Informalidad y productividad laboral. ¿Qué fue primero: el huevo o la gallina?

Informalidad y productividad laboral. ¿Qué fue primero: el huevo o la gallina?
(Foto tomada de Dataifx.com)

El Consejo Gremial nos plantea  el falso dilema de qué va primero: la informalidad o la productividad. Qué es lo mismo que preguntar: ¿Es primero el huevo, o la gallina?

Por Carlos Julio Díaz Lotero. Analista laboral ENS

En la propuesta que presentó al Presidente Duque para reactivar la economía, el Consejo Gremial Nacional hace una serie de recomendaciones de reforma a lo que llaman “el mercado laboral”. Propuestas que se resumen en: eliminar las contribuciones parafiscales, no estigmatizar la tercerización laboral para poder usarla ilimitadamente, establecer nuevos esquemas de flexibilización laboral, limitar la estabilidad laboral reforzada, y moderar el crecimiento del salario mínimo, pues lo consideran demasiado alto, así el senador Uribe aparente proponer otra cosa.

El supuesto propósito de estas reformas –que con seguridad comparte el Ministro de Hacienda, Alberto Carrasquilla– es aumentar la productividad y la competitividad de las empresas del país, que en concepto del Consejo Gremial son demasiado bajas, debido a los altos costos salariales y a las excesivas garantías a las y los trabajadores, como la estabilidad laboral reforzada y la prohibición de la tercerización laboral para actividades misionales.

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El gremio de los empresarios considera que los altos costos salariales, incluyendo el salario mínimo, que según el Ministro Carrasquilla es ridículamente alto, son responsables de la informalidad laboral y del desempleo, y que la informalidad es a la vez la causa de la baja productividad laboral. La solución a este problema, según los empresarios, es demasiado fácil: bajar salarios y eliminar derechos para aumentar la contratación formal y lograr de esta manera mayor productividad y competitividad de la economía.

El planteamiento del Ministro de Hacienda y de los gremios empresariales, en el sentido de que el salario mínimo es muy alto porque está demasiado cerca del ingreso medio, es un fraude. Determinar si el salario mínimo es demasiado alto o bajo, no lo define la brecha entre los salarios mínimo y medio, sino la capacidad de compra del salario.

Con datos del  mismo DANE, se concluye que el salario mínimo en Colombia solo alcanza a comprar aproximadamente el 50% de la canasta básica de una familia de ingresos bajos. Es decir, que para que el salario mínimo se acerque al mínimo vital de una familia pobre necesita incrementarse en un 100%. El hecho de que en Colombia la brecha entre el salario mínimo y el medio sea demasiado estrecha, no obedece a que el salario mínimo sea muy alto, sino a que el salario medio es demasiado bajo.

Compartimos la preocupación del Consejo Gremial Nacional por la productividad laboral y los problemas de competitividad que tenemos. Pero la productividad no se incrementa rebajando salarios y recortando derechos laborales, pues eso es justamente lo que el país ha experimentado desde el inicio de los años 90 del siglo pasado con reformas laborales regresivas, como la ley 50/90, la 789/02, entre otras; normas que han sido un completo fracaso en la generación de empleo y en la formalización laboral. La productividad se incrementa es con una política laboral y social que aumente el bienestar de la población.

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El desarrollo de la productividad de la fuerza de trabajo es la clave del desarrollo económico y la fuente de toda riqueza. Los crecimientos de productividad y de la economía solo se pueden lograr mediante la inversión en infraestructura económica y social, y del desarrollo tecnológico continuo, que a su vez requiere de continuos avances de la ciencia y la ingeniería, y el mejoramiento constante de la calidad de la fuerza de trabajo.

Así que la educación debe estar en continuo mejoramiento para que pueda asumir los empleos que devienen de los impactos de la llamada cuarta revolución industrial, cada vez más especializados. De ahí que, para que la economía crezca, debe mejorarse constantemente el nivel de vida de sus trabajadores y la calidad de su educación, desde primaria hasta los estudios de posgrado, con énfasis en ciencias puras, aplicadas, e ingenierías.

Los problemas de productividad y competitividad no son ajenos a la necesidad de transformar la estructura productiva primario-exportadora, hacia una que agregue valor mediante una política de industrialización. Los recursos naturales, como el petróleo, el carbón, el níquel, el oro, el platino, el cobre, no son riqueza en sí mismos. Solo son útiles en la medida en que el país tenga la tecnología y la inversión de capital para transformarlos.

La experiencia de países asiáticos como Japón, China, Corea del Sur, que son pobres en recursos naturales, muestran que éstos en realidad no son esenciales para el crecimiento económico. El principal recurso natural de una nación es la calidad y bienestar de su fuerza de trabajo, por eso todos los esfuerzos de desarrollo deben cimentarse, en primer lugar, en el mejoramiento del nivel de vida de los trabajadores. Y eso se logra con el aumento de la capacidad de compra de los salarios y con una política social excluida del mercado.

La propuesta del Consejo Gremial Nacional de empobrecer aún más a los trabajadores para aumentar la productividad laboral y la competitividad de la economía es falsa, va en contravía de la experiencia de los países que han logrado altos estándares internacionales en esos indicadores. Empobrecimiento que será mayor con la reforma tributaria que el Consejo Gremial propone de la mano del Ministro de Hacienda, a fin de reducir impuestos al capital y cargar con más tributos a la fuerza laboral.

Por otra parte, no se puede olvidar que son los altos costos financieros y de la energía que pagan las empresas los responsables de los problemas  de competitividad que tenemos, no los salarios de los trabajadores ni el salario mínimo.

Después de señalar que la productividad laboral en Colombia viene descendiendo a causa de los costos laborales, tesis que ha sido controvertida por los representantes de los trabajadores en la Comisión Nacional de Concertación de Políticas Laborales y Salariales, el Consejo Gremial plantea que “la relación entre informalidad y productividad conduce a un círculo vicioso, donde la una se convierte en un obstáculo para la otra”.

El Consejo Gremial nos plantea  el falso dilema de qué va primero: la informalidad o la productividad. Qué es lo mismo que preguntar: ¿Es primero el huevo, o la gallina? Y con esa confusión lo que hace es buscar el ahogado río arriba.

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