El sindicalismo sociopolítico debe buscarle, junto a otros sectores, salidas a la crisis sanitaria, económica, social y política
Por Carlos Arturo Rodriguez Diaz*
Resulta inédito en la historia sindical, que a pesar de existir suficientes razones para protestar; este Día del Trabajo, no cuente con las tradicionales movilizaciones en las calles ni con las banderas sindicales, debido al confinamiento generalizado, producto del coronavirus. Este viernes Primero de Mayo, de manera inédita se conmemorará sus efemérides y se protestará desde las casas con pancartas, banderas, cacerolazos, música, poesía y se aprovecharan las redes sociales para expresar la voz sindical.
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En algunos países, la jornada de este viernes busca, en medio del distanciamiento físico, fortalecer la aproximación social para visibilizar el trabajo de los «olvidados» e «invisibles» de la sociedad, que siguen laborando en búsqueda del sustento diario o poniendo en riesgo su propia vida, como los médicos y enfermeras, lo mismo que los empleados de los supermercados.
Sin embargo, ésta es la oportunidad para sugerir a quienes hoy conducen el sindicalismo, retomar con fuerza las banderas del sindicalismo sociopolítico para que, junto con otros sectores, sigan en la acción política por salidas a la crisis sanitaria, económica, social y política, lo que implica gestionarlas y al mismo tiempo, construir futuro, propiciando un escenario para la implementación de la paz y para el cambio del actual modelo neoliberal que declina o colapsa.
Esta mega crisis debe acelerar el cambio de modelo, porque los negativos efectos de 50 años de neoliberalismo han sido la desigualdad en lo económico y el debilitamiento y desprestigio del Estado en lo político
Esta mega crisis debe acelerar el cambio de modelo, porque los negativos efectos de 50 años de neoliberalismo han sido la desigualdad en lo económico y el debilitamiento y desprestigio del Estado en lo político. Una economía basada en la extracción minera, en la tenencia de la tierra, en el comercio al detal y en la banca, no produce riqueza, produce concentración de la riqueza en pocas manos.
Recordemos que América Latina está enojada por ello y en los últimos años vemos una sociedad que protesta masivamente, entendiendo que la lucha económica o reivindicativa es muy importante pero que hoy, sus formulaciones son estructurales, porque el modelo neoliberal sobrepasó el paso de la industrialización, generando un cambio en el esquema ocupacional con despidos masivos y dando lugar al empleo tercerizado con formas de subempleo, relacionadas con ocupaciones precarias y remuneraciones por debajo del salario mínimo.
Sin duda alguna, la informalidad es una secuela del modelo neoliberal y un grave problema que trajo consigo mucha precariedad y una crisis de Justicia Social. Veamos: El informe de Oxfam del 2020 revela que el 1% de la población mundial posee más poder económico y político, que el 99%. El Programa Mundial de Alimentos de la ONU, anunció que, para finales del 2020, 265 millones de personas en el mundo, podrían morir de hambre.
*Ex presidente de la Central Unitaria de Trabajadores- CUT
VÍCTOR MANUEL CAÑAS CAMARGO:
01/05/2020,El neoliberalismo es la causa de las desigualdades, de las injusticias y de la invisibilización de los más humildes. El cambio de modelo es inminente. La pandemia se ha encargado de demostrar lo injusto del modelo y la necesidad de pensar en las personas, más que en la economía. Además se vuelve imperativo un nuevo modelo de productividad, respetuoso del medio, de las personas y de los derechos ciudadanos, hoy totalmente pisoteados, no a causa de la pandemia sino de la falta de humanismo y de la avaricia de los poderosos.