—Información de análisis—
Por Héctor Vásquez F.
Escuela Nacional Sindical
El DANE acaba de publicar la cifra de crecimiento de la economía en el 2011, indicando un crecimiento del PIB de 5.9%.
Tal resultado fue inmediatamente destacado por el presidente Juan M. Santos: «Es muy buena noticia, porque se traduce en más empleo, menos pobreza y más prosperidad para todos», y agregó, según Caracol Radio, que 1´290.000 colombianos que salieron a buscar empleo, lo encontraron, y manifestó que el crecimiento económico que está teniendo Colombia lo pone a nivel mundial como un destino atractivo para la inversión: «Nos debe enorgullecer mucho porque nos están viendo como un país con gran futuro, como un país con unas políticas económicas estables, coherentes y sostenibles». Finalmente, el mandatario insistió en que su Gobierno seguirá trabajando para fomentar el empleo y reducir los índices de pobreza. Consultar https://www.caracol.com.co/noticias/economia/santos-destaca-crecimiento-economico-de-59-por-ciento-en-2011/20120322/nota/1658609.aspx
De acuerdo con el DANE, desde el lado de la oferta este crecimiento estuvo sustentado principalmente por los sectores minero, que creció 14.3%; transporte, almacenamiento y comunicaciones, que creció 6.9%; comercio, restaurantes reparación y hoteles, que creción5.9%; el sector de establecimientos financieros, seguros, inmuebles y servicios a las empresas, 5.8%; y construcción, 5.7%.
Desde el lado de la demanda, el crecimiento del PIB estuvo sustentado principalmente en las importaciones, que crecieron en un 21.5%, le siguió la formación bruta de capital, que creció en 16.6% —en este ítem figuran las inversiones que hacen las empresas, como equipo de transporte (45,2%) y maquinaria y equipo (25,8%), entre otros—; le siguen las exportaciones, con un crecimiento del 11.4%, principalmente carbón y petróleo, el consumo de los hogares, 6.5%, y el consumo del gobierno, 2.6%.
Nadie pone en duda la importancia de que la economía haya crecido en 5.9%. Más aún cuando este crecimiento se da en un contexto de crisis de la economía norteamericana (nuestro principal socio comercial) y de recesión de la mayoría de las economías de Europa, y luego de que el país soportara uno de los inviernos más intensos que hemos vivido, lo que naturalmente tenía que afectar la economía. Sin embargo, es necesario evaluar si de verdad es cierto lo que afirma el presidente Santos, en el sentido de que tal crecimiento “se traduce en más empleo, menos pobreza y más prosperidad para todos”, que es lo que nos proponemos responder en este comentario, al menos desde la perspectiva del empleo y del Trabajo Decente.
En efecto, el crecimiento de la economía siempre tendrá un impacto positivo en el empleo, como lo tiene negativamente cuando ésta se estanca o decrece, como lo vivimos en la coyuntura de 1999, cuando la economía decreció más de 4 puntos y la tasa de desempleo se situó alrededor del 20%. Esta vez el PIB creció 5.9% y este crecimiento se tradujo en un incremento en la tasa de ocupación, que pasó del 55.9 % al 58.5%; en la disminución de la tasa de desempleo, que pasó del 11.1% al 9.8% en igual período, con 4 meses del 2011 en los que la tasa de desempleo se mantuvo en cifras de un solo dígito; y en la generación de empleo: en total se generaron 1´220.596 nuevos empleos.
Sin embargo, la pregunta que es necesario hacer es sobre la calidad del empleo que se está generando, que es lo mismo que preguntar qué tanto Trabajo Decente está produciendo el crecimiento de la economía. Desde la perspectiva de la Organización Internacional del Trabajo (1999), Trabajo Decente es aquel que se realiza en en condiciones de libertad, equidad, seguridad y dignidad humana; un trabajo que además tiene que ser productivo y no de mera sobrevivencia.
En este sentido, un indicador clave de Trabajo Decente es la afiliación a la seguridad social en salud, pensiones y riesgos profesionales, de los cuales al menos dos queremos presentar para ilustrar qué tanto trabajo decente está generando el crecimiento de la economía.
Cuadro 1. Población ocupada y afiliados cotizantes a pensiones.
Cifras a diciembre de cada año.
Como se puede observar en el cuadro 1, en el último año el empleo creció en 6.24%, lo cual es muy positivo. Pero el empleo con protección social, al menos en relación con un indicador clave para medir la calidad del empleo como lo es la filiación al régimen de pensiones, retrocede. Lo que indica que el empleo que se está generando es mayoritariamente al margen de la protección social, empleo temporal, precario, generado principalmente en la economía informal.
Si miramos los resultados de 2011 por población ocupada según categoría ocupacional, los datos del DANE no son para nada reconfortantes, pues las categorías que más crecieron fueron precisamente aquellas relacionadas con trabajadores que tienen un empleo precario en todos los sentidos, como los “trabajadores sin remuneración en otras empresas”, que crecieron 62.27%, y los “trabajadores familiares sin remuneración, que se incrementaron en un 30.64%.
