No era inamovilidad laboral, era estabilidad en el empleo

Imagen de referencia tomada de canva.com

A propósito del debate suscitado por la Reforma Laboral que se acaba de hundir en el congreso. Esta es una respuesta a un mito que se inventaron.

Por: Marcelo Patiño Flórez.

Lo más probable es que la reforma laboral se haya hundido, no por ser derrotada a través de los argumentos, sino a través del miedo y el andamiaje politiquero. Alrededor de la reforma se crearon mitos que buscaban generar zozobra y malestar en la ciudadanía en general. Uno de esos tantos mitos fue que, de aprobarse la reforma, los trabajadores se iban a atornillar en los puestos de trabajo, lo que generaría baja productividad, ya que al ser inamovibles dejarían de trabajar y se volverían perezosos.

Primero que todo, es verdaderamente ofensivo que siempre se piense en el trabajador como la sanguijuela del empresariado, que solo está para chupar la riqueza de este, y que se le paga a cambio de hacer nada. Es ofensivo que se siga con la concepción violenta que los trabajadores solo producen si tienen sobre sus espaldas el látigo del despido fácil o la no renovación de su contrato de trabajo.

Los trabajadores son los que realmente construyen la riqueza de este país, porque el capital por sí solo no crea riqueza, solo crea especulación. Son los trabajadores que, al colocar andar la máquina, que, al usar el intelecto, en general al usar la fuerza de trabajo transforman la materia y generan riqueza. Es sobre la espalda de los trabajadores sobre la cual se cimenta la economía de nuestro país. Por lo que el parangón de la sanguijuela tiene más sentido si invertimos los papeles. A los trabajadores les quieren sacar el máximo de rendimiento, pagando el mínimo y explotando al máximo.

El pasado 10 de junio, Luis Alberto Arango publicó una columna de opinión en la revista Cambio, donde traía de nuevo el coco de Venezuela, como una forma de generar pánico frente a la reforma laboral, ya que a pesar de que se ha enfatizado y demostrado que la reforma laboral fue realizada bajo los estándares de la jurisprudencia de las altas cortes colombianas y de los pronunciamientos de órganos internacionales como la OIT y la OCDE, se sigue buscando argumentos del miedo y no de la razón para dar el debate.

La columna dice que la reforma laboral iba a crear algo llamado la “inamovilidad laboral” que va a hacer casi que imposible el despido de los trabajadores, figura que ya existe en Venezuela, y sus consecuencias son que han ayudado a colocar el clavo en el ataúd para cerrar las empresas. A su vez cita un supuesto empresario venezolano que argumenta que una vez se dio este fenómeno «la relación laboral en nuestra empresa se fue deteriorando sustancialmente, los trabajadores regulares se volvieron malos trabajadores y varios de los buenos se volvieron bastante regulares».

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Pero nada más lejano de la realidad, la reforma laboral lo que proponía era que se le diera una real aplicación al artículo 53 de la constitución, en lo concerniente al principio de la estabilidad en el empleo. Los trabajadores no quieren volverse dueños de su puesto de trabajo, solo quieren no ser presas de miedo, la zozobra, la precarización, la explotación, de aguantar cualquier vejamen solo por la necesidad de no ser despedido o que no le sea renovado su contrato de trabajo.

La estabilidad en el empleo es una forma de darle al trabajador una tranquilidad de ejercer su labor, de ser productivo no basado en el miedo sino en la felicidad. El saber que tiene un trabajo seguro y que el bienestar de su familia está asegurado. ¿Acaso un trabajador que tenga esto a su favor va estar en la lógica de querer que su empresa quiebre y perder lo que ha ganado? Al contrario, un trabajador con buenas condiciones y un ambiente laboral sano es un trabajador más productivo, ya que sus acciones van en pro de mejorar la empresa, porque el crecimiento de la empresa es el crecimiento del trabajador.

También la estabilidad en el empleo es ejercer la democracia en la empresa, que un trabajador pueda opinar sin miedo, alzar su voz en busca de la protección de sus derechos, buscar la justicia social, manifestar algo a su empleador para mejorar la productividad, porque ¿quién conoce mejor el proceso y la empresa que un trabajador? Pero el empresariado siempre ha tenido miedo de darle voz a los trabajadores, porque para ellos es mejor un trabajador sumiso que un trabajador activo.

Pero el argumento de la inamovilidad laboral y su consecuencia de la desmejora productiva de los trabajadores pierde completamente su validez si es analizada a la luz del numeral 9 del articulo 62 del vigente código sustantivo del trabajo, numeral que no va iba a ser modificado por el proyecto de reforma laboral. El articulo 62 plasma las causales de justa causa para la terminación del contrato de trabajo por parte del empleador. En el numeral 9º se prevé que se puede despedir, con justa causa, a un trabajador por tener un bajo rendimiento laboral. Claro esta no es atribución subjetiva del empleador y para poder despedirlo hay que realizar un debido proceso.

Lo anterior demuestra que los trabajadores no iban a tener poderes absolutos en la relación laboral y que el empleador aun tendría el poder subordinante sobre el trabajador, pero que los trabajadores también iban a tener estabilidad en el empleo y protección en sus derechos. Si el empresariado quiere tener el poder de despidos arbitrarios e infundir miedo a través de la no renovación de los contratos, pues sí la reforma laboral iba contra sus intereses.

Pero si se miraba en retrospectiva la reforma laboral como realmente era, como un puente para tener relaciones laborales más democráticas, que generaría estabilidad con el fin de crear más productividad, que al tener más poder adquisitivo los trabajadores van a volver más dinámica la economía y por lo tanto las empresas van a vender más. Entonces el camino era apoyar la reforma laboral y apoyar los intentos venideros.

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Marcelo Patiño Flórez

Abogado egresado de la Universidad Industrial de Santander, especialista en derecho laboral y la seguridad social de la Universidad Libre, conocedor del mundo del trabajo,  dedicado a la defensa y promoción de los derechos de los trabajadores y trabajadoras. Director Operativo de los Centros de Atención Laboral. Twitter @DMarxelo

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