El 7 de abril del 2011 los presidentes de Colombia Juan Manuel Santos y de Estados Unidos Barack Obama firmaron el Plan de Acción Laboral, PAL. Este documento pretendía mejorar las condiciones laborales de los trabajadores en 5 sectores específicos; caña, puertos, palma de aceite, minería y flores. El PAL fue una de las condiciones del Congreso estadounidense para poder aprobar el Tratado de Libre Comercio, TLC entre las dos naciones.
10 años después averiguamos por lo que ha pasado con las medidas acortadas en el PAL y lo hicimos con los trabajadores de los diferentes sectores. Entrevistamos a uno por cada renglón de la economía que se menciona en el documento y les preguntamos por las condiciones que viven hoy en día en sus trabajos.
En algunos de los sectores las cosas han cambiado. Todos afirman que ya no hay cooperativas de trabajo asociado, una de las modalidades predominantes antes del PAL y que este acordó abolir. También afirman que persisten casos problemáticos y puntuales. Algunos coinciden en decir que el gobierno colombiano actual no está cumpliendo los acuerdos y que con este hay un retroceso en materia laboral para los y las trabajadoras colombianas.
Vamos a presentar una serie de entrevistas con activistas de los 5 sectores. Hoy comenzamos con puertos. Allí hablamos con Héctor*, un hombre que lleva 14 años cargando las tractomulas y camiones que salen e ingresan a los muelles de Buenaventura, el principal puerto de Colombia en el Pacifico.
Héctor nos dice que las cosas no han cambiado mucho para los braceros, como se les conoce a quienes desempeñan esta labor. Las formas de contratación siguen siendo precarias y las posibilidades de afiliarse a un sindicato y de negociar son complicadas por la violencia que se vive en esta ciudad. También denuncia procedimientos irregulares de algunas empresas y la falta de seguridad social para su gremio.
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¿Cómo funciona la contratación de braceros hoy en día en las terminales portuarias de Buenaventura?
La contratación de braceros, en el 70% es directamente entre el conductor y el que va a prestar el servicio. El 30% restante lo manejan, en estos momentos, unos intermediarios que trabajan para las empresas. Ellos consiguen, lo que llamamos nosotros cuadrillas. ¿Qué son las cuadrillas? 8, 10, 15 braceros para prestarle el servicio, un ejemplo a 100 vehículos, a 50 vehículos, pero el intermediario cuadra un precio directamente con la empresa y va y les paga a las cuadrillas, sacando su presupuesto, les paga de una manera, un monto y el que realmente se queda con el dinero es el intermediario. A las personas que les prestan el servicio a los conductores, cómo decimos nosotros vulgarmente, les pagan chichiguas y la gente está cansada de esa situación.
¿Qué cambios ha percibido usted en términos de la contratación en los últimos años? ¿Las condiciones han seguido siendo las mismas después del paro del 2017?
Lo mismo. Siempre ha sido así.
¿Hasta que nivel existe la libertad sindical para los braceros? ¿Ustedes se pueden afiliar a un sindicato y negociar con los intermediarios?
Anteriormente se podía. En estos momentos, hoy en día, uno ponerse a hablar con un intermediario es buscando la muerte. Es que un intermediario se gana mensualmente, en contratación con una empresa entre 5 y 10 millones de pesos para él, a parte del salario que les queda a los trabajadores. Si usted va y le forma una guerra a un intermediario hoy en día, ese señor se va a buscar, cómo decimos aquí en Buenaventura, a los paracos y el que haga la guerra es objetivo militar y se muere. Se gana entre 5 y 10 millones de pesos mensuales le ofrece uno o dos millones de pesos a dos o tres paramilitares y usted se murió y listo, se arregló la situación.
Usted dice que anteriormente si se podía formar un sindicato, ¿desde hace cuánto cambió la situación que ya no se puede hablar con los intermediarios?
Los intermediarios empezaron a llegar hace unos 6 o 7 años, eso tienen ellos de haber llegado al muelle porque acá no había intermediarios. Todos los vínculos laborales eran directamente entre el trabajador bracero o estibador y el conductor.
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¿Con los intermediarios, la situación de ustedes empeoró?
Claro, profundamente. El intermediario no hace nada, cobrar el dinero.
¿A qué problemas se enfrentan ustedes como braceros y los demás trabajadores portuarios de Buenaventura?
Nuestros mayores problemas en este momento, a parte de ese de los intermediarios son algunas normas. Una de las normas es el curso de alturas, uno sabe que eso es exigencia del gobierno y eso es respetable. ¿Qué le pedimos nosotros al gobierno nacional y a las entidades portuarias? Que debido a las afectaciones que causó la pandemia y que sigue causando, nos dieran una prórroga para la actualización de ese curso que se debe hacer anual. No nos han hecho caso, nos dicen que tenemos que llegar con el curso cómo sea.
