—Tres opiniones al respecto—
En el VI Congreso de la CUT realizado en Santa Marta a finales de septiembre, la única comisión que no presentó conclusiones fue la de reforma de estatutos. No hubo un consenso en torno a las propuestas que presentaron los diversos sectores, y por eso no se llegó a una resolución oficial en materia estatutaria.
Como solución, se determinó realizar un congreso extraordinario en el cual se espera que se aborde y discuta de una manera más serena y puntual las diferentes propuestas, y se logre un consenso; congreso que tiene un plazo de un año, o sea que deber realizarse antes de octubre del año entrante.
Varios son los puntos en controversia y todos apuntan a mantener o no la actual estructura organizativa y eleccionaria de la CUT, central que afilia a más de 500 mil trabajadores y trabajadoras del país.
Dada la importancia del tema, esta agencia de información conversó con el presidente y con el responsable de organización de la CUT: Luis Alejandro Pedraza y Gilberto Martínez, respectivamente, y con Norberto Ríos, ex director de la ENS y persona que desde el mismo nacimiento de la central ha sido un analista de su proceso organizativo. Esto opinaron:
Luis Alejandro Pedraza (Presidente de la CUT):
“En vista de lo ocurrido, el VI Congreso determinó asumir su autonomía y convocar a un congreso extraordinario dentro de un año. Nos parece excelente esta solución, porque lo grave hubiera sido adoptar una resolución contraria a los intereses de la central solo por el afán de adoptarla. El Comité Ejecutivo de la CUT se reunirá para establecer una metodología y empezar a desarrollar este congreso extraordinario, la tarea que se nos encomendó. El mandato es que sea dentro de un año, pero no hay fecha exacta. Habrá que convocar junta nacional y ésta determinará en qué fecha se realiza.
Sobre la característica que tendrá este congreso, expresó:
“No es propiamente un congreso para cambiar los estatutos, sino para ajustarlos a los requerimientos actuales de la CUT. O sea, cómo ajustar la metodología y el proceso eleccionarios para que éste sea lo más transparente y democrático posible; cómo desarrollar la dinámica de la organización sindical, porque todavía hay un debate fuerte sobre si prevalecen los 18 grandes sindicatos de industria, o los pequeños sindicatos en condiciones de igualdad con los grandes, como lo es el caso de Fecode, que es el ejemplo que se mencionó. Ahora, que un sindicato de 130 afiliados tenga los mismos derechos electorales de Fecode, me parece una cosa absurda, facilista, en el sentido de que como yo no puedo llegar a la dirección de la CUT regional o nacional, entonces la democracia me pone en igualdad de condiciones con uno que tiene 270 mil, como Fecode”.
A la pregunta si este debate puede originar fisuras en la CUT, Pedraza respondió:
“Por el contrario. El VI Congreso estuvo muy agitado desde el punto de vista del debate político y la presencia ideológica de las diferentes fuerzas, y eso es lo que hace rica y distinta a la CUT en el contexto del sindicalismo colombiano y Latinoamericano, eso es lo que hay que estimular. Yo tengo la responsabilidad de contribuir a eso, por eso vamos a un congreso extraordinario con toda la disposición, para que sea tan democrático y participativo como lo fue el VI Congreso”.
Norberto Ríos, ex director de la ENS:
“En la estructura actual de la CUT hay unos grandes ejes, que en mi opinión son modernos y ponen a la central de cara al futuro. El primero es el relacionado con el tipo de organizaciones que asocia la CUT. Desde su primer congreso, haciendo uso de su autonomía, tomó la decisión de que sería una central sindical y no una confederación. Como central sindical tomó la decisión de asociar solo a sindicatos de primer grado; tema que se profundizó en el V Congreso, cuando se decidió que la CUT sería una central que solo asociaría sindicatos de rama. Es de anotar que existen 4 clases de sindicatos de primer grado: de empresa, de gremio, de oficios varios y de rama, y la CUT decidió privilegiar su constitución a partir de sindicatos de rama, y establece como referente de 17 grandes sindicatos. Por lo que se vio en el VI Congreso, hay un conjunto de sectores que piensan que la CUT debe ser una asociación de sindicatos de primer grado y de federaciones, y piden representación para éstas y para todos los sindicatos independiente del número de afiliados. Es decir, que a los congresos puedan asistir delegados tanto de sindicatos de primer grado, como de las federaciones. Hoy estatutariamente los congresos de la CUT no admiten participación de delegados de federaciones de rama. En mi opinión la CUT se potencia más si se mantiene como una asociación de sindicatos de primer grado y de rama”.
