Este artículo cuenta la experiencia, en cuanto a los protocolos de bioseguridad, que han tenido en el sector bancario, específicamente el sindicato Unión Nacional de Empleados Bancarios, UNEB.
Por Francisco Javier López Pérez y Carlos Julio Navas Peña *
Al finalizar el 2019 Colombia era espectadora de como en el viejo continente el nuevo coronavirus, conocido como SARS-CoV-2, avanzaba dejando una estela de contagios y ocasionando un alto número de muertes, ante lo inevitable era cuestión de tiempo para que el virus llegara al país.
Fue hasta el 6 de marzo de 2020 cuando se confirmó el primer caso de contagio y con el avance del mismo se empezaron a tomar medidas en torno a la proliferación del virus y sus efectos que ya se caracterizaba como una pandemia por la Organización Mundial de la Salud. Declarada la emergencia sanitaria y en el marco de un aislamiento preventivo obligatorio (previa puja con la alcaldesa de Bogotá), el Gobierno Nacional declaró la prestación de servicios bancarios financieros como un sector exceptuado para operar (que no estaba incluido en el borrador de Decreto de la alcaldía de Bogotá).
Se sumaban a esta determinación medidas como los protocolos de bioseguridad para la operación que, en ese momento, incluso ahora, no garantizaban la bioseguridad ni tampoco evitaban el contagio. A pesar de lo anterior y con el temor al contagio y la muerte, los y las trabajadoras de los bancos tuvieron que salir de la seguridad de sus casas para dirigirse a las oficinas a prestar el servicio al cliente y garantizarles a los banqueros la operatividad de su libertad de empresa.
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Con la presencialidad en las oficinas y áreas administrativas específicas que no lograron orientar el trabajo desde la casa, los contagios empezaron a presentarse, y no por falta de autocuidado, pues a la gente le tocó, incluso adquirir sus propios elementos de protección por falta de responsabilidad en la entrega oportuna de estos por parte de los empleadores y ante la suspensión de auxilios económicos que evitaran el uso del transporte público masivo.
En realidad las entidades bancarias implementaron medidas básicas de bioseguridad, se limitaron a lo que el Gobierno Nacional decretó y debido a que no se emitió desde un principio un protocolo de bioseguridad específico y estricto para el sector, los contagios proliferaron, siguen proliferando y eso que hasta el Instituto Nacional de Salud catalogó a las sucursales bancarias como de alto riesgo de contagio demostrando que el sector más consentido de la economía puede hacer lo que le plazca con la anuencia y beneplácito de la Superfinanciera que emitió directriz para garantizar la prestación de los servicios financieros aún en medio de semejante pandemia que en estos momentos golpea al país con toda su intensidad.
Protocolos de bioseguridad
El 24 de abril de 2020 el Ministerio de Salud y Protección Social expidió la Resolución 666 de 2020 por medio de la cual se adoptó el protocolo general de bioseguridad para mitigar, controlar y realizar el adecuado manejo de la pandemia del Coronavirus COVID-19, con este protocolo se establecían criterios generales para que los diferentes sectores de la economía “Exceptuados” implementaran medidas para evitar la propagación del virus y se procurara mitigar los riesgos; hoy, con más de 4 millones de contagios y más de 100.000 muertes, es evidente que medidas como la de este protocolo fueron necesarias, pero no suficientes para controlar el riesgo y evitar el contagio; el protocolo ha sufrido modificaciones, se han flexibilizado algunas medidas, en este momento ya se derogaron los protocolos y se unificaron en uno, lo cual no controla el peligro, el riesgo inminente, denotando mayor preeminencia de la economía sobre la vida, y de allí los nefastos resultados.
