Tres días de huelga de hambre para denunciar hechos antisindicales en su empresa

Imagen de cortesía

Silfredo Torres es el presidente de la Subdirectiva de Sintraimagra en Ciénaga. Trabaja desde hace 26 años para Gradesa S.A y desde hace 9 ha visto cómo la empresa ha empezado a perseguirlo. Todo pasa desde que se sindicalizó e influyó en sus compañeros para que también lo hicieran.

El último capítulo de toda la persecución fue una sanción de 15 días que la empresa le notificó el pasado 5 de octubre. La falta que le endilgaron fue un derrame de aceite crudo ocurrido en la planta después de haber terminado su turno a finales de septiembre. Silfredo dice que él y su compañero entregaron todo en orden y que si el derrame ocurrió fue porque la empresa ha venido postergando inversiones que debe hacer para el mantenimiento de la maquinaria.

A raíz de esta sanción, Silfredo tomó la determinación de protestar en la entrada de su empresa. El pasado miércoles se encadenó a un árbol. Llegaba en la mañana y se iba en la tarde, permaneciendo en huelga de hambre durante todo el día. Con este hecho quiso demostrar su malestar por el accionar de la empresa, la cual, ratifica Silfredo, viene teniendo conductas de presunto acoso antisindical.

Durante estos días sus compañeros de Sintraimagra, la CUT Magdalena y algunos medios de comunicación estuvieron pendientes de su situación. También la empresa se preocupó de una u otra forma por su situación y durante el jueves y viernes, salió alguien de SISO para tomarle sus signos vitales y asegurarse que todo estaba bien.

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El disgusto del dirigente sindical

Silfredo tiene una hipótesis del accionar de la empresa. Dice que las directivas están disgustadas porque el sindicato se niega a firmar la Convención Colectiva que la compañía propone y que mediante hechos como su sanción y las de otros compañeros, busca amedrentarlos para que lo hagan.

En abril pasado la empresa y el sindicato terminaron la etapa de arreglo directo con su prorroga. Después de eso, la compañía les ha propuesto por lo menos en tres ocasiones, un acuerdo, le ha presentado al sindicato una convención lista para firmar, la misma que no satisface a los trabajadores. En las distintas oportunidades no hay nada nuevo, solo cambia el orden de las propuestas, dice Silfredo López.

En la actualidad el conflicto está a la espera de que se convoque un tribunal de arbitramento que dirima la situación. Mientras tanto, los afiliados a la organización sindical cuentan con fuero circunstancial, lo que implica que la empresa no los pueda despedir.

Además, Silfredo considera, que, en el caso de la sanción, la empresa no fue transparente con él. Un día después del derrame fueron llamados a versión libre por sus superiores y les dijeron que estuvieran tranquilos, que no iba a haber sanciones y que los querían escuchar para mejorar los procesos y evitar situaciones como la presentada. No fue así, y días después corrió el rumor de que los llamarían a descargos, como finalmente sucedió. También en los descargos le sacaron otra falta que presuntamente había cometido hacía más de un mes y finalmente lo sancionaron con la suspensión.

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La empresa y sus acciones

Silfredo, como presidente de la organización sindical, conoce otros casos de persecución. Por ejemplo, sabe que hay compañeros afiliados a Sintraimagra a los cuales les han dado vacaciones sin que se les cumpla, mientras otros trabajadores, con vacaciones ya cumplidas, continúan laborando. Esta acción hace que a afiliados al sindicato les ingrese menos dinero por su trabajo y que sientan el hecho como una discriminación, pues con los que no son sindicalizados, la empresa no tiene el mismo proceder.

La organización sindical también conoce de las intenciones de la empresa de precarizar los contratos laborales de sus trabajadores. Suponen que la empresa quiere tener más contratos a término fijo y por obra o labor y contrarrestar, de esta manera, la posibilidad de afiliación al sindicato. También, desestimular, aún más, las afiliaciones de los actuales trabajadores e incentivar a los sindicalistas para que se desafilien de la organización.

Por el momento, Silfredo continúa en su casa, cumpliendo con la sanción que considera injusta. Su protesta buscaba visibilizar esa persecución que hay contra él y contra la organización sindical. Dice que está tranquilo, pero a su vez pide a sus compañeros seguir muy pendientes de los actos que la empresa pueda hacer contra los afiliados al sindicato.

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