Diálogo social y defensa de lo público con Trabajo Decente

Retos del sindicato de Empresas Varias ante la integración con Grupo EPM

 Por Carlos Julio Díaz Lotero

Analista de la Escuela Nacional Sindical 

 Recientemente la Alcaldía de Medellín le presentó al Concejo los proyectos de acuerdo 106 y 107. El primero busca la integración de UNE–EPM con la empresa MILLICON (Tigo), y el segundo autoriza la transformación de Empresas Varias de Medellín (EEVV) en una Empresa Oficial de Servicios Públicos Domiciliarios organizada como una sociedad por acciones, con el propósito de integrarla al Grupo EPM y así obtener sinergias y economías de escala.

Se espera que con las EEVV como filial de EPM se potencien, se expandan y se integren los servicios públicos, y la recolección de las basuras tenga un horizonte más prometedor, con la ejecución de nuevos proyectos y la implementación de modernas tecnologías.

Llama la atención que mientras en el proyecto de acuerdo 106 se establece que en la fusión UNE–MILLICON “se conservarán los derechos laborales de los actuales servidores de UNE EPM Telecomunicaciones S.A.”, el proyecto de acuerdo 107 sobre EEVV nada dice sobre el tema. Solo en la parte motiva dice que la transformación “no implica interrupción en su régimen jurídico laboral y prestacional”.

Creemos que plantear este compromiso en la exposición de motivos no tiene ningún efecto vinculante, por lo que cobran fuerza los mensajes que la gerencia de EEVV le ha planteado al sindicato sobre el condicionamiento de EPM para dar paso a esta integración, la cual estaría sujeta a la modificación de algunas cláusulas convencionales, en particular la relacionada con la planta mínima de 510 trabajadores de la parte técnica y operativa.

Se puede argumentar que cualquier cambio de la convención colectiva requiere la voluntad de la empresa y el sindicato, lo cual es totalmente cierto. Pero también es posible que se quiera resolver la exigencia de EPM sin considerar las necesidades de los trabajadores, y probablemente continuar con la subcontratación ilegal de personal tercerizado, que hoy es 7 veces más grande que la nómina de planta.

Desde el año pasado el sindicato de trabajadores de las EE.VV le propuso a la gerencia crear una mesa de discusión para buscar por las vías del diálogo una solución a los intereses de las partes, o sea garantizar la viabilidad financiera de la empresa en un marco de defensa de derechos laborales. Pero la petición no fue atendida favorablemente. La propuesta sigue vigente.

El sindicato debe dar la batalla para conservar a EEVV como patrimonio público. En la encuesta de percepción ciudadana Medellín como vamos 2012, esta empresa fue calificada con 4,4, sobre un máximo de 5. Fue la tercera entidad pública mejor evaluada en la ciudad. De ahí que sin duda puede garantizar una gestión más eficaz y un potencial de expansión estratégica del servicio en el país, en momentos que el Alcalde de Bogotá viene dando una batalla por recuperar lo público en el servicio de aseo, mejorando el servicio  y combatiendo la corrupción.

La recolección de desechos sólidos es un servicio fundamental que en el resto del país está en manos de particulares y mafias. La recuperación de lo público en Bogotá y el fortalecimiento de éste en Medellín son claves para restablecer el protagonismo del Estado en el manejo de los servicios.

Otro reto del sindicato es lograr una agenda de trabajo decente que vincule de manera directa a los 1.800 trabajadores que laboran por medio de empresas contratistas, de acuerdo con las normas legales vigentes y la sentencias C–614 del 2009 de la Corte Constitucional. Incluso el sindicato ha planteado establecer un “capítulo especial” que concilie la viabilidad financiera de la empresa con los derechos de los trabajadores nuevos que se formalicen. Por eso no se entiende que EPM considere un obstáculo la cláusula convencional de la planta mínima de 510 trabajadores, cuando hoy de ésta sólo hacen parte 250 personas. Es decir, los trabajadores subcontratados que desempeñan labores misionales superan en casi 7 veces la planta de personal directamente vinculado.

Como la manipulación de basuras es un oficio riesgoso, otro reto para el sindicato es mejorar las condiciones de trabajo en relación con la salud física, emocional y mental de las y los trabajadores de EEVV, a partir de espacios ya existentes como los comités paritarios de salud ocupacional, el comité de convivencia y de otros comités de salud y riesgos. Debe actualizar el diagnóstico de salud y trabajo y los mapas de riesgos con metodología participativa; y hacer un plan de mejoramiento, previo diagnóstico sobre la peligrosidad de las condiciones de trabajo y salubridad.

Por otro lado, EEVV es financieramente viable. El problema del pasivo pensional ya lo resolvió con la creación de un patrimonio autónomo que asumirá esta responsabilidad. Debe ahora enfocarse en mejorar su productividad y resolver temas pendientes como la estación de transferencia, la reposición de vehículos, la disposición final y la promoción de una cultura del reciclaje, que incluya y fortalezca organizativamente a los recicladores.

 

 Entrevista con Iván Vanega C., presidente del sindicato de EEVV

“Tememos que la integración con EPM abra posible camino a la privatización de Empresas Varias”

Iván Vanegas, presidente sindicato EEVV

¿ El sindicato ve como un hecho promisorio la integración EEVV-EPM?

