El 25 de enero de este 2018 cerca de 1.200 trabajadores de Indupalma, en el Sur del Cesar, todos tercerizados bajo cooperativas de trabajo asociado (CTA), iniciaron una huelga con el objetivo de forzar un proceso de formalización que superara la precariedad a la que estaban sometidos.
Veinte días duró aquella huelga, que resultaron suficientes para que, el 12 de febrero, la empresa firmara un acuerdo por el cual aceptaba vincularlos con contratos directos y todas las prestaciones legales, y terminar con las cooperativas. Fue pues un triunfo en toda la línea de la Unión General de Trabajadores Tercerizados de la Agroindustria, UGTTA, sindicato bajo el cual se agruparon estos trabajadores.
El acuerdo contemplaba que la formalización se haría a través de dos empresas que se crearían y que dependerían de Indupalma, parecido al modelo que se empeló para la formalización de los corteros de los ingenios del Valle del Cauca. Según el cronograma, en septiembre la formalización en tales términos debía ser una realidad y las cooperativas un asunto del pasado.
Pero no ocurrió así. En septiembre no empezaron a funcionar las dos empresas anunciadas y la formalización se debió postergar hasta el 22 de octubre; aunque no de manera completa, pues apenas 595 trabajadores empezaron a laborar con contrato directo. Y aparte de eso, las cooperativas se atrasaron en el pago de dos quincenas a algunos trabajadores, pagos que al día de hoy no han hecho.
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Dificultades financieras, fue una de las razones que adujo Indupalma para no cumplir con la formalización de los trabajadores tercerizados; pero también alegó que a algunos los dejó por fuera del proceso de selección porque no cumplían con los requisitos médicos, sin considerar que son trabajadores que llevan mucho tiempo laborando en la empresa, y que por su situación de salud, o de edad, tienen una protección especial. Este asunto: de qué manera van a ser vinculados estos trabajadores, es actualmente un punto de discusión entre la empresa y las directivas y asesores del sindicato.
Otra lucha que libra UGTTA tiene que ver con el pago de los salarios que las cooperativas dejaron de pagar. A algunos trabajadores les deben 1 y hasta 2 quincenas desde hace 4 meses. A ese respecto la empresa no se ha pronunciado, y el sindicato optó por presentar una queja ante el Ministerio de Trabajo, que hasta el momento tampoco ha actuado.
“Esa queja el Ministerio no la ha tramitado formalmente como corresponde”, dijo Diego López, de la Corporación Justicia y libertad, entidad que, en conjunto con el Centro de Solidaridad de la AFL-CIO en Colombia, ha venido asesorando a los trabajadores desde el comienzo de su lucha.
Por su parte Jorge Castillo, presidente de UGTTA, afirmó que se está tratando de llegar a un acuerdo con la administración de Indupalma para que acepte en el proceso de formalización a los cerca de 40 trabajadores que no pasaron los exámenes físicos por sus problemas de salud, toda vez que sus afecciones son resultado del trabajo que durante años desarrollaron en el sector palmero.
Sobre el nuevo contrato de vinculación directa vigente desde octubre, Castillo lo calificó como un cambio beneficioso para los trabajadores. “Hay cosas por mejorar, pero lo vamos haciendo poquito a poco. Algo positivo es el tema de la jornada de trabajo. En conversaciones con los administradores logramos que la jornada termine a la una y media de la tarde”, señaló.
Dijo que otra dificultad que han tenido los trabajadores es lo relacionado con la liquidación de los aportes que hacían a las cooperativas de las que hicieron parte hasta el 21 de octubre. Los gerentes de éstas no les han entregado lo que les corresponde y persiste la incertidumbre sobre lo que va a pasar con ese dinero.
De la misma manera, el sindicato sigue defendiendo los derechos de los trabajadores que hacían parte de las cooperativas y no fueron incluidos en el proceso de formalización, por lo que ahora están desempleados. El propósito es que Indupalma los vincule.
“Sabemos que la empresa necesita a esos trabajadores”, dice Castillo. Argumenta esta afirmación en el hecho de que Fedepalma dice que las empresas palmeras deben tener un trabajador por cada 10 hectáreas de cultivo, e Indupalma tiene 8.600 hectáreas, por lo que requiere cerca de 860 trabajadores, cifra que actualmente no tiene.
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UGTTA ahora es parte de Sintrainagro
Otra novedad importante para la UGTTA luego de estos años de lucha y de lograr el acuerdo de formalización, es que desde el 11 de noviembre hace parte del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Industria Agropecuaria, Sintrainagro.
Ese día se realizó una asamblea general en la que se protocolizó la fusión con Sintrainagro y se acordó conformar la subdirectiva San Alberto de este sindicato nacional.
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