociar, los contratistas y la empresa. Íbamos a hacer un proceso de huelga y lo que pasó fue que nos echaron 130 trabajadores, toda la junta directiva y nos mataron un compañero, Juan Carlos Pérez. Pusimos en conocimiento del Ministerio del Trabajo, en ese entonces estaba Pardo y la empresa de frente les dijo que no iba a formalizar porque no se le daba la gana. Metimos querellas, demandas, pero hemos perdido todas las demandas. Se hizo una querella donde se le multó al ingenio la Cabaña y a los contratistas por 11 mil salarios mínimos y el mismo Ministerio saca una resolución tumbando esa resolución, no solo quitaron la multa sino también la sanción. Hicimos todo y el Gobierno colombiano fue incapaz de garantizar la Ley 1429, el decreto 2025, las leyes laborales y ni siquiera aplicó el artículo 200 del código penal.
Sobre el tema del Ingenio la Cabaña hay un informe de los Departamentos de Trabajo de Estado de Estado Unidos y de Canadá donde dicen que el Gobierno colombiano ha sido incapaz de solucionar ese conflicto. Por esa parte no ha servido la ley que ha sido positiva y no hemos visto avances en ese tema del Plan de Acción laboral porque si no se ha podido solucionar el tema de la Cabaña, ¿cómo vamos a seguir con la formalización en otros sectores si ni siquiera en los sectores priorizados se ha cumplido totalmente?
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Previo a la firma del PAL, había mucha intermediación laboral, ¿ha habido cambios? ¿Cómo son las prácticas de tercerización actuales?
Hace 10 años en caña estaban las cooperativas, los contratos sindicales. Las cooperativas se acabaron, todas en el sector azucarero, pero quedan otras formas de tercerización, no en los corteros, sino en trabajadores de otras áreas. Quedan algunos contratistas. Hay trabajadores tercerizados mediante SAS y contratistas.
¿Podríamos decir que el tipo de contrato más frecuente en el sector es el contrato directo con la empresa y a término indefinido?
Podríamos decir que en general sí. No podría dar el dato entre los contratados en fábrica y en corte, pero en general sí. Pero también hay un porcentaje de otras labores que aún siguen tercerizados. Hay que reconocer que por ejemplo que ingenios como Incauca y Providencia están quitando los contratistas, los están acabando paulatinamente y están formalizando, hablo por esos dos que conozco la situación. Sería bueno resaltar esos dos ingenios, sería importante porque lo están haciendo efectivamente. Nos están llamando a los sindicatos para formalizar en otras labores, por ejemplo, en la subdirectiva Incauca cosecha hoy tenemos 1200 afiliados y de ellos solo 400 son corteros, el resto son de otras áreas. Ahí hay un paso positivo, el problema es que, en otros ingenios como la Cabaña, no existe, y no le da la gana. Esto es muy importante resaltarlo porque hoy en el sector azucarero no todos son iguales. Hay que tomar las medidas del PAL para el sector azucarero por ingenios, así podríamos hacer una medición más exacta porque es una contradicción generalizar, porque la generalidad está siendo más positiva, pero el tema negativo sigue allí.
Podríamos decir que en términos generales el PAL impactó positivamente al sector caña, pero que hay algunos casos específicos donde no ha sido posible su aplicación
Exactamente, se podría decir así. Eso es importante y en algunos ingenios todavía subsisten los contratos sindicales, por ejemplo, en el Ingenio Risaralda y en Riopaila Castilla, o sea, que hay cosas que no han sido posible erradicar.
¿Cómo ha cambiado el tema de la discriminación sindical? ¿Los empresarios miran con otros ojos a las organizaciones?
Eso ha cambiado positivamente, a excepción de La Cabaña. En general los empresarios tienen más respeto y han cambiado su actuar frente a los sindicatos.
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¿Cómo ha evolucionado la negociación colectiva en el sector de la caña?
Ha mejorado, eso es indiscutible.
10 años después del PAL, ¿las condiciones de los y las trabajadoras del sector de caña viven mejor? ¿con más y mejores salarios?
Si viven con mejores condiciones, porque a través de las negociaciones se han mejorado. La única preocupación que tenemos es que en el sector hay mecanización y tenemos buenas condiciones los que estamos, pero no se están creando nuevas fuentes de empleo. Los empresarios dicen que es por el tema de la competitividad, pero hay una situación que obviamente hay que mira. También deben considerar, que en muchos municipios esas son las únicas fuentes de empleo y ojalá se puedan brindar nuevas fuentes de trabajo emanadas del sector. Yo sé que el sector va hacía un proceso de tecnificación, pero también que eso sea para que la gente siga trabajando en los ingenios.
Finalmente, ¿qué les pediría a los congresistas de Estado Unidos con relación a la Implementación del Plan de Acción Laboral?
Varias cosas. Primero: que haya una presión para que el ministerio de Trabajo solucione el tema del Ingenio la Cabaña. Que haga una intervención directa para que ayude a solucionar el tema. Segundo: El Ministerio de Trabajo tiene que tener más herramientas y dientes para poder actuar y hacer cumplir el decreto 2025 y la ley 1429. Tercero: se deben asignar más fiscales y jueces para los temas sindicales. Que el gobierno asigne presupuesto para la creación de una dependencia dentro de la rama judicial que solo investigue y juzgue los temas de persecución sindical. Hoy solo hay un juez y está en Bogotá, eso es ilógico, que un solo juez tenga que ver con todos los casos a nivel nacional. Otro punto tiene que ver con dotar de presupuesto al Ministerio de Trabajo para que pueda adelantar los estudios misionales permanentes, porque eso cuesta dinero.
Finalmente, es muy importante que estos temas de seguimiento, no solamente se queden en informes, que se vean resultados concretos, por ejemplo, en el tema del Ingenio la cabaña. Lo concreto es una petición específica: que haya un acuerdo entre Sintrainagro la Cabaña y el ingenio donde formalicen las condiciones de los trabajadores.
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