Sí. Creemos que el proyecto de acuerdo ya ha sido ampliamente tratado en las juntas directivas de ambas empresas y se le ha dado el aval. Ya llegó al Concejo, donde tiene respaldo político. También la ciudadanía ve bien esa integración.

 El tema del pasivo pensional de EEVV ya está resuelto. ¿Eso facilita  la integración con EPM?         

EEVV tiene 1.800 pensionados y los recursos para cubrirles su pensión ya están garantizados. Por eso para EPM, que es la que la quiere comprar, resulta más atractiva su adquisición. La pregunta es: ¿por qué no era tan atractiva antes?

¿Al sindicato qué le preocupa de la integración con EPM?

Que EEVV deje de ser pública. Nos preocupa que al ser integrada como sociedad por acciones, dentro de algunos años se venda parte de esas acciones a particulares. Porque la basura es un recurso y el aseo es un gran negocio, por eso los particulares siempre querrán quedarse con él. Hay mucha plata de por medio. Aunque hoy hay un aire diferente a nivel nacional contrario a la privatización, provocado desde la Alcaldía de Bogotá, habría que blindar a EEVV frente a posibles privatizaciones a futuro. ¿Qué esperamos nosotros? Qué con responsabilidad y sin ningún interés oculto se haga un buen acuerdo con EPM y éste se proyecte a nivel nacional; que se retome el proceso de devolverle al Estado el manejo de los servicios públicos esenciales. Creemos que el Estado no se los debió haber entregado a particulares.

Sobre las consecuencias que la integración pueda tener para los intereses de los trabajadores y el sindicato, ¿qué temores hay?

Venimos trabajando con la gerencia de EEVV para que en el proceso de integración con EPM a los trabajadores se les respete sus derechos laborales y convencionales, cualquiera sea la figura que adopte la integración. Y con respecto a los trabajadores vinculados con empresas contratistas, que son unos 1.800, la administración dice que sale muy costoso vincularlos con el factor prestacional que hoy tenemos los vinculados. Pero nosotros como sindicato estamos dispuestos a ser flexibles, y de ser necesario a revisar la cláusula de la convención colectiva para nuevas vinculaciones. Máxime cuando hay una sentencia de la Corte Constitucional que dice que los trabajadores de entidades públicas que hagan labores misionales deben vincularse directamente.

 ¿Y los contratistas de EEVV tienen labores misionales?

Claro. Hacen recolección, conducen los carros y barren la ciudad, que es el objeto misional de EEVV. Realizan exactamente las mismas labores que los trabajadores vinculados. Pero nosotros tenemos mejores condiciones salariales, ellos ganan sólo el salario mínimo con las prestaciones de ley, y nada más.

 Hablemos del reciclaje. ¿La normatividad colombiana favorece el reciclaje como política pública?

No. La Comisión Nacional de Agua Potable y Saneamiento Básico, CRAG, que es la entidad que regula las tarifas a nivel nacional en el aseo, en su estructura tarifaria no reconoce ni da incentivos a las empresas y personas que hacen reciclaje. ¿Por qué? Porque en el caso de Medellín la tarifa la calcula con base en el volumen de basuras depositadas en el relleno sanitario de Pradera. O sea que entre más basura EEVV lleve a La Pradera, mejor le va con la tarifa, y eso desestimula el reciclaje. Y lo contrario: si hace un trabajo intensivo en reciclaje disminuye sus ingresos. Eso es paradójico. El Congreso debería legislar sobre esa materia.

¿Cómo está en Medellín el tema del reciclaje?

Para cualquier ciudad el reciclaje es una apuesta ganadora, porque no podemos seguir enterrando la riqueza. Bien organizado y coordinado es un negocio importante y genera mucho empleo, aparte del beneficio para el medio ambiente. En Medellín hay un reciclaje formal que realizan algunas personas, asociaciones y cooperativas. Creemos que hay que integrar a todas esas personas y organizaciones, y que la misma empresa prestadora del servicio de aseo sea la que direccione y coordine ese tema. Hoy EEVV no tiene el control ni el manejo directo del reciclaje, no está técnicamente organizada para hacerlo más eficiente. Tiene que empezar a poner en cintura ese tema, dándole más altura y formalismo, y obviamente cuidando los empleos. Hay una sentencia de la Corte en ese sentido, que es la que está tratando de implementar el alcalde Petro en Bogotá. Aquí no se ha hecho.

¿En Medellín hay cultura del reciclaje?

Se ha venido manejando, en unas alcaldías más que en otras. En el pasado se crearon rutas especiales, hubo un plan de repartición de bolsas, pero ese proyecto fue abandonado. Es necesario empezarlo nuevamente.

Ustedes trabajan con basuras, o sea que el tema de higiene y salubridad en el trabajo es importante. ¿Cómo está ese aspecto?

Estamos muy quedados en la parte de higiene. Hay dificultades en los centros donde el personal se cambia de ropa, hay hacinamiento, son muy pequeños los espacios para tanto trabajador contratista que hoy tiene la empresa, que usan los mismos espacios que nosotros los vinculados.

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