Así se construyeron los informes del sindicalismo para la Comisión de esclarecimiento de la Verdad

Este es un recuento de la manera cómo vivió Andrea Toro, integrante de la Comisión de la Verdad, el proceso de construcción de los informes del sindicalismo. Ella estuvo al frente del acompañamiento a las organizaciones sindicales durante todo este tiempo.

Estas palabras fueron compartidas por Andrea durante evento virtual de entrega de informes del sindicalismo realizado el pasado 19 de agosto. Ese día, la Comisión de la Verdad recibió 13 informes de organizaciones sindicales que han sido víctimas del conflicto en Colombia.

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El recuento de Andrea Toro

Hoy más que asistir al acto de entrega de estos 13 informes, asistimos a la celebración de un proceso de construcción y trabajo conjunto de muchas manos, muchos sentires, muchos saberes, muchas expectativas; pero también muchos dolores y ausencias. Este es un encuentro para honrar el trabajo de quienes se pusieron el overol y el casco; y con lápiz y grabadora en mano se dieron a la tarea de hacer memoria, reconstruir historias y rendir homenaje a quienes ya no están y a quienes han sufrido la violencia del conflicto armado en su ejercicio sindical.

Cuando las organizaciones sindicales en cabeza de las centrales CTC, CGT, CUT y FECODE en compañía de la ENS, CAJAR, Viva la ciudadanía y Codhes (organizaciones acompañantes) se acercaron a la Comisión hace ya más de un año a manifestar su intención de llevar a cabo una participación activa del movimiento sindical en la Comisión; comenzó un camino de construcción, de crecimiento, retos y aprendizajes; porque la ruta no estaba hecha y la fuimos construyendo entre todas y todos, con el acompañamiento de la Comisión y del Comisionado Carlos Beristaín.

Para construir esta ruta teníamos de insumo un par de jornadas de escucha realizadas por los Comisionados y Comisionadas en 2018 durante la etapa de alistamiento para la instalación formal de la Comisión, más muchas ganas y muchas expectativas y de vez en cuando algunas miradas escépticas.

Cada organización sindical de las ya mencionadas y sumándose la USO, Fensuagro y los Sindicatos del sector de la palma en Magdalena Medio, fueron conformando su equipo de investigadores, y en compañía de las organizaciones acompañantes y el equipo de la Comisión, echamos a rodar esta aventura de la escucha abierta y plural. Una de las primeras actividades fue con un pequeño pero gran grupo de veteranos sindicalistas que habían vivido el exilio y habían retornado a Colombia tras el acuerdo de paz. La esperanza de paz los trajo de vuelta y allí escuchamos la voz de la resistencia, de la persistencia y comenzamos a conocer de la “Convicción y la esperanza” que acompaña el rol y la vida de las mujeres y hombres sindicalistas.

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Allí dimos un paso más para seguir extendiendo el trabajo de la Comisión con las voces de sindicalistas en el exilio; pero en casa aun teníamos mucho por hacer. Realizamos encuentros con los encargados de derechos humanos de los sindicatos victimizados, y las voces de maestros, trabajadores de la salud, la justicia, campesinos, técnicos, obreros, maquinistas y profesionales en diferentes áreas comenzaron a hacer soñar la palabra y con el sentir de la importancia de la verdad, comenzamos a organizar encuentros, talleres y a identificar sin número de testimonios a escuchar por la Comisión.

Llegó el momento de la voz de las mujeres sindicalistas, y allí escuchamos cuan profundo puede calar la “estigmatización”. Las mujeres sindicalistas nos abrieron sus corazones y sus vidas, para contarnos como ser trabajadora, sindicalista y lidereza es una labor dura, ardua y muchas veces, solitaria. Ellas nos contaron de los ojos de sus hijos, hijas y familiares a veces acompañantes cómplices, a veces cuestionadores, y otras veces incomprensibles como cuando una de ellas nos contaba que hasta la patria potestad de sus hijos quería ser arrebatada por que “ser sindicalista en este país es un gran riesgo, y que los hijos vivan con una madre sindicalista los expone a la muerte”…

Luego esposas, esposos, hijos, hijas y hermanos confiaron en el equipo psicosocial de la Comisión de la Verdad y nos permitieron entrar al seno de sus hogares, escuchar sus voces, las ausencias, los trasnochos, las preocupaciones y angustias, y desde allí conocer los impactos y afrontamientos de vivir con un familiar sindicalista.

La labor de escucha de la Comisión ha sido una tarea articulada con las organizaciones sindicales. Así logramos llegar a voces de quienes, hoy pensionados, nos narraron sus vidas en épocas lejanas y convulsas, y como con sus estudios en básica elemental o técnicos de máquinas, tornos o carteros y telefonistas forjaron un talante de defensores del derecho al trabajo y una remuneración justa. Y nos preguntamos como la defensa del derecho que nos saca cayos en las manos, en los pies, nos tiñe el pelo, nos hace madrugar a jornadas extenuantes puede ser generador de violencias y hasta la muerte. Y es allí cuando los sindicatos se convirtieron en defensores del derecho a la vida y las manifestaciones reclamaban no solo derechos laborales, sino que exigían respeto al bien más sagrado: la vida.