Debido a la pandemia todo se paralizó, el SENA no está trabajando. ¿Qué les ha tocado hacer a muchos compañeros? Endeudarse para conseguir los 230 o 240 mil que vale la actualización del curso. Ninguna entidad portuaria, ningún representante ha dicho vamos a ayudarle a estos muchachos, ninguna.
Otro de los problemas sucede en muelle Compas. Llevamos pidiéndoles 5 años, que por favor, no logramos entender, cómo es posible que nos exijan una poligrafía, que eso también es, supuestamente un curso, pero yo tengo entendido que la poligrafía se le exige a personas cuando trabajan directamente o tiene vínculos con la empresa, nosotros somos visitantes, en los muelles, entramos, le cargamos el vehículo al mulero y salimos con el mulero, ni siquiera nos quedamos dentro de los muelles. No entendemos porque muelle Compas se ensaña con nosotros a exigirnos la poligrafía, cuando ni siquiera la hacemos, lo triste es que no la hacemos. Por la poligrafía cobraban 130, este año ya están cobrando 140 mil pesos. No pasamos por polígrafo, lo mismo pasa con el curso de alturas. Allá en muelle Compas nos dan un número telefónico, uno llama, allá contesta Pepito Pérez, uno le manda por Whatsapp los datos al señor, el señor le manda el número de cuenta, va uno al banco, consigna, a las 8, 10 o 12 horas ya el señor manda un correo a Muelle Compas donde Héctor ya hizo la poligrafía y ya usted ingresa. Le manifesté al gerente de Compas: nos están robando. Al jefe de seguridad que se llama Álvaro Mejía, le dije, Don Álvaro, mucho cuidado con esa poligrafía, busquemos la manera entre ustedes y nosotros, hombre, pongan un poligrafista aquí, un salón, unos instrumentos. Ni siquiera nos dan un documento, un certificado, nada, no nos dan nada.
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¿Cuántos años lleva usted cómo bracero?
Tengo 14 años
¿Cómo es el tema de seguridad social de ustedes los braceros?
La seguridad social de nosotros es un chiste, un chiste. Anteriormente pagábamos entre 30 y 50 mil pesos, pagábamos eso y entrabamos a los muelles. Hace 6 años se accidentó un compañero en un deposito que se llama Almagrario, una volqueta le pisó el laso y lo jaló y lo envolvió y la llanta lo pisó, a raíz del accidente del compañero nos exigieron que teníamos que pagar 120 mil pesos, que con los 120 pagábamos riesgos y pensión, que la salud era subsidiada por el Sisben que tenemos nosotros. Bueno, listo, pagamos los 120, no le digo mentiras, van 6 años pagando los 120 mil pesos y estamos lo mismo como si pagáramos los 30 o 50 mil pesos. Nos pagan al mes un día de salud y un día de pensión, eso es todo. El día que meten los papeles al sistema para dejarnos ingresar y pare de contar. ¿Y sabe que es lo triste? Qué todos los jefes de la Sociedad Portuaria lo saben, todos saben, todos. ¿Pero saben por qué no nos prohíben el ingreso? porque saben que si no les trabajamos se les paran los depósitos de mercancía, se les paralizan.
¿Ustedes a quien le pagan ese dinero?
Allá en el muelle hay aproximadamente 5 cooperativas a las que les pagamos la seguridad social. Los compañeros estamos divididos y cada uno le paga a estas personas, porque en los años anteriores si había solamente una y a raíz de esa situación, de que no le pagaban la pensión a los compañeros, ni riesgos, entonces la gente se le empezó a salir y hoy en día hay 5 y todas son lo mismo.
¿Usted sabe qué fondo de pensiones tiene?
Yo trabajé 5 años en Tumaco Nariño, en una fábrica de aceites, he ido a mirar allá, a Porvenir mis semanas cotizadas y tengo exactamente las que tengo de Tumaco. Acá en Buenaventura tengo 14 años trabajando en muelles y tengo menos de un año cotizado. Eso es triste, como le digo a mis compañeros; “muchachos, listo, nosotros ganamos plata; una mula nos paga 100 mil pesos, pero que triste que uno gane 100 mil pesos y cuando uno llegue a los 50 o 60 años no tenga de donde devengar un sueldo o a donde uno acogerse, eso triste, muy lamentable la situación acá en Buenaventura.”
*Nombre cambiado para proteger a la fuente
*Los Centros de Atención Laboral es un proyecto implementado por la Escuela Nacional Sindical y financiado por el Departamento de Trabajo de los Estados Unidos (USDOL).
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