El conflicto laboral en el complejo carbonífero de El Cerrejón entró en una etapa de receso, luego de que el pasado sábado Sintracarbón, sindicato mayoritario, le notificó a la multinacional Carbones del Cerrejón el retiro del pliego de peticiones que presentó a su consideración, el mismo que se discutió durante más de 60 días sin acuerdo alguno.
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El retiro del pliego se produce en el momento que corría la hora cero para la declaratoria de huelga en la mina, votada y aprobada por la mayoría de los trabajadores desde mediados de marzo, en respuesta a la negativa de la multinacional para avanzar en la mesa de negociaciones.
Significa que la actual Convención Colectiva de Trabajo (CCT) de El Cerrejón se prorroga por 6 meses, hasta el 30 de junio de 2020. Lo que abre la posibilidad de que, a partir de la primera semana de mayo, se denuncie otra vez la convención y se presente un nuevo pliego de peticiones. Y será la Asamblea Nacional de Delegados de Sintracarbón la que determine si nombra una nueva comisión negociadora, en momentos en que, por la difícil coyuntura, no es fácil que esta asamblea se reúna presencialmente.
“En cualquier caso, no vamos a regalarle a la empresa la vigencia de la convención, ni ningún otro beneficio. Que lo logremos dependerá de la fortaleza del sindicato en la próxima negociación”, señaló en un comunicado Sintracarbón.
Recalca que hizo todos los esfuerzos necesarios para lograr un acuerdo con la empresa, incluso con la mediación del Ministro del Trabajo, Ángel Custodio Cabrera, y su delegado, Mauricio Rubiano. Con ambos se realizaron reuniones virtuales, pero la multinacional todo el tiempo ratificó su pretensión de disminuir el costo de la CCT por la vía del congelamiento, reducción y eliminación de beneficios a los trabajadores, muchos de ellos conquistados en históricas luchas.
“Planteamos diversas fórmulas de arreglo y la empresa siempre cerró las puertas. Fuimos los únicos creativos en la mesa, y así y todo no logramos un acuerdo”, señala el sindicato.
Sobre las razones para no acatar la decisión de huelga ya votada por los trabajadores, y preferir retirar el pliego, Sintracarbón en su comunicado explica que fue una decisión bien pensada y discutida a la luz del análisis de la coyuntura que vive el país y el mundo, cruzada por la emergencia sanitaria por el Covid-19 y el aislamiento obligatorio, las vacaciones colectivas y la reducción de operaciones en El Cerrejón, la baja de precios del carbón, y el querer de la compañía de descargar sobre los trabajadores el ahorro en sus costos de operación.
“Una huelga en tales condiciones le sería más conveniente al patrón que a los trabajadores. Además, en la práctica no había cómo hacer una huelga presencial y con verificación por parte del Ministerio de Trabajo”, precisa Sintracarbón.
Y la alternativa de acogerse al Tribunal de Arbitramento ni siquiera la consideró, ya que no tiene acogida entre negociadores, directivos y bases de Sintracarbón, que consideran que el Tribunal es “lesivo, extenso en el tiempo y deja el control de la negociación en manos de terceros”, señala. Además, es un riesgo, porque el Tribunal podría acoger los puntos de vista formulados por el patrón en la denuncia de la CCT, lo que significaría un fuerte revés para los trabajadores.
Por su parte, Sintracerrejón, el otro sindicato del complejo carbonífero, minoritario, en desarrollo del derecho de autonomía sindical sí prefirió convocar Tribunal de Arbitramento, el cual constituye una vía más válida para los sindicatos minoritarios que para los mayoritarios. Aunque Sintracerrejón también podría retirar su pliego de peticiones antes de que el Tribunal dicte el laudo arbitral.
Lo que la empresa quiere “arrebatar”
Según Sintracarbón, la multinacional pretender reducir y eliminar beneficios a los trabajadores. La estructura de su oferta incluye la congelación de valores económicos como la tabla de educación universitaria, el bono a la firma de la convención, la bonificación que recibe el que se va pensionado, pone topes a los viáticos por tratamiento médico del trabajador y su familia, se niega a pasar contratos fijos a indefinidos, entre otras pretensiones.
La empresa ni siquiera ofertó en los ítems sin impacto económico ni en los puntos nuevos del pliego. Y en el tema del reajuste salarial, solo ofreció el IPC por dos años, y que los montos económicos de otros beneficios mantengan el valor de 2019 para los años 2020 y 2021.
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Frente a estas pretensiones, Sintracarbón sostiene que El Cerrejón sí tiene los recursos para atender el pliego de los trabajadores, incluso en momentos de reducción de ventas y bajos precios del carbón. Porque el costo de la CCT es bajo en proporción con los costos operacionales totales de la compañía, y más con un dólar por encima de los $4 mil. Y también porque la multinacional goza de exenciones tributarias y se ahorra el 13.5% de los pagos de salud y parafiscales.
“Vemos una vez más la clase de patrono que tenemos: uno que siempre quiere recostar su sostenibilidad sobre los hombros de nosotros los trabajadores, los que producimos la riqueza. Pero ese empobrecimiento no lo vamos a permitir. Nunca entregaremos nuestros derechos”, puntualiza Sintracarbón en su comunicado.
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