El 8 de marzo las mujeres conmemoraron un día más por sus derechos y este informe da cuenta de algunas de las luchas que tienen que librar.
Por Francis Corrales y Viviana Colorado
“Al paso actual, la igualdad de género se alcanzará hasta dentro de 300 años” Naciones Unidas, António Guterres, 2023
Un mundo libre de discriminación, exclusión y violencias para las mujeres, así como la implementación de medidas que contribuyan a la superación de la inequidad y desigualdad que afecta y limita una vida digna para las mujeres, siguen siendo tareas pendientes.
Un mundo laboral incierto y precario para las mujeres
Ante el contexto global de déficit de trabajo, creciente informalidad y desigualdades en la inclusión al mundo laboral de jóvenes y mujeres, alcanzar la igualdad, está siendo una utopía, en el sentido de Birri, dice Galeano, “… la utopía está en el horizonte. Yo se muy bien que nunca la alcanzaré si yo camino 10 pasos, ella, se alejará 10 pasos”. Entonces, ¿para qué sirve la utopía? Para eso, sirve para caminar».
El mundo laboral, en general, se mueve entre la histórica deuda de inclusión de las mujeres en el mercado laboral y, las escasas garantías del trabajo digno y decente para este grupo poblacional. Las cifras en Colombia no son alentadoras, y la crisis de 2020 significó que está utopía, de igualdad, se alejara esos 10 pasos. De acuerdo con datos del Dane:
- El año 2022 cerró con una tasa general de desempleo de 10,4%; y la informalidad es cercana al 58% a nivel nacional. Desde 2020, la tasa de desempleo en Colombia, permanece en cifras de dos dígitos
- Las mujeres son la población más afectada, mientras para los hombres la tasa es de un digito, cerca del 9% permanece desempleado, en el caso de las mujeres, esta tasa se ubica en el 14,3%
En el caso de la tasa general de participación, para el año 2022 registró un 63,8%, y es que, el mercado laboral, en general, no se ha logrado recuperar con respecto al 2019, cuando la tasa se ubicó en 64,6. Aunque se acerca, a tres años de la crisis mundial, la economía, y el mercado laboral, parecen ir a paso de tortuga. Esto es, para las mujeres, aún más complejos, pues las brechas se siguen profundizando. De acuerdo con el Dane:
- Para enero de 2022, la tasa de ocupación para las mujeres es de 45,4%; esto es, que de cada 100 mujeres que están en edad de trabajar, al menos, 45 mujeres están trabajando. Mientras que, en el caso de los hombres, de cada 100, al menos, 70 están trabajando.
- Para el 2022 el 54,0% de las mujeres se encuentran inactivas; esto es, que de 100 personas inactivas y en edad de trabajar, 54 son mujeres que no trabajan y, no está buscando trabajo. Frente a un 46% de hombres que permanecen inactivos.
El cuidado como destino manifiesto, factor de discriminación
Si bien, las mujeres han mejorado su participación en el mercado laboral, la inserción, no ha significado condiciones dignas; desde hace años se viene abogando por un nuevo pacto social que implica la redistribución social del trabajo doméstico y de cuidados que, histórica y culturalmente, han sido atribuidos a las mujeres al interior de las familias. Debido a esto, las mujeres trabajadoras han debido enfrentar dobles y triples jornadas laborales, según la ENUT, las mujeres dedican más tiempos que los hombres al suministro de alimentos con una brecha de 47 puntos porcentuales, y a la limpieza y mantenimiento del hogar con una brecha de 32,8 puntos porcentuales
- Esto implica que un 71,9% de los hombres de 10 años y más no realiza ninguna actividad relacionada con el suministro de alimentos de su propio hogar, mientras que este porcentaje es de 20,9% en el caso de las mujeres” (ENUT 2021)
Las labores del cuidado no remuneradas no sólo dificultan la permanencia en el mercado laboral, sino que, significa mayores dificultades para acceder a un empleo, diferencias salariales y en general, trabajos más precarizados.
Ni defender la precaria participación en el mercado laboral: la violencia contra el liderazgo social y sindical de las mujeres
La defensa de los derechos adquiridos en el mundo del trabajo, se constituye en un riesgo, ya que, continuamente, las mujeres lideresas y defensoras de derechos humanos en Colombia viven condiciones de violencia. En el año 2021 se registraron 224 conductas que vulneran la integridad de mujeres que ejercen estos liderazgos en distintos territorios del país. Entre los registros se encuentran, 173 casos de amenazas, 26 asesinatos, 6 casos de extorsión, 5 de desplazamiento forzado, 5 atentados, 3 casos de estigmatización, 2 de secuestro, 3 atentados, 1 de robo de información y 3 sin categorizar (Corporación Sisma Mujer, 2022).
De manera particular, la estigmatización, la persecución y la violencia antisindical siguen siendo graves obstáculos que impactan las trayectorias de mujeres sindicalistas. Este tipo de violencia está revestida de una carga simbólica que alude a las formas como se realiza la acción violenta, a las maneras de instrumentalización del cuerpo, a los escenarios donde acontece el hecho violento, a los sentidos que los victimarios depositan en la víctima, a las formas de agresión y exterminio y las marcas que reciben sus cuerpos (Correa & Malagón, 2012, pp. 147).
