Análisis del Decreto 488 que permite el retiro de las cesantías

Imagen de referencia tomada de Forbes.co

El decreto 488 del 27 de marzo del 2020 expedido por el Presidente de la República es una medida equivocada para afrontar la crisis

Por Alejandro Parra Giraldo, subdirector ENS

El Decreto 488 expedido por el presidente de la República el pasado 27 de marzo es otra medida equivocada para enfrentar la crisis generada por el Coronavirus Covid-19. En eso coincide un creciente número de expertos en el mundo del trabajo en Colombia.

¿Por qué decimos que el decreto 488 es una medida equivocada? Porque afecta, no solo a los trabajadores, sino por extensión, a la sociedad colombiana. Además, puede poner en riesgo la sostenibilidad del tejido social una vez superada la crisis, al sustraer liquidez clave a los trabajadores durante futuras y previsibles situaciones de desempleo.

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Los siguientes son tres puntos por los que creemos es equivocado el decreto 448:

  1. A través del artículo 3 del decreto 488, se traslada al trabajador la carga de solventar la crisis, en lo relacionado con el sostenimiento diario de las familias, a través de sus cesantías.
  2. Pervierte el decreto 488 la vocación de las cesantías, cual es la de invertir en bienes durables cómo vivienda y educación.
  3. Con el decreto 488 se manda un mensaje a los empleadores para rehuir a la solidaridad y a la responsabilidad social empresarial que el momento exige.

Así las cosas, se ven mucho mejor las medidas tomada en otros países. En España, por ejemplo, el gobierno ha decretado que, durante el aislamiento, por espacio de dos semanas, se mantenga el pago de salarios con el compromiso de que los trabajadores, con posterioridad al aislamiento y una vez se normalice el curso de la sociedad, recuperarán las horas que les han sido pagadas.

Otra de las medidas que el gobierno debería implementar, y teniendo en cuenta la responsabilidad central que le cabe, es asignar de forma progresiva, creciente y menos condicional cada vez, subsidios y montos económicos directos a todos los ciudadanos para que mantengan activo el ciclo económico y puedan mantenerse con condiciones mínimas de vida digna durante el periodo de aislamiento. Para esto, el Estado podría echar mano de parte de las reservas internacionales y utilizar otros mecanismos como emisión de bonos y gestiones para disminuir la carga de la deuda externa, urgentes ante las dimensiones de la crisis. La política fiscal debe ser un instrumento para la protección de los derechos de los ciudadanos, en tiempos extraordinarios cómo este.

De manera que permanece el debate abierto.  Los ciudadanos estamos llamados a deliberar sobre esto, para evitar que se siga configurando lo que parece mostrarse como un déficit democrático creciente a través de la expedición de medidas como el decreto 488, bajo la sombrilla de las medidas de emergencia. Debemos impedir que se siga violentando el debate público.

Creemos que es necesario crear consensos alrededor de las salidas a la crisis generada por esta pandemia del Covid-19 para que no se siga acentuando el carácter autoritario que ya venía revelando el Gobierno de Duque.

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