El pasado 8 de agosto, el gobierno de Gustavo Petro presentó su anunciada reforma tributaria. Con ésta busca subsanar, de una parte, las dificultades fiscales que dejó el gobierno saliente, y por la otra, financiar las propuestas de campaña en política social.
Recordemos que en el artículo 363 de la Constitución Política de Colombia se establecen los principios que deben inspirar el sistema tributario de nuestro país cuando plantea lo siguiente:
“El sistema tributario se funda en los principios de equidad, eficiencia y progresividad. Las leyes tributarias no se aplicarán con retroactividad”
Es un paso importante hacia la progresividad que se hayan acogido las propuestas de eliminación de muchas gabelas tributarias a algunos sectores económicos importantes, como ejemplo tenemos los de las zonas francas que tienen como objetivo promover las exportaciones, pero la mayor parte de las ventas, de muchas de las empresas que se han ubicado allí, no corresponde con los beneficios tributarios de los cuales disfrutan, pues se orientan básicamente al mercado interno.
Eliminar el descuento que se hace por pago de industria y comercio también es positivo, la propuesta de reforma tributaria reduce el beneficio al considerar este impuesto territorial como una deducción lo que redundará en un mayor ingreso tributario del Gobierno Nacional.
En el impuesto de renta de las personas naturales, se avanza en la progresividad en la tributación de los ingresos más altos, pues solo se tenía en los ingresos medios. De igual manera es positivo que el umbral para declarar no se siga ampliando, que era la tendencia en las pasadas reformas tributarias.
El impuesto al patrimonio es otro impuesto directo que amplía su base tributaria al establecerse a partir de los 3000 millones, hoy está en 5000 millones, por lo que van a pagar impuestos muchas más personas que tienen un acumulado de riqueza importante.
Los días sin IVA solo favorecen a los estratos más altos, pues estos sectores aplazan sus compras de productos importados para esos días, representando un impacto fiscal negativo para las finanzas públicas, sin ningún impacto positivo al desarrollo de la producción y del empleo nacional. Es sano que se eliminen estos días que representan pérdidas de ingresos fiscales sin ningún aspecto positivo para el desarrollo económico y social del país.
La reforma tributaria mantiene la sobretasa del 3% al sector financiero, que seguirán pagando una tarifa del 38%, frente a una tarifa general del 35%. Es justo que el sector económico que ha tenido los mayores beneficios tributarios, a la par que golpea con tasas y comisiones usurarias a consumidores y sectores empresariales, pague una tarifa superior al resto de los sectores económicos.
Es esta reforma se insiste nuevamente en gravar con mayor tributación a las comidas y bebidas no saludables, especialmente las azucaradas. El propósito es estos impuestos no es aumentar el recaudo, sino cambiar patrones de consumo. Esperamos que en esta sea la vencida.
La propuesta todavía no logra a cabalidad el desarrollo de los principios constitucionales. La idea sería que a futuro se reduzca gradualmente el IVA a la base de productos básicos que hay en la canasta familiar, y desarrolle una tributación que favorezca el progreso de los sectores productivos con mayor agregación de valor.
La legítima función de un sistema tributario, no solo es generar ingresos para el gobierno, algo que se cumple con esta reforma, sino también promover a aquellos sectores y actividades económicas que benefician el bienestar general, que aportan más al empleo y al desarrollo, por eso no es del todo negativo tener algunos beneficios y gabelas tributarias como se tenían, pero a la inversa, porque con el sistema tributario actual se favorecía a los sectores especulativos y se requiere es favorecer a los sectores productivos, al agro, a la manufactura, transporte, energía, entre otros, es decir a los sectores que están creando riqueza real.
Finalmente, es importante tener claro que la mejor reforma tributaria se desprende de un programa de recuperación económica, si tenemos más empresas siendo rentables, más trabajadores formales, si tenemos más agregación de valor y mayor consumo de bienes y servicios necesarios para la vida y el bienestar, con seguridad que la tributación directa y la indirecta, a través del consumo, van a incrementar los ingresos del estado y a fortalecer las finanzas públicas.
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