Este es el caso de Adalberto Enamorado, como él fueron muchos otros integrantes del personal de la salud que quedaron sin trabajo con la liquidación de la IPS.
Ya es lugar común oír decir que los médicos y enfermeras son héroes, toda vez que son quienes ponen el pecho en la primera línea de defensa contra el coronavirus. Evidentemente lo son, y de hecho también encabezan las listas de infectados por el virus, además con el deber de persistir en sus puestos porque es su trabajo, y juraron cumplirlo.
Pero si los miráramos desde más cerca, más “héroes” nos deben parecer porque las condiciones laborales en que desarrollan su heroísmo son altamente precarias. Viven doblemente expuestos: al implacable virus, y a un sistema de salud que los empobrece, los degrada, tiene muy poca consideración por sus personas y sus oficios, y los enferma, los mata.
Es el caso de Adalberto Enamorado, un barranquillero de 56 años de edad, 27 de ellos médico general, los últimos 13 vinculado a la IPS Génesis, de Medellín. Hoy por fortuna libre del contagio del virus, pero asolado por la otra pandemia: la del sistema de salud, que en vez de incorporarlo, como era de esperarse en estos tiempos de pandemia, lo excluye. Hace tres meses Adalberto no recibe salario, la seguridad social la tiene suspendida, sus ahorros están agotados, y ve pocas probabilidades de encontrar trabajo en el corto plazo, según dice.
El pasado 27 de abril, al igual que a la totalidad de los trabajadores de la IPS Génesis (médicos generales, odontólogos, personal de enfermería, administrativos) a Adalberto le llegó una carta del gerente, en la que se le notificó que la EPS Medimás había cancelado sus contratos con IPS Génesis, y que a partir del 1° de mayo otro sería su prestador. Anunció además que dada su situación financiera se sometería a un proceso de liquidación.
La decisión de Medimás fue un golpe mortal para Génesis IPS, que dependía casi exclusivamente de los servicios que le presta a esta EPS en sus centros de atención en el Valle de Aburrá y varios municipios de Antioquia. Era su único cliente. Por lo mismo los contratos con su personal de servicios Génesis los suspendió de ipso facto.
La razón que adujo Medimás para suspender contratos con Génesis fue la falta de cumplimiento de metas en los servicios prestados por ésta, pese a estar al día en sus pagos. “La EPS ha pagado puntualmente a Génesis los dineros, y ésta los ha desaparecido y no nos ha pagado a los trabajadores”, aseguró al respecto Wilson Sánchez, presidente de Asintrans, sindicato de Génesis.
La crisis de esta IPS no es nueva. Se cocinó desde 2017, cuando se empezó a retrasar en pago de salarios, recortar personal y cerrar sedes. De 1.300 trabajadores quedó con 600, entre ellos Adalberto Enanorado, quien ha sufrido en carne propia la crisis.
Para empezar, desde hace casi dos años tiene inactiva su afiliación a la seguridad social porque Génesis no le paga a la Nueva EPS, su aseguradora en salud. Por eso le tocó asumir directamente el costo del tratamiento quirúrgico al que Adalberto debió ser sometido el año pasado por trombosis venosa en una pierna, de la que por suerte se pudo recuperar.
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Todo es incierto para Adalberto Enamorado
Hoy, después de casi tres meses de recibir la carta de suspensión de su contrato por parte de IPS Génesis, Adalberto sigue sin empleo. Al igual que la mayoría de los compañeros que recibieron la misma carta, a pocos han llamado. No sabe si su contrato seguirá suspendido o si lo volverán a llamar a trabajar.
Durante el confinamiento por causa de la pandemia ha estado encerrado en su casa con su esposa, médica también, especialista en ginecología, quien sí ha podido seguir con algunos contratos de trabajo por telemedicina. De los ingresos y ahorros de ella están viviendo ambos ahora en esa crisis pandémica, porque los ahorros suyos ya se le acabaron.
Ha buscado trabajo en otras IPS, pero de ninguna ha recibido respuesta. Dice que el confinamiento ha complicado la búsqueda, la cual debe hacerse toda por internet, no hay un contacto personal, lo que hace que todo sea más incierto.
Mientras la EPS Medimás, por su parte, desde el mismo mes de mayo tiene otras IPS que atienden los pacientes que le atendía la IPS Génesis en Antioquia. Éstas son Sumimedical y Emma. Lo que para el médico Germán Reyes, directivo de Asmedas, debe ser investigado por las autoridades, ya que estas dos IPS operan con los mismos equipos de la IPS Génesis. Lo que hace sospechar que la intención es debilitar a IPS Génesis para fortalecer las otras dos.
“Al parecer están amangualados Medimás y la IPS Génesis para mutar. Esto es, para que los mismos enfermos que atendía Génesis, los atiende las nuevas IPS, que son de papel, y así dejar sin salarios y sin trabajo a un grupo de trabajadores”, puntualizó en su denuncia Reyes.
El caso es que hoy Adalberto Enamorado sigue sin ingresos y buscando empleo, mandando hojas de vida por internet. Hasta ahora inciertamente, inútilmente.
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