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La escucha seguía y las apuestas metodológicas de la Comisión llegaban, y los equipos de investigación de la Comisión y de las organizaciones nos sentamos a compartir ese reto que teníamos por delante… la base de datos de la ENS y su experiencia, el acompañamiento de Cajar y Viva, Codhes, más la experiencia y conocimiento de los equipos y de los colegas investigadores de la Comisión de Verdad. Así la identificación de las violaciones a los derechos humanos de los trabajadores sindicalizados, lideres sindicales y apoderados judiciales, en el contexto del conflicto armado interno en Colombia comenzó a visibilizarse, entre contextos y patrones, datos, informes y metodologías, seguíamos avanzando. En esta diversidad de opciones posibles de investigación y documentación, concluimos en la importancia de una gran labor de escucha conjunta, con un análisis y metodología particular de cada organización sindical y sus investigadores acompañante, así como de la Comisión.

Así nos reunimos con Anthoc y conocimos de sus voces, el compromiso de los trabajadores de la salud en las regiones más impactadas por el conflicto armado interno. De Sintraunicol, la apuesta por la educación universitaria pública, y sus convergencias con otros movimientos sociales como el movimiento estudiantil. En esta escucha conjunta las oficinas de las centrales CTC, CGT y CUT se convirtieron en pequeños espacios de escucha, en donde los testimoniantes nos narraron sus vivencias y en medio de las marchas de noviembre acompañamos la entrega del informe de FECODE.

Sin hacer parte de estas reflexiones, otras organizaciones sindicales desde sus oficinas, regiones y con sus esfuerzos propios abrieron espacios de escucha para la Comisión y hoy nos entregan también sus informes; así, Sintraminergetica seccional Segovia nos llevó a los bellos balcones del Nordeste Antioqueño a escuchar trabajadores, extrabajadores, víctimas familiares y comunidad en general de este municipio tan golpeado por la violencia. Sintraofan nos contó de las vidas y el duro camino de amenazas y homicidios de los empleados públicos y empleados oficiales que asistían a la transformación del Estado, y los extrabajadores de Telecom nos contaron de la terrible experiencia de cárcel y estigmatización.

Con este camino recorrido es pertinente resaltar la importancia del trabajo particular e invidualizado de cada organización sindical, los investigadores y acompañantes, pero la apuesta conjunta de llevar a cabo una escucha amplia de sectores, organizaciones y regiones; y con ello resaltar la apuesta de los encargados de DDHH y directivos de las Organizaciones sindicales centrales, federaciones y sindicatos de base de apostar por los derechos de las víctimas a la verdad y hacerlo en un proceso dialogado entre ellas y la Comisión.

Para finalizar este recuento del proceso de escucha y construcción de los 13 informes que recibimos de diferentes organizaciones sindicales, quisiera compartirles una reflexión que nos hicimos cuando por la situación sanitaria que hoy vivimos, nos enfrentó a concluir nuestros encuentros presenciales de escucha, y las puertas de las oficinas fueron cerradas para dar paso a la continuación de la labor en casa.

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Las puertas de la vida

Durante la escucha de las voces de la sociedad colombiana que ha sido víctima del conflicto armado interno, se visitan muchos lugares tanto en las capitales como en otras ciudades de Colombia. Entre los lugares visitados se encuentran las oficinas de las organizaciones sociales y entre ellas las oficinas de las organizaciones sindicales, sector con el que venimos trabajando desde hace aproximadamente un año en la Comisión para el esclarecimiento de la Verdad.

Múltiples visitas preparando en extensas reuniones la toma de testimonios, entrevistas, rutas de indagación y documentación; la constancia en las visitas evidenció un factor común a estas instalaciones… Las pesadas puertas de seguridad… muchas preguntas y reflexiones al respecto… ¿Por qué la defensa del derecho al trabajo en condiciones de dignidad, requiere sendas estructuras? ¿Cuántas luchas y cuantas vidas de directivos y líderes sindicales representan el peso de las puertas de las organizaciones sindicales?

Algunas oficinas de organizaciones sindicales se ubican en edificios antiguos donde las luces parpadeantes de los pasillos y el olor a humedad evidencian el paso de las décadas, y cierto desgaste hasta de las formas organizativas; pero incluso allí hay una puerta de seguridad. 

Tras cruzar el umbral de seguridad no hay computadores de última tecnología, sistemas de información avanzados, cajas fuertes con títulos valores, lingotes de oro o algún otro artículo suntuoso, de esos a los que algunos dan gran valor; en el mejor de los casos una sala de juntas con un video beam, un papelógrafo y en las paredes las fotos de las grandes movilizaciones desde los 70 hasta los 90, algunos de sus líderes asesinados  y múltiples carteles coloridos con todo tipo de consignas, no solo por derechos laborales sino por el derecho a la vida, la salud, al agua, la educación.

Entonces ¿Qué resguarda una puerta blindada como umbral de una organización sindical?

Pues trabajadores y trabajadoras sindicalizados y líderes/as sindicales han fallecido en aquellos umbrales tras ser perseguidos por una bala sin alcanzar a cruzarlo; y aun buscan resguardar la resistencia de los que hoy con su voz rememoran su lucha y continúan su camino.

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