Con acuerdo terminó paro de 53 días en Puerto Wilches Trabajadores dieron un gran paso para acabar con la tercerización laboral en el sector de la palma

Una vez superado el paro que durante 53 días adelantaron cerca de tres mil obreros de las cooperativas de trabajo asociado (CTA) que operan en el sector palmicultor de Puerto Wilches, lo que sigue ahora es que el Ministerio de Trabajo entre a dirimir cuáles CTA, de las muchas que hacen intermediación laboral en esta región, deben desaparecer para que las empresas procedan a vincular directamente a los trabajadores a sus plantas de personal, que fue la principal motivación de este largo cese de actividades.

El acuerdo para levantar el paro se logró en Bogotá el jueves 10 de noviembre, tras una difícil negociación en la que participaron la CUT Nacional, el Ministerio de Trabajo, el vicepresidente Angelino Garzón y representantes de los empresarios. Pero sólo el sábado se reanudaron las actividades en las empresas en paro, luego de que la asamblea general de trabajadores, realizada en el corregimiento Puente Sogamoso, acordara avalar el acuerdo. Así terminó el paro que afectó 60 mil hectáreas de plantación y que, según el gremio palmicultor, dejó pérdidas por más de cien mil millones de pesos. La única empresa en la que aún no se levanta el paro es Bucarelia, que tiene una situación particular.

Según el acuerdo que permitió levantar el paro de los cooperados, desde el martes 15 de noviembre corre un plazo de ochos días para que los inspectores del Ministerio de Trabajo, en asocio con representantes de Sintrainagro y de los trabajadores cooperados, recorran todas las empresas palmicultoras para verificar cuáles CTA están haciendo intermediación ilegal a la luz del Decreto 2025, que prohíbe la contratación de actividades misionales por parte de las CTA. Y en consecuencia las empresas procedan a la contratación directa de los trabajadores.

“Si en ocho días no tenemos una solución de ese tema, los trabajadores volverán de nuevo al paro”, señaló Víctor Ovallos, presidente de Sintrainagro Seccional Puerto Wilches, quien demás señaló que se espera que desaparezcan todas las CTA que operan en esa región palmicultora, por cuanto todas contratan labores misionales que por norma no pueden hacer. Recordó que el propio viceministro de Relaciones Laborales, Javier H. Parga, definió como actividades misionales aquellas que están involucradas directamente con la producción, que en concepto de Ovallos es condición que cumplen todas las CTA del Magdalena Medio.

La idea, agregó, es llegar a unos acuerdos para que las empresas contraten directamente los trabajadores de misión, y que mediante empresas temporales sólo contraten trabajadores en las épocas de pico de cosecha.

Otro punto que quedó claro en el acuerdo, aparte de que no habrá represalias contra los trabajadores que participaron en el paro, es el derecho de asociación sindical. “No sé cómo el gobierno va a manejar ese tema, pero el Viceministro de Relaciones Laborales dijo que va a acompañar el proceso para que todos los trabajadores se sindicalicen. Y la idea es que se afilien a Sintrainagro Seccional Puerto Wilches. Ya iniciamos el proceso de afiliación y esperamos que se afilien unos dos mil trabajadores”, agregó Ovallos.

El conflicto en Bucarelia

El caso Bucarelia sigue bastante complicado. Allí el sindicato Sintrainagro decretó una huelga desde el 23 de agosto (hace casi tres meses) por deferencias irreconciliables frente a la negociación de la convención colectiva. La empresa se niegan a negociar con el sindicato el pliego que esté presentó y, por el contrario, pretende desmontar 23 puntos de la convención colectiva vigente.

Bucarelia argumenta que se encuentra en crisis económica por cuenta del hongo del cogollo, una plaga que afecta la mayor parte de sus plantaciones. A lo que suma las pérdidas ocasionadas por el largo paro, por las 3.600 toneladas de aceite que ha dejado de producir. En todo caso ha desatendido las cuatro citaciones que le ha hecho el gobierno para que se siente con el sindicato a negociar la solución del conflicto.

Se abrió la posibilidad de que, de no llegarse a un acuerdo, Bucarelia pase a manos de los trabajadores (tiene 220 directos y 250 por CTA), como pago de todas las acreencias que ésta tiene con ellos y como una fórmula para salvar la empresa. Según Víctor Ovallos, esta fórmula ya tiene el visto bueno del Vicepresidente Angelino Garzón.

“Esa posibilidad nos parece viable, no la desechamos. Nosotros somos personas con capacidad de sacar esta empresa adelante, así nos toque redoblar esfuerzos”, agregó Ovallos.

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