Las plataformas digitales son un sector económico en auge, pero en el cuál se vulneran los derechos laborales de sus trabajadores y más, de sus trabajadoras.
Por Carolina Hevia, dirigente de Unidapp*
Mi nombre es Carolina Hevia, venezolana, refugiada en Colombia, filantropa, defensora de los derechos humanos, feminista, ciclista, trabajadora de plataformas digitales y secretaria general de la organización sindical Unión de Trabajadores de Plataformas (UnidApp).
En nuestra junta directiva nacional somos dos mujeres, mi compañera Andreina Pérez y mi persona. Hemos organizado la secretaria de género y enfoque diferencial para construir lazos con nuestras colegas de trabajo y con la sociedad en la que vivimos.
Nuestra organización nace al ver la cantidad de abusos por parte de las empresas de plataformas digitales. Quien más vulnera derechos es la empresa Rappi, S.A.S, unicornio posicionado en 9 países de Latinoamérica que tiene a las trabajadoras y trabajadores en las peores condiciones y en especial a los migrantes, con una brutal explotación.
El 15 de agosto de 2020 creamos el Movimiento Nacional de Trabajadores de Plataformas. Ese día en la capital colombiana, Bogotá nos manifestamos más de 1000 trabajadores y trabajadoras de plataformas digitales denominados Rappitenderos. Nos organizamos y fundamos la organización sindical Unión de Trabajadores de Plataformas (UnidApp) el 8 de octubre de 2020. Realizamos incidencia jurídica y política para apoyar a nuestros compañeros y compañeras cuando se ven afectados por el bloqueo de su perfil y cualquier otro derecho vulnerado.
Pertenecemos al comité “Unidos World Action” donde nos organizamos internacionalmente para manifestar y compartir la jurisprudencia de cada país. Ya en algunos países como España, Gran Bretaña y otros se les ha reconocido a los trabajadores y trabajadoras de plataformas digitales como tal. Uno de nuestros lemas es: “Unidos somos fuertes – organizados invencibles.”
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Las empresas de plataformas digitales han amasado grandes fortunas en todas partes del mundo y han dejado a sus trabajadores y trabajadoras en total vulnerabilidad. Los Estados están ciegos y sordos, pero acá estamos las defensoras y defensores para hacer valer nuestros derechos. Es nuestro deber como seres humanos tender la mano a nuestro prójimo y aportar para que seamos una mejor sociedad sin distinción de sexo, genero, nacionalidad, raza o clase social, siendo cada vez más empáticos y equitativos.
Las mujeres en las plataformas digitales somos alrededor de un 10%, y al igual que otras mujeres, a diario vivimos experiencias de acoso laboral, sexual y violencia por parte de establecimientos, clientes y otras personas con las que tenemos contacto por el hecho de trabajar en el espacio público. Las calles y el espacio público, que son nuestro espacio de trabajo, no están pensadas para el uso y disfrute de las mujeres.
Las mujeres trabajadoras de plataformas digitales estamos en la primera línea de contagio cuidando a otros para que no se expongan en tiempos de pandemia, mientras nosotras no tenemos como garantizar el cuidado de nuestros hijos y familiares en casa. Las mujeres que trabajamos en las plataformas también tenemos dobles y triples jornadas por el trabajo no remunerado del hogar, pero adicional a esta situación, que es común en muchas mujeres del mundo, nosotras podemos contagiar del virus a nuestros seres queridos por el excesivo contacto que tenemos con otras personas en una jornada laboral
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En Colombia la inseguridad afecta a hombres y mujeres por igual, pero en el caso de las mujeres repartidoras este factor de inseguridad es más latente. Hay una idea machista de que a las mujeres se les puede hacer caer de la bicicleta más fácil, o que nos dejamos robar y agredir sin resistir. Esto no es cierto, pero ese imaginario hace que seamos blanco de los robos, agresiones físicas y verbales en los lugares más peligrosos de la ciudad.
A las mujeres venezolanas nos agreden y acosan porque en la cultura de varios países de la región se ha creado un estereotipo que nos ubica como mujeres fáciles, esto aunado a la xenofobia y discriminación hace que para nosotras trabajar en este sector no sea una decisión fácil, pues no hay garantías para las mujeres y menos si somos migrantes.
Los y las trabajadoras de este sector sufrimos mayoritariamente caídas, accidentes de tránsito, enfermedades respiratorias y enfermedades urinarias por la falta de servicios sanitarios. Las empresas de plataformas no brindan este servicio para sus trabajadores y los establecimientos no nos dejan usarlos por ser domiciliarios. Estas infecciones afectan más a las mujeres que a los hombres.
Como pueden ver las condiciones para los trabajadores y trabajadoras de plataformas, en general, son precarias y se vulneran los derechos mínimos fundamentales. Pero en el caso de las mujeres hay unos factores estructurales de una sociedad patriarcal que nos afectan más que los hombres, por esta razón en UnidApp no solo somos trabajadoras y sindicalistas, somo mujeres que nos reconocemos desde la diversidad, organizando desde el enfoque de género en el sindicalismo no como un tema transversal, sino estructural en nuestro sindicato.
Venimos trabajando desde Unidapp en un círculo de mujeres que cuidan mujeres, la idea es hacerlo mediante circuitos cerrados de comunicación con las compañeras que hacen pedidos en las zonas más peligrosas de las ciudades, de manera tal que podamos brindar ayuda e información en tiempo real a las mujeres que lo requieran.
Finalmente tenemos una apuesta por fortalecer nuestra secretaria de género y diversidad desde la investigación recogiendo las historias y las voces de las mujeres del sindicato, desde las alianzas con otras organizaciones que reconozcan la intersección entre migración, diversidad y mujeres, desde la academia y por supuesto desde el feminismo.
*Con el apoyo de Sandra Muñoz, Centro de Solidaridad internacional de la AFL CIO
Jose e latorre Romero:
09/03/2021,No existe nada más fundamental que el mínimo derecho, y entre ellos está la protección de la mujer. Velar por su seguridad, por su integridad y la democratizacion para la mujer en todos los campos laborales, sociales. Felicitaciones mujeres que viven en pro de su defensa