La Comisión de la Verdad entregará su informe Final, resultado de su trabajo durante estos años.
Por Viviana Colorado
Pasados más de tres años, se acerca el final del mandato de la Comisión de la Verdad, el 28 de junio se darán a conocer el Informe Final y las recomendaciones que hacen parte de su legado. Se espera sea un relato plural que contribuya a esclarecer lo que nos pasó en el marco del conflicto, por qué nos pasó y los factores de la persistencia. Ante todo, que sea un relato dignificante y reparador para millones de víctimas, aquellas personas y grupos cuyas vidas fueron vulneradas y aniquiladas en medio del conflicto armado y otras violencias que se profundizaron en el marco de este. A su vez, se espera que el informe deje herramientas pedagógicas, que al ser apropiadas por amplios sectores sociales faciliten el reconocimiento de lo ocurrido, muevan hacia la solidaridad y sean pilares para la no repetición. El derecho a conocer lo ocurrido en el marco del conflicto armado dignifica, repara y sienta bases para que no se repita.
El trabajo de la Comisión de la Verdad: avances y desafíos
Durante décadas, Colombia se sumergió en dinámicas de guerra y violencia, en atrocidades inimaginables que llevaron al extremo la degradación de la vida y la dignidad, la deshumanización de la otredad y la indiferencia frente al dolor, entre muchos otros impactos. Aún no logramos dejar ese pasado atrás, sin embargo, la implementación del Acuerdo de Paz firmado con las Farc-EP en el año 2016 abrió oportunidades a la sociedad colombiana para avanzar hacia la transición. Pensar en posibles caminos de la guerra hacia la paz, trazó como imperativo la satisfacción integral de los derechos de las víctimas a la verdad, la justicia, la reparación y las garantías de no repetición.
Bajo este propósito fue creada la Comisión de la Verdad, el anclaje del esclarecimiento histórico integrado al sistema de justicia transicional, que privilegió la escucha plural de víctimas, victimarios y distintos actores sociales como base fundamental para la construcción del relato sobre el conflicto armado, y sus impactos diferenciales a la población en el tiempo. La Comisión abrió 28 casas de la verdad, llegó a 559 municipios, escuchó 27.930 personas y recibió más de 1.500 informes de la sociedad civil.
En torno al cumplimiento de su mandato la Comisión de la Verdad tejió un proceso social y político, facilitó espacios de participación con las víctimas y otros actores, organizó procesos de escucha en a nivel nacional, y con víctimas que se encontraban en otros 23 países, y promovió espacios de reconocimiento y diálogo social. En este camino resultó fundamental el apoyo y acompañamiento de gran parte de la sociedad civil, organizaciones sociales y sectores amplios de víctimas quienes se dispusieron a participar y contribuir con la verdad.
Otra cara de la moneda deja ver los grandes desafíos enfrentados por la Comisión de la Verdad en un corto tiempo, entre ellos, garantizar la participación de las víctimas en un contexto complejo, de persistencia del conflicto y de dimensiones exacerbadas de victimización. Aunque miles de víctimas fueron escuchadas, por distintas razones, otras no pudieron contar sus testimonios. La escucha de voces plurales, las tensiones propias de la construcción de la verdad histórica a distintas manos y con distintas visiones, fueron un reto para la reconstrucción de ese relato nacional. Asimismo, la Comisión de la Verdad tuvo que lidiar con un ambiente político de oposición a la paz, campañas de desprestigio y un presupuesto reducido que fueron obstáculos para el funcionamiento de la entidad. Y, como colofón de las dificultades, a los 16 meses de su puesta en marcha, continuó realizando su trabajo en medio de una pandemia y las restricciones ocasionadas por la misma.
Recorriendo un camino de esfuerzos y desafíos, la Comisión de la Verdad llega al final de su mandato y dará a conocer su Informe Final, el legado construido y las recomendaciones que se espera sean pilares para la transformación social y la desarticulación de los factores de persistencia del conflicto. Desde este punto de vista, el Informe Final no se concibe como un punto de llegada, no representa un cierre memorial en torno al conflicto armado. Al contrario, puede significar la apertura de agendas movilizadoras amplias por la memoria y la verdad histórica en un país profundamente golpeado por la guerra y distintas violencias.
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El legado del sindicalismo en la Comisión
Así como otros sectores sociales, miles de víctimas dentro de ese universo plural, vieron en la Comisión de la Verdad una ventana de oportunidad para avanzar en materia de verdad y de memoria, el movimiento sindical colombiano acudió a esta instancia en el marco de una apuesta común: la CUT, la CTC, la CGT y Fecode se dispusieron a fortalecer un proceso de participación e incidencia por la verdad histórica de la violencia antisindical en el marco del conflicto armado. Además de las centrales y la federación, otros sindicatos aportaron sus testimonios, archivos e informes, entre ellos la USO, Fensuagro, Sintraofan, Sittelecom, Sintramienergetica, Anthoc, Sintraunicol, Adida y Sindicatos de la palma en el Magdalena Medio. Las mujeres sindicalistas y víctimas de la violencia antisindical en el exilio también aportaron sus relatos. Más de 500 testimonios individuales y colectivos fueron recopilados por la Comisión de la Verdad con sindicalistas, víctimas y familiares de las víctimas.
La llegada de la Comisión de la Verdad dejó ver que las luchas por la memoria y por los derechos de las víctimas de la violencia antisindical, llevadas a cabo desde décadas atrás habían encontrado un nuevo camino. La Comisión representó la esperanza de avanzar en materia de la deuda histórica que existe con las víctimas del movimiento sindical más estigmatizado y victimizado en el mundo; así como la posibilidad de que estas voces sindicales fueran escuchadas atentamente en el relato de la extensa violencia socio política que ha vivido el país, en este caso expresada como violencia antisindical, que no solamente afecta a una o un sindicalista, y su organización, sino a su familia, a la democracia y a la sociedad en general.
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La entrega del informe final, un hecho histórico en la agenda movilizadora por la memoria y la verdad
La Escuela Nacional Sindical hace parte de la red aliada de la Comisión de la Verdad, desde nuestro rol de organización defensora de derechos humanos, reivindicamos la verdad como un derecho de las víctimas, un bien público y común de la sociedad en general. Reconocemos en la entrega del informe final un hecho histórico, será nuestro deber estudiarlo de una manera reflexiva y crítica, identificar sus aportes y difundirlos, contribuir en su apropiación por parte de la sociedad y del movimiento sindical, así como promover la veeduría frente al cumplimiento de las recomendaciones.
Buscamos con ello contribuir a la consolidación de la paz y la defensa de los derechos humanos, a fortalecer procesos de reflexión sobre las políticas de memoria y la verdad, a la superación de la violencia antisindical y la impunidad. En últimas, a promover la construcción colectiva de un nuevo pacto social que permita en medio de nuestras diferencias tramitar y resolver los problemas económicos, laborales y sociales que se encuentran pendientes en las agendas de país.
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