Un mes cumple paro general de la agroindustria de la palma en Puerto Wilches

—Situación en punto muerto: no ceden los trabajadores ni los empresarios—
—Este sábado se desplaza caravana de solidaridad a Puerto Wilches—
El “desierto verde”, como eufemísticamente se le dice a la planicie sembrada de palma africana en Puerto Wilches, Magdalena Medio, región que proporciona empleo directo a unas 6 mil personas, cumple un mes de parálisis laboral total, sin que los empresarios ni los obreros vinculados por cooperativas de trabajo asociado, que son quienes sostienen el cese de actividades, hayan cedido en sus posiciones. Como tampoco han dado resultado los oficios del gobierno para solucionar el conflicto.

El punto central de este cese de actividades —que ya es más largo que el paro de 27 días que en 2008 realizaron los trabajadores de la región—, es la exigencia de que se elimine la contratación a través de las cooperativas de trabajo asociado (CTA) y otras formas de tercerización, para que las empresas asuman directamente la contratación. Es exactamente la misma exigencia que motivó el paro del 2008, sólo que ahora la hacen al amparo del Decreto 2025 que emitió el Gobierno en junio de este año, que prohíbe contratar trabajadores en misión a través de CTA. Además ahora los trabajadores agregaron a sus exigencias que se respete su derecho de asociación sindical.

El paro afecta la producción en todas las plantaciones y las 6 grandes empresas extractoras de la región: Bucarelia, Monterrey, Las Brisas, Palmeras de Puerto Wilches, Agropalmas y Agrícola del Norte, que en conjunto emplean unos 3 mil trabajadores bajo al modalidad de CTA. Se inició el 21 de septiembre como extensión de la huelga que los trabajadores sindicalizados de Bucarelia decretaron desde el 23 de agosto, tras agotar la etapa de arreglo directo sin que la empresa atendiera el pliego de peticiones presentado por Sintrainagro.

Al respecto el presidente de la CUT, Tarcisio Mora, dijo que es urgente que esta situación se solucione cuanto antes en una mesa de negociación, y adelantó que, como resultado de las gestiones que se han hecho en los últimos días, es posible que el martes 25 de octubre haya un acercamiento entre empresarios y trabajadores, con la mediación del gobierno. “Y allí estará la CUT para proponer alternativas de solución, porque este paro no se soluciona mandando a la policía a reprimir a los trabajadores”, señaló, refiriéndose a lo ocurrido el viernes anterior, cuando un escuadrón del Esmad intentó desalojar por la fuerza a los trabajadores de la empresa Palmeras de Puerto Wilches.

“Ahí se presentó un problema porque los compañeros, irritados y cansados por la falta de respuesta de los empresarios, se defendieron y enfrentaron la policía, que hasta ese momento no había intervenido porque no hay bloqueos de vías, los trabajadores sólo están haciendo lo que la ley les permite. Lo único que está parado son las fábricas y el corte del fruto. Pero sí la policía los ataca, ya es una situación que a nosotros los dirigentes, que queremos que la protesta sea pacífica, se nos sale de las manos”, aseguró por su parte Víctor Ovallos, presidente de Sintrainagro seccional Puerto Wilches.

Precisamente para este sábado 22 de octubre la CUT Nacional organizó una gran caravana de solidaridad con los trabajadores de Puerto Wilches, la cual se congregará en el corregimiento Puerto Sogamoso, y en ella participarán delegaciones de la CUT de Antioquia, los Santanderes, Cesar, Bogotá y Cundinamarca, al igual que varios sindicatos solidarios.

De otro lado, la CUT ya también denunció la situación ante la OIT y las organizaciones sindicales internacionales (CSI, CSA y la AFL-CIO de Estados Unidos), y hace gestiones para llevarlo a debate en la Comisión Séptima del Senado y Cámara.

Los empresarios también se movilizan

Un hecho sin precedentes en la región, y que contribuyó a azuzar el conflicto, fue la contramarcha que el pasado 12 de octubre realizaron unas 800 personas por las calles de Puerto Wilches, con pancartas y consignas de oposición al paro de los trabajadores cooperados y para reclamar el derecho al trabajo, marcha sobre la cual Víctor Ovallos declaró: “Fue organizada y financiada por los empresarios, que trajeron personal de San Pablo, Santa Rosa, sur de Bolívar, Barrancabermeja. Nos dimos cuenta de eso porque muchos ni sabían a qué venían, sólo sabían que les pagaban 35 mil pesos por asistir”.

Lo otro es que hay una avalancha de por lo menos 400 tutelas contra Sintrainagro y los dirigentes del paro, las cuales fueron interpuestas por directivos y trabajadores directos de las empresas, reclamando se les tutele el derecho al trabajo. “Incluso han entutelado a la policía porque no ha intervenido para abrir las fábricas y normalizar la situación, tal como es el deseo de los empresarios”, agregó Ovallos.

Fedepalma, organización gremial de los empresarios, calcula en $100 mil millones las pérdidas que al gremio le ha dejado el mes de cese de actividades, al tiempo que defiende el esquema de contratación a través de terceros. Así lo aseguró el gerente de Oleaginosas Las Brisas, León Darío Uribe, quien en declaraciones al periódico Portafolio señaló que las empresas tienen cargas prestacionales muy altas, lo que sumado al los problemas sanitarios (la plaga de un hongo que pudre el cogollo) y la falta de competitividad de la agroindustria a nivel internacional, hace que la tercerización en la contratación de la mano de obra sea un esquema al cual los empresarios no pueden renunciar. Pero sí están dispuestos a mejorar las condiciones de los tercerizados.

A ese respecto Víctor Ovallos responde que los empresarios de una agroindustria tan rentable, no pueden pretender que sus pérdidas y dificultades las asuman los trabajadores. Y sobre la promesa de mejorar las condiciones de los tercerizados, agregó:

“Eso mismo dijeron cuando el paro del 2008. Y en efecto mejoraron algunas condiciones, pero apenas por un tiempo, porque al cabo de un año eso quedó en letra muerta. Está claro que no quieren acabar con la intermediación laboral, no quieren discutir un pliego único sino que cada empresa negocie un pliego por aparte con sus trabajadores; no quieren que la CUT participe en la mesa como mediador y garante, y rechazan que los trabajadores se afilen a Sintrainagro”.

Al preguntársele cómo han logrado mantener un cese de actividades tan prolongado sin recibir un peso de salario, Ovallos contestó que eso se debe a la solidaridad que han recibido del movimiento sindical y de la comunidad de Puerto Wilches. “La situación es difícil pero tenemos la moral en alto, y vamos a seguir en paro hasta que sea necesario”, enfatizó.

Aunque si nos atenemos a lo que le dijo a esta agencia de información José Bolívar, obrero raso de una CTA de Monterrey, los trabajadores la están viendo gris: “Esto está muerto, no hay donde trabajar. Yo quiero que se componga rápido para poder tener ingresos. Debo dos cuotas atrasadas de la casa de mi mujer y ya me notificaron acta de embargo, y eso me tiene amargado, no duermo pensando en esas cuotas”.

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