Cuadro 2. Gran Encuesta Integrada de Hogares Población ocupada según posición ocupacional Total nacional. Trimestre móvil.
Aunque la primera categoría tiene poco peso en el total del empleo (apenas el 0.8%), la otra sí es significativa, pues representa casi el 6% del total. Ambas categorías expresan situaciones laborales bastante precarias, como el hecho mismo de realizar un trabajo por el que no se recibe ninguna remuneración, como es el caso de muchos aprendices del SENA, que para recibir su certificación deben hacer una práctica en empresas por un mes o dos, sin ninguna remuneración, y sin la afiliación correspondiente a la seguridad social.
Como lo muestra el cuadro 2, durante el 2011 creció más la categoría del empleo por cuenta propia (donde se ubican mayoritariamente las actividades del puro rebusque y el trabajo en la economía informal) que la categoría del empleado particular, que corresponde principalmente al empleo asalariado, que es el que está regulado por la legislación laboral.
Por ramas de actividad, las mayores tasas de crecimiento del empleo se presentaron en sectores que generan poco empleo: el mayor incremento se presentó en el sector de suministro de electricidad, gas y agua (29,9%). Pero este sector apenas genera medio empleo de cada 100 de toda la economía. El segundo fue “las actividades inmobiliarias”, que presentó un crecimiento del empleo del 11.44%, sector que genera 6.4 empleos de cada 100; y el tercero fue el sector de “explotación de minas y canteras”, con un crecimiento de 11.33% en el empleo, un sector que tiene también muy poca incidencia en el empleo total, pues de cada 100 trabajadores apenas ocupa el 0.8% del total del empleo.
Cuadro 3. Gran Encuesta Integrada de Hogares Población ocupada según ramas de actividad Total Nacional. Serie Trimestre móvil.
Entre los sectores económicos que más incidencia tuvieron en la generación de empleo, el sector de agricultura, ganadería, pesca y caza fue el que más dinámica presentó en cuanto a crecimiento del empleo, con un incremento del 9.62%. En este sector se generan 18.7 empleos de cada 100 del total, sin embargo, la mayor parte del empleo en este sector se presenta por fuera del marco de la legislación laboral, como ocurre en la mayoría de las fincas ganaderas, donde a los trabajadores les pagan por día trabajado y no los afilian a la seguridad social.
El sector de comercio, hoteles y restaurantes, donde se generan 26.3 empleos de cada 100, presentó un crecimiento del 5,86%. En este sector es muy amplio el trabajo por fuera del marco de la legislación laboral. Los servicios comunales, sociales y personales, sector que genera el 18.57% del empleo total, y donde se ubican los servicios de salud y educación, el empleo creció el 4%. Y la industria manufacturera, donde se generan el 13.4% del total del empleo, presentó un crecimiento del 6,6%.
Lo que nos indican estos resultados es que la mayor parte de los empleos que está generando la economía colombiana, son de mala calidad; empleos precarios, empleos al margen de la protección social, y que el trabajo en la economía informal, antes que ceder, se está incrementando.
En este resultado inciden varios factores: el primero de ellos es el modelo de crecimiento económico que tenemos, sustentado en sectores como la minería, que generan poco empleo, la mayor parte por fuera del concepto de Trabajo Decente. Es lo que ocurre en la minería del oro y del carbón, donde los fenómenos de la tercerización precarizan dramáticamente las condiciones de trabajo.
El segundo factor es que cada vez más estamos remplazando trabajo propio por trabajo importado, a través del incremento de toda clase de importaciones, como lo demuestra el fenómeno de los sanandresitos y demás comercializadores de productos importados, fenómeno que se va a agravar con los tratados de libre comercio.
Adicionalmente, el poco dinamismo que muestra el crecimiento del consumo de los hogares (6.5%), frente al crecimiento de las importaciones (21.5%), la formación bruta de capital (16.6%) y las exportaciones (11.4%), condenan a que sectores claves en la generación de empleo y de valor agregado, como la industria, mantengan una dinámica de crecimiento bastante mediocre: 2.9% y 3.9% en los dos últimos años.
Finalmente, el poco Trabajo Decente que genera el crecimiento de la economía, tiene que ver con la poca o nula labor de inspección del Ministerio del Trabajo: una gran parte del trabajo por fuera de la legislación laboral ocurre porque los empleadores están absolutamente convencidos de que nadie los va a sancionar por eludir los derechos laborales, y por ello, ni pagan el salario mínimo, ni afilian a sus trabajadores a la seguridad, o siguen contratando a través de cooperativas. Como ocurre, por ejemplo, en el sector de la construcción, en el que el Estado podría poner condiciones para que todas las obras que contrate tengan como condición realizarlas con Trabajo Decente.