Con la decisión del Gobierno Nacional de declarar como exceptuado al sector bancario y expedida la Resolución 666, con el liderazgo de la Unión de Empleados Bancarios “UNEB” en articulación con otras organizaciones sindicales como la Asociación Nacional de Empleados del Banco de la República – ANEBRE y el Sindicato Nacional de Trabajadores del Grupo Bancolombia- SINTRABANCOL con el apoyo de la Central Unitaria de Trabajadores, CUT y la Escuela Nacional Sindical, ENS desarrollaron una propuesta de protocolo de bioseguridad específico para el sector bancario y financiero de Colombia que fue presentado a las diferentes entidades bancarias, entes de control gubernamental, trabajadores y trabajadoras, clientes, usuarios y la sociedad en general el 11 de mayo de 2020, como una propuesta urgente y necesaria para que el Ministerio de Salud y Protección social expidiera el protocolo específico para este sector de la economía.
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El sector bancario se impone en la pandemia
A pesar de que el sector financiero se impuso y logró mantenerse operando desde el inicio de la pandemia, el Ministerio de Salud y Protección Social, en ese momento, no emitía un protocolo específico para esta actividad económica, mientras sí lo hacía con las demás exceptuadas, siendo evidente que el servicio prestado a clientes y usuarios era y es un foco crítico de contagio, pues después del sector salud, es el sector más transversalizado por la población y el contacto y manipulación de cheques, títulos valores y dinero representado en billetes y monedas se convierte en potenciales transmisores de bacterias y virus, amén de que en las instalaciones bancarias no se cuenta con la ventilación optima que se requiere, así como también lo es la exposición de los trabajadores al virus no solo en las instalaciones de la entidad, también durante el traslado entre la casa y la oficina, sin dar lugar a una georreferenciación para reubicar a los trabajadores en sucursales y oficinas equidistantes a sus residencias, propuesta que Uneb planteó a las entidades bancarias, curiosamente si consagrado para el sector de la construcción en su protocolo.
Solo hasta el 8 de junio de 2020 el Ministerio de Salud y Protección expidió la Resolución 892 de 2020 por medio de la cual se adoptó el protocolo de bioseguridad para el manejo y control del riesgo del Coronavirus COVID-19 en entidades del sector financiero, asegurador y bursátil vigiladas por la Superintendencia Financiera de Colombia que incluyó solo unas cuantas medidas adicionales en torno a la limpieza, la desinfección y la modalidad de trabajo, haciendo énfasis en el manejo presencial de la prestación del servicio. Después de un año de padecer la pandemia el sector financiero continúa siendo un foco importante de propagación del virus, opera de manera normal, impone la prevalencia de la libertad de empresa y privilegia la acumulación de grandes sumas de dinero en utilidades que no se corresponden con las medidas de bioseguridad que han debido implementar para proteger la salud y la vida de quienes trabajan y también de la sociedad en general, así como es pertinente mencionar que se ha llegado a restringir el acceso a la dirigencia sindical como expresión legitima de la libertad sindical, haciéndose manifiesto el desequilibrio frente a la libertad empresarial.
Medidas insuficientes
Con las cifras que deja la pandemia hasta ahora en el país, es necesario resaltar el importante aporte del protocolo generado por las organizaciones de los y las trabajadoras y la desatención de este aporte por las entidades del sector y el Gobierno. El protocolo profundiza en las medidas de prevención y seguridad, refuerza las medidas generales, hace énfasis y complementa medidas específicas como el lavado de manos, el distanciamiento físico, la georreferenciación de la comunidad de trabajadores (para reubicarlos en sucursales cercanas a su lugar de residencia y no exponerlos en su movilidad), los cercos epidemiológicos, el aislamiento preventivo, la limpieza y la desinfección; considera otros elementos de protección personal no contemplados por las resoluciones que favorecen la protección del trabajador mientras ejerce sus funciones y responsabilidades de manera presencial en la oficina; profundiza en la prevención y manejo de situaciones de riesgo de contagio donde se incluyen las modalidades de trabajo, finalmente, el protocolo hace recomendaciones en torno a otro riesgo que viene afectando de manera considerable a quienes trabajan en el sector bancario y a la sociedad en general, éste es el riesgo psicosocial, que ha venido y viene afectando la salud mental a tal punto que ya está ocasionando enfermedades de tipo mental.
