La multinacional Philip Morris Internacional, que cubre el 50% del mercado nacional de cigarrillos, anunció este miércoles su decisión de cerrar su fábrica de producción de cigarrillos en Medellín y la planta de tratamiento de tabaco en Barranquilla.
No es cualquier anuncio, porque no solo significa el fin de una empresa que justo en este 2019 cumple cien años de existencia, sino la pérdida de empleo para los 800 trabajadores directos en ambas fábricas, y un duro golpe para las 12 mil familias campesinas que en Colombia viven del cultivo del tabaco.
En un comunicado emitido por el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Industria del Tabaco en Colombia (Sintraintabaco), que representa al 80% de los trabajadores de la Philip Morris en el país, denunció el hecho como una jugada de esta multinacional en su plan de transformación a nivel mundial, consistente en centralizar toda la producción en sus fábricas más rentables y de mayor capacidad tecnológica, y enfocarse en el desarrollo de productos de nueva generación, o de “riesgo reducido” que llaman.
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De ahí que en su comunicado Sintraintabaco rechace tajantemente el cierre de las dos fábricas sin siquiera haber de por medio un plan de contingencia. Además porque la multinacional no cuenta con el permiso del Ministerio del Trabajo para proceder con esa decisión. Como tampoco tiene la autorización de los jueces laborales para terminar los contratos de más de 50 trabajadores amparados con fuero sindical, y otros 80 que están, o enfermos con protección laboral reforzada, o con fuero pre-pensional, cercanos a la edad de pensión de vejez.
Para Sintraintabaco, el cierre de las dos plantas de la multinacional norteamericana en Colombia no obedece a dificultades financieras, sino a la implementación de una política de obtención de ganancias a menos costos, la cual le ha generado grandes utilidades. En su informe a los accionistas en 2018 reportó utilidades netas mundiales por 7.911 millones de dólares. Y en Colombia sus utilidades operacionales fueron de $38.333 millones. Lo que para el sindicato muestra que, pese a los altos impuestos y el contrabando, esta industria está lejos de una crisis.
“El anuncio no nos tomó por sorpresa. En las investigaciones que venimos haciendo sobre el desarrollo de la empresa veíamos que algo así se podía venir”, indicó a esta Agencia Guillermo Álvarez, presidente de Sintraintabaco. Dijo que la empresa, dentro de sus planes de reestructuración, ha hablado de salir de 325 trabajadores. “Pero pueden ser más, llegarían al 50%”, agregó Álvarez, quien lamentó que los trabajadores y el sindicato se hayan enterado de la noticia por los medios, y no por una comunicación directa de la empresa.
Anunció que al final de la tarde de este jueves realizarán una asamblea con todos los trabajadores para discutir la nueva situación, y el viernes se reunirá con el mismo propósito la Junta Directiva Nacional de Sintraintabaco.
Como también esperan tener una reunión, ya anunciada, con la Ministra del Trabajo, Alicia Arango, para tratar el problema y tratar de encontrar fórmulas de solución por la vía del diálogo, no de manera individual y unilateral como lo está planteando la Philip Morris.
Una industria que ha cambiado
Para el presidente nacional de Sintraintabaco el fondo del asunto que hoy tiene tambaleante la industria del tabaco en Colombia, tiene que ver con los cambios protuberantes en las tendencias del consumo de cigarrillos y en la trasformación tecnológica del proceso productivo, que requiere menos mano de obra y más tecnología.
En ese contexto, la industria tabacalera tiende hoy hacia el llamado “tabaco saludable”, caso de IQOS, por ejemplo, que no produce combustión ni humo pero sí una sensación al fumador. La Philip Morris ya lo comercializa en 47 países, entre ellos Colombia, en donde no tiene la tecnología adecuada para producirlo. Ésta la tiene en México y Buenos Aires, de donde seguramente importará los cigarrillos que dejará de producir para el mercado colombiano. Son plantas más modernas y eficientes. Mientras en Colombia una máquina produce 8 mil cigarrillos por minuto, en México produce 14 mil.
“De allá traerán los cigarrillos con las mismas marcas que venden en Colombia, para eso está el TLC. Así que el mercado como tal no se verá afectado, los afectados seremos los trabajadores y los agricultores que producen el tabaco, para quienes no hay una política de sustitución de cultivos”, señaló Álvarez.
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Guillermo:
06/06/2019,Si este cierrw contribuyese a disminuir el consumo de tabaco en colombia, entonces ganariamos en salud. Pero, como eso no va a pasar debido a la adicción de millones de compatriotas a este veneno quien finalmente saldria ganando sería la empresa ya q el pais permitiria importaciones de este glifosato aspirable.
Seria bueno que los precios subiesen tanto que fuesen incomprables para un colombiano, quizá sólo asi dejarian este feo vicio y de paso harian q la multinacional se quedase con los crespos hechos.