Multinacional Brinks aprovecha la pandemia para despedir trabajadores y acosar al sindicato

Imagen de referencia tomada de Facebook

Las normas del Gobierno para amparar los derechos laborales durante la crisis del Covid-19, la multinacional Brinks de Colombia al parecer se las está pasando por la faja. Está aprovechando la pandemia para incrementar el despido de trabajadores y el acoso al sindicato, denuncia Frank Gualdrón, presidente de Sintrabrinks, su sindicato de base.

Los está despidiendo por cualquier motivo, por publicar denuncias en WhatsApp y hasta por negarse a la prueba del polígrafo, que la empresa usa desde hace años en los procesos disciplinarios”, agrega Gualdrón.

Como servicio anexo al funcionamiento del sistema financiero, desde el principio de la pandemia las empresas transportadoras de valores han estado exentas, continuaron funcionando con toda su capacidad. Un sector en el que la multinacional Brinks de Colombia es líder en el país, pero también, según el sindicato, una de las más recalcitrantes contra el sindicato y los trabajadores que cuestionan sus medidas.

La pandemia se convirtió en una cápsula de superpoder para que empresas como Brinks hagan lo que quieran. No hace caso de las medidas del Gobierno”, anota Frank Gualdrón.

En efecto, desde marzo para acá ha despedido 15 trabajadores, casi todos sindicalizados, y ha incrementado los procesos disciplinarios, la antesala del despido. Y no solo eso, lo hace violándoles el derecho al debido proceso, afirma Gualdrón.

Menciona en primer término el tema de las redes sociales. A Brinks  de Colombia definitivamente no le gusta que los trabajadores sindicalizados usen las redes sociales para difundir sus comentarios y videos de denuncia. Sostiene que ello menoscaba el prestigio y la buena imagen de la compañía, y por lo mismo lo considera motivo de sanción.

Pero no menoscaba su imagen y prestigio la persecución sindical y el despido de trabajadores”, agrega Gualdrón, irónicamente.

El otro tema álgido es el uso del polígrafo, método interrogatorio que la ley colombiana no reconoce como prueba jurídica concluyente, y en ese sentido su uso es voluntario. Brinks de Colombia desde hace unos cinco años lo viene usando, dice Gualdrón, y pretende que sea prueba obligatoria en los procesos disciplinarios. A lo cual el sindicato, en todo su derecho, se ha opuesto y sus trabajadores se han negado a usarlo, motivo por el cual la empresa les ha abierto sendos procesos disciplinarios, y ya despidió a varios.

Por negarse al polígrafo la empresa antes sancionaba, ahora con la pandemia está pidiendo levantamiento de fuero y despido de trabajadores. Incluso el compañero Espitia, con estabilidad laboral reforzada por un problema de salud, fue despedido por ese motivo”, señala el presidente de Sintrabrinks.

Las relaciones entre el sindicato y la multinacional Brinks de Colombia se deterioraron desde mediados del año pasado, cuando le abrió proceso para levantamiento de fuero al presidente de la subdirectiva Bogotá, Rommel Enrique Díaz. Ese fue el comienzo de la campaña que emprendió para salir de trabajadores sindicalizados.

Desde entonces, en total ha solicitado 19 levantamientos de fuero a directivos sindicales en las diferentes subdirectivas. Uno de ellos es el propio presidente nacional del sindicato, Frank Gualdrón. Y en el mismo lapso abrió más de 80 procesos disciplinarios.

Aparte de las causas mencionadas: el polígrafo y el uso de redes sociales, Brinks se vale de cualquier menor motivo para despedir a un trabajador. Es el caso de un guarda que fue a hacer entrega de una remesa para transportar en avión, pero cometió el error de pasar por debajo del ala del avión, algo que por seguridad no se puede hacer, es una falla sancionable.

“Pero en vez de suspender al compañero por unos días o una semana, le abrieron proceso y de una vez lo despidieron. Por un olvido, un error que el compañero cometió digamos que de buena voluntad”, anota Gualdrón.

Lo que está sucediendo en Brinks, en su concepto, obedece a una estrategia para liberase de la carga laboral de los trabajadores convencionados, haciendo una traslación a las empresas pequeñas subsidiarias de Brinks, adquiridas por ésta en los últimos años; empresas que no tienen sindicato y por lo mismo sus beneficios laborales son precarios, sus trabajadores ganan el mínimo. Es una estrategia, en últimas, para rebajar costos laborales. La misma que tiene Prosegur, que junto con Brinks lideran el mercado del transporte de valores en Colombia.

Los retiros voluntarios, es el medio que está utilizando la empresa para lograr su cometido. A la fecha suman unos 150 retiros de este tipo, según datos del sindicato. Brinks de Colombia queda entonces con unos 2.200 trabajadores en todas las ciudades donde ofrece sus servicios, de los mejores pagos en el sector gracias a la lucha sindical plasmada en las convenciones colectivas de trabajo.

Y los despidos de trabajadores prefabricándoles justa causa, es su otra carta para adelgazar la nómina, apelando a la vía jurídica del levantamiento del fuero en el caso de los sindicalistas. Y aprovechando la pandemia, además.  

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Con “rabo de paja”

Según el presidente de Sintrabrinks, en su acoso al sindicato la empresa también se ha valido de los protocolos de bioseguridad frente al Covid-19.

Recientemente un grupo de directivos sindicales realizó un mitin frente a las instalaciones de la Brinks en Bogotá, en protesta por los despidos de trabajadores. Fue un mitin con pancartas y altavoces, pero también con tapabocas y distancia social, como toca en estos tiempos. El caso fue que a los trabajadores que se acercaron a saludar a los compañeros de la protesta y tomarse fotos con las pancartas, 16 en total, la empresa les abrió de inmediato proceso disciplinario, por violar los protocolos de bioseguridad.

Lo curioso es que en ese sentido la empresa tiene “rabo de paja”. No ha sido un modelo de responsabilidad con sus trabajadores en cuanto al manejo de los protocolos de bioseguridad. Al comienzo de la pandemia, durante varias semanas la empresa se negó a dotar con tapabocas al personal, con el argumento médico (quién sabe sacado de dónde) de que el tapabocas solo lo debían usar personas enfermas por el virus.

Los protocolos con el tiempo los ha ido mejorado la empresa, pero al principio nos tocó al sindicato, protestar y armar alboroto para que los cumpliera. Fue una pelea para que nos dieran tapabocas”, recordó Frank Guadrón.

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Una propuesta “indecente”

Indecente, casi obscena, puede calificarse la propuesta que al principio de la pandemia Brinks Colombia les hizo a sus trabajadores. Les propuso que por dos meses renunciaran a los beneficios convencionales con el fin de ayudarle a la empresa a sobrellevar la crisis del Covid-19. ¿Qué tal esa?, una empresa multinacional con 160 años de existencia y millonaria riqueza, y que además no ha parado su producción durante la pandemia, sigue aumentando sus caudales.

Ante semejante propuesta, los directivos del sindicato le contestaron que no la rechazaban de entrada, pero tenía que ser aprobada por los trabajadores en asamblea general, no podía ser una decisión de los directivos.

La asamblea general obviamente no se pudo hacer en estos tiempos pandémicos, pero sí se hizo una consulta vía WhatsApp, con amplia participación. Y por abrumadora mayoría los trabajadores dijeron No a la indecente, casi obscena, propuesta dela empresa.

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