“El segundo eje importante de discusión tiene que ver con la representación en los congresos de la central. Si el actual diseño organizativo establece grandes sindicatos de rama, tiene lógica que las delegaciones a los congresos se den con base en el número de afiliados, y por ello se estableció estatutariamente en 500 el número de afiliados a partir del cual un sindicato tiene derecho a tener representación en los congresos. Pero resulta que el 70% de los sindicatos afiliados a la CUT tiene menos de 500 afiliados, lo que plantea un problema que obviamente origina tensiones entre quieren hacerse representar en los congresos y no pueden hacerlo por preceptos estatutarios. La CUT, ante esta presión e intentando animar la afiliación a sindicatos de rama, tomó la decisión política, no estatutaria, de que sindicatos menores se agrupen y si suman los 500 afiliados pudieran asistir al congreso. Si la CUT quiere hacer efectiva su política de grandes sindicatos tiene que mantener ese criterio de representación, además porque ello desalienta el mantenimiento de pequeños sindicatos”.
“El tercer tema o eje de discusión es el relacionado con la elección directa de los integrantes del ejecutivo de la CUT. Los estatutos dicen que los miembros del comité ejecutivo se eligen por voto directo de los afiliados, no por un congreso de delegados, como algunos lo quieren y lo manifestaron en Santa Marta, con el argumento de que el sistema de elección directa es más manipulable porque hay mucha intervención de las fuerzas políticas, y que es un proceso que requiere mucha capacidad organizativa y recursos, dado que implica hacer campañas nacionales. La elección directa es un método más democrático, consulta al universo de los afiliados, es muy distinto que consultar a 700 u 800 delegados. La elección directa le da a los afilados la opción de decidir quién son sus máximos dirigentes, los hace partícipes de la vida de la central, y eso motiva e infunde dinamismo a la central”.
“Un cuarto tema en discusión es la representación de los sindicatos en el comité ejecutivo de la central, tanto a nivel nacional como regional. Hoy no hay límite de representación para ningún sindicato o sector. Los ejecutivos se eligen a partir del potencial electoral de los sindicatos. En el caso de Fecode, que tiene un gran número de afiliados, la representación es muy alta. Casi la mitad de los delegados oficiales al Congreso de Santa Marta lo fueron en representación de los sindicatos afiliados a Fecode. Es pues muy marcada su sobre-representación, y eso limita la posibilidad de representación de otros sectores económicos o de servicios. Es todo un nudo gordiano, difícil de desatar. Algunos sectores plantean que no tiene sentido participar de la CUT si nunca van a poder representarse en su comité ejecutivo, y piden que se ponga un límite al número de delegados, o que se establezca un comité ejecutivo con elección directa por circunscripción electoral según actividades o sectores, punto al que Fecode se opone radicalmente porque le quita representación. Una salida intermedia que se ha propuesto es que en la medida en que se constituyan los sindicatos de rama, y éstos afilien siquiera la mitad de los afiliados de un sector, sea posible que los presidentes de esos sindicatos participen en el comité ejecutivo con voz pero sin voto”.
