Con el trasfondo de un Pacto Colectivo que los trabajadores quieren que se convierta en Convención Colectiva, entró en su tercer día la huelga en Prodeco, compañía carbonífera que opera la mina a cielo abierto en La Jagua de Ibirico, Cesar, donde 1.600 obreros paralizaron labores desde la tarde del miércoles 16 de noviembre.
Esta huelga se produce luego de que el 22 de octubre se agotara la etapa de arreglo directo del conflicto. En ese momento la empresa expresó no tener disposición de utilizar la herramienta de la prorroga de ley y, por el contrario, instó a los trabajadores agremiados en Sintracarbón a sumarse al pacto colectivo que impuso desde hace varios años. Sin embargo, ayer la empresa llamó de nuevo a la comisión negociadora para seguir en conversaciones en medio de la huelga.
“El Sindicato mantuvo siempre su disposición de diálogo, buscando un acuerdo para dar solución al conflicto y firmar la convención colectiva. Pero la respuesta de la empresa estuvo acompañada de malos tratos, atentando contra el libre derecho de asociación cuando se interpuso y pretendió sabotear la votación que llevó a una contundente mayoría por la decisión de huelga”, señala Sintracarbón en un comunicado.
Prodeco, filial de la multinacional suiza Glencore, es la tercera empresa productora de carbón en el país (5 millones de toneladas año), pero, según el sindicato, sus grandes ganancias no se compadecen con los salarios y prestaciones que paga a sus trabajadores; cuando tiene un amplio espacio económico y financiero para cubrir sin mucho esfuerzo los aspectos que contempla una convención colectiva: salarios decentes, seguridad social, estabilidad laboral, salud ocupacional, riesgos profesionales, medio ambiente, ascensos, subsidios de educación, vivienda y salud, entre otros.
“Nuestro análisis —argumenta el comunicado sindical— dice que los costos laborales tienen una baja incidencia en la estructura de costos de la empresa, y eso no ha sido rebatido ni dentro ni fuera de la mesa. De cada 100 pesos de sus costos, los trabajadores le significamos 4.91 pesos. Todos aquellos elementales aspectos de una empresa seria son denominados “privilegios” por la administración de Prodeco, y coherentes con esa postura se han presentado en la mesa de negociaciones pretendiendo siempre imponer desgastados criterios jurídicos que apuntan a que convirtamos en convención colectiva un limitado y casi eterno pacto colectivo, que tiene cláusulas por debajo de la ley. Ese es el mezquino y estrecho marco con que pretende se conformen sus trabajadores”.
Aduce Sintracarbón que el mencionado pacto colectivo constituye apenas la base de sus aspiraciones, y que en todo caso cualquier acuerdo colectivo al que se llegue con Prodeco deberá ser superior y en línea con otros acuerdos colectivos que se han suscrito en empresas carboneras de la misma multinacional.
“Todo el mundo pierde en una huelga, es cierto. Pero el sacrificio que no hagamos ahora nos lo cobrará el futuro de nuestras familias. Por dignidad, no queda otro camino”, puntualiza el comunicado.
Por su parte, la empresa alega irregularidades en el proceso de votación de la huelga, y anunció gestiones jurídicas para lograr que sea declarada ilegal. Esto, sin embargo lo desmiente Luis Camilo Daza, Secretario General de Sintracarbón, quien sostiene que el proceso de negociación se hizo de tal manera que todos los trabajadores participaron en la votación, y la mayoría, la mitad más uno, votó a favor de la huelga, no por el Tribunal de Arbitramento, que era la pretensión de Prodeco.
Aclaró que la presencia de Sintracarbón en Prodeco es relativamente nueva, unos seis meses, cuando conformaron una subdirectiva sindical con los 400 trabajadores que en esta empresa se afiliaron al sindicato. Desde entonces empezó a liderar el proceso que llevó a la presentación y negociación del pliego de peticiones y a la huelga actual. Es de anotar que en Prodeco también tiene presencia Sintramienergética, sindicato de industria.
Igualmente se conoció un comunicado de la ICEM, federación internacional de sindicatos del sector energético que representa a 20 millones de trabajadores en el mundo, en el que de manera especial le solicita a Gary Nagle, presidente de la Compañía, su intervención directa para dar solución inmediata a este conflicto.