El protocolo hace importantes propuestas en torno a la mitigación de los efectos de este riesgo en la salud mental, toca aspectos relativos a la organización del trabajo, roles y responsabilidades, la comunicación en las diferentes áreas de la empresa, la implementación de apoyos a quienes lo requieran, el uso de espacios y tiempos para la interacción segura, el suministro de información en torno a la prevención y atención en caso de necesidad (inclusión de comisión conjunta con representantes de la empresa y de los trabajadores para el manejo de la crisis y situaciones de contagio y demás), la formación y entrenamiento en caso de necesidad de primeros auxilios psicológicos o la comunicación con personas entrenadas para atenderlos.
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A manera de conclusiones
El país se encuentra en el pico más complicado de la pandemia, las necesidades y el inconformismo de la población superaron el miedo al contagio, el sistema de salud se encuentra al borde del colapso mientras el Gobierno Nacional ya anuncia más flexibilidad en las medidas adoptadas para mitigar los contagios, decretando así la pena de muerte, dado que el nivel de ocupación de las Unidades de Cuidados Intensivos supera el 98%. Por una parte, se critica la movilización social, pero de otra no se adoptan medidas eficaces en el trabajo que eviten los contagios y de esta forma una estadística de mayor mortalidad. El Gobierno Nacional no escucha y en momentos como los que se viven es necesario escuchar la voz de los y las trabajadoras, pues son quienes mueven el país (sin la fuerza de trabajo ninguna economía es dinámica) y generan la riqueza. El sector bancario y financiero no ha dejado de operar ni un solo día de pandemia, lo ha hecho en la presencialidad, desde la casa, en teletrabajo, haciendo uso de las diferentes modalidades permitidas y quienes trabajan en el sector han demostrado su compromiso y responsabilidad para darle continuidad al negocio y a la economía, incluso llegando a sacrificar su salud, su propia vida, la de su familia y seres cercanos; un hecho lamentable es la falta de suministro de información relativa a la pandemia, no se tiene acceso público a las cifras de contagiados, aislados y muertos en el sector.
Los bancos continúan generando grandes sumas de dinero en utilidades, lo mínimo sería que, producto de su próspero negocio, implemente protocolos que realmente garanticen medidas que prevengan la proliferación del virus, que sean responsables con la vida y la salud de sus trabadores y ofrezcan al país respaldo para salir de la crisis sanitaria, económica y social que padece.
Finalmente, es importante resaltar que sumado a la gestión en torno a los protocolos de bioseguridad, la UNEB solicitó a los bancos la compra de vacunas para la población trabajadora, solicitud a la que ya ha respondido el BBVA y BANCOLOMBIA quienes han informado sobre la compra de vacunas; se está a la espera de que las demás entidades respondan positivamente adquiriendo las vacunas para proteger a los trabajadores, la vacunación avanza a paso lento y ya que el Gobierno Nacional dio la posibilidad a los privados de adquirir las vacunas su suministro se constituye como una forma de reconocer y valorar el esfuerzo y compromiso de quienes trabajan en el sector. Es urgente que las entidades financieras hagan esta gestión, su acumulado de utilidades es más que suficiente para proteger la salud de hombres y mujeres y para que este virus no siga arrebatando más vidas de trabajadores del sector financiero.
UNEB como organización sindical más representativa del sector financiero colombiano ha desarrollado múltiples iniciativas para atender la salud y la protección a la vida de los trabajadores durante la evolución de esta pandemia y continuaremos trabajando en pro de mejorar las condiciones laborales de los trabajadores.
*Directivos sindicales de UNEB
**Las opiniones aquí expresadas no comprometen a la Escuela Nacional Sindical y son solamente de los autores.
María Piedrahita:
08/07/2021,Estoy de acuerdo con el artículo de AIL sobre lo que los empleados del sector financiero han pasado por la ineficiencia del gobierno frente a la pandemia, mi hermana trabaja en una cooperativa y le tocó irse para una sucursal a hacer unas vacaciones y con esa viajadera se contagió del virus y se vió muy mal, hoy se incorporó de nuevo a su trabajo en la cooperativa ahora la enviaron para Cali, pero en casa estamos preocupados porque si le repite tal vez no tenga las suficientes defensas para combatir la enfermedad.