“Y el quinto punto de discusión se da en el tema de los procedimientos electorales y el poder electoral. La CUT tiene un tribunal electoral con muy poco poder y unos procedimientos electorales muy precarios, tanto así que las directrices del Tribunal requieren ratificación del Comité Ejecutivo y este actúa como segunda instancia en las apelaciones y reclamaciones que se hagan ante el Tribunal Electoral, y así es imposible que éste pueda operar con plena autonomía. Se requieren procedimientos que le den más transparencia al proceso electoral, que no haya manipulaciones por parte de los actores políticos en la CUT. Las quejas en ese sentido son múltiples, de lado y lado. Así que hay que darle poder pleno al Tribunal Electoral, que no dependa del Comité Ejecutivo sino del Congreso. Es decir hay que construir el poder electoral en la CUT y no solo una comisión electoral que depende el Comité Ejecutivo”.
Gilberto Martínez, director de Departamento de Organización de la CUT:
“La CUT sigue siendo una central pluralista, por tanto todas sus decisiones se toman democráticamente. Esto quiere decir que en un congreso no se puede llevar a cabo una reforma estatutaria sin haber concertado una propuesta con las diferentes fuerzas. El departamento previó esta situación y la puso de presente; más aún, trabajamos una propuesta con los secretarios de organización conociendo las falencias estatutarias, el funcionamiento y articulación de las estructuras de la Central. Hay que reconocer que este fue un error que no se puede cometer nuevamente, por lo que es necesario trabajar en una comisión pluralista que elabore un borrador para poder socializar con las bases, tal como se hizo con las tesis, y poder lograr que en el congreso extraordinario concertadamente podamos lograr una reforma acorde con las necesidades de la Central, y así brindarle la mayor garantía a sus organizaciones afiliadas. La CUT necesita con urgencia ajustar su estructura y funcionamiento, abordar la reforma estatutaria con la mayor pluralidad. Por eso bienvenido el congreso extraordinario, que tenemos que preparar y concertar de manera que sirva para salir fortalecidos, y con una estructura coherente con las necesidades del sindicalismo”.
Al preguntarle su opinión en torno a mantener la estructura de la CUT con grandes sindicatos de rama, frente a la propuesta de que sea una central de sindicatos de primer grado y federaciones, Martínez respondió:
“Somos consciente que el tema no es dé forma sino de fondo, y debe abordarse bajo la mayor responsabilidad de todos sus afiliados. Nos identificamos con la decisión política de la Central para transformar su estructura de afiliación por grandes sindicatos por rama de actividad económica o servicios, que permite atacar la globalización neoliberal, la dispersión y la atomización en la que se encuentra el movimiento sindical. Hoy existen avances importantes, que marcan un referente, en sectores estratégicos como el estatal, transportes, agroindustria, sector informal, minero, educación y salud, que deben ser rodeados por el conjunto de los afiliados a la Central”.
¿Se debe mantener el número de 500 miembros como el mínimo de un sindicato para tener derecho a voz y voto en el congreso?
“Si hemos definido la Estructura de la Central de grandes sindicatos estratégicos por rama de actividad económica, tenemos que tener la visión de que la representación en el Congreso no se puede dar por pequeñas estructuras. Es como premiar a los compañeros para que sigan manteniendo la dispersión y atomización”.
Sobre el tema de la elección, directa o no, de los ejecutivos de la CUT, y el límite de representación en el comité, dijo:
“La elección directa es la expresión democrática más avanzada y debemos mantenerla. La CUT es la segunda central en el mundo, con la CTA de Argentina, que tiene este sistema. Indudablemente se deben implementar controles por fuera de la incidencia del Comité Ejecutivo, creando los órganos de control con autonomía para desarrollar sus funciones. Pero, además, en necesario superar algunos vicios de corrupción en nuestra dirigencia, que han desmejorado la credibilidad en el proceso. Y en cuanto al límite de afiliados por sindicatos con derecho a participar en el Congreso, creo que es necesario mantener la proporcionalidad que establece actualmente los estatutos, pues de lo contrario sería premiar la dispersión y atomización, y desestimular las grandes estructuras por rama”.