De acuerdo con el informe entregado por mujeres sindicalistas a la Comisión de la Verdad en el año 2020, algunas de las lógicas como se manifiestan las violencia contra las mujeres sindicalistas en el marco del conflicto armado son: i) como forma de violencia antisindical; ii) como forma de atacar directamente a las reproductoras de la vida, a quienes cuestionan el modelo económico, y a las constructoras de paz territorial; iii) como forma de mantener el sistema social que sostiene las desigualdades, la explotación y la discriminación contra las mujeres, o continuum de violencias (Trujillo, 2020).
Según el Sistema de Información de Derechos Humanos, Sinderh, de la Escuela Nacional Sindical, en el año 2022 se incrementaron las violaciones a la vida, la libertad y la integridad cometidas contra mujeres sindicalistas, en total se registraron 114 hechos en comparación con 25 casos registrados en el año 2021. Durante los años 2022 y 2023, cuatro mujeres sindicalistas fueron asesinadas, y otras han sido víctimas de atentados contra la vida (2), amenazas (89), desplazamientos forzados (17), secuestros (3) y hostigamientos (2) (Sinderh, ENS, reporte realizado el 07 de marzo de 2023).
Los nombres de las víctimas, mejor que las frías cifras
El 2 de enero de 2023 fue asesinada Mariela Reyes Montenegro trabajadora de la empresa de servicios públicos de Santander de Quilichao, y quien se desempeñaba como secretaria de la mujer del Sindicato de Trabajadores y Empleados de Servicios Públicos, Corporaciones Autónomas, Institutos Descentralizados y Territoriales de Colombia (Sintraemsdes). El 22 de febrero fueron asesinadas Gloria Cecilia Mendoza y María Elena Mendoza, ambas trabajadoras de la Universidad del Valle y afiliadas al Sindicato de Trabajadores y Empleados Universitarios de Colombia (Sintraunicol subdirectiva Cali).
Llama la atención el aumento de la persecución y las amenazas contra docentes sindicalizadas afiliadas a la Federación Colombiana de Trabajadores de la Educación (Fecode). En la coyuntura actual, la población docente sindicalizada sigue siendo la mayor víctima de violaciones a la vida, libertad e integridad física, y esto reviste suma gravedad, si se tienen en cuenta los roles que cumplen maestros y maestras sindicalistas, en distintos territorios, incluso los más alejados, son la piedra angular de nuestras sociedades, edifican sobre las generaciones presentes y futuras las bases para la construcción de una mejor sociedad, de un mejor país.
Puedes leer:
Las violencias de género, otra deuda pendiente
No solo reivindicamos los derechos laborales de las mujeres, sino que alertamos sobre las brechas existentes entre los mecanismos nacionales e internacionales de protección, y su limitada implementación que se traduce en realidades precarias, de discriminación y violencias que viven millones de mujeres y niñas, en el país y en el mundo. Según el informe “Vivas nos queremos”, en los últimos cinco años han sido cometidos 3.111 feminicidios en Colombia, de los cuales 619 hechos fueron registrados en el año 2022 (Observatorio Feminicidios Colombia, 2022).
Por su parte, el Instituto Nacional de Salud (INS), reporta 44.484 casos sospechosos de violencia física, 24.142 de violencia sexual, 15.477 de negligencia y abandono y 8.565 de violencia psicológica, cometidos contra mujeres y niñas entre enero y septiembre de 2022. Según esta entidad, este tipo de violencia creció un 22% con respecto al mismo período de 2021. El INS, además, aclara que en sus registros no entran hechos registrados por las comisarías de familia, pues no son instituciones de salud (El Colombiano, 2022).
Si la utopía sirve para caminar mientras nos alejamos 10 pasos del horizonte, no podemos detenernos, más bien, que caminar sirva para avanzar hacia la libertad de las mujeres. En este caso, las reformas que están en curso hoy en Colombia, deberán asumir los retos de:
- El cierre de brechas salariales y de participación de las mujeres en el mundo laboral
- Promover mecanismos para garantizar la permanencia de las mujeres en el mundo laboral
- Garantizar estrategias de formalización laboral y, reducir los niveles de informalidad
- Equiparación de las licencias de paternidad y maternidad; apuesta general del movimiento de mujeres que busca redistribuir las tareas de cuidado no remunerado
- Crear un sistema nacional del cuidado
- Mejorar los mecanismos de protección contra la violencia hacia mujeres, donde ratificar el Convenio 190 será clave
- Proteger y promover los derechos y libertades sindicales para las mujeres.
Para avanzar, que no nos pase como al conejo
Una mañana, nos regalaron un conejo de Indias. Llegó a casa
enjaulado. Al mediodía, le abrí la puerta de la jaula.
Volví a casa al anochecer y lo encontré tal como lo había
dejado: jaula adentro, pegado a los barrotes, temblando del susto de
la libertad.
(Eduardo Galeno, el libro de los abrazos, 1989)
- Formalidad Laboral y época decembrina. Evidencias de los impactos de la precarización laboral en la calidad de vida.
- El incremento del salario mínimo legal mensual para 2025. Una reflexión en relación al proceso de negociación.
- La ENS como Centro de Pensamiento del mundo del trabajo: Transformaciones, Mitos y Verdades.