Por: Carlos Julio Díaz L. Director ENS
A pesar de existir razones más que suficientes para que Colombia hiciera parte de los casos sobre los cuales los gobiernos son invitados a comunicar informaciones a la Comisión de Aplicación de Normas, por incumplimiento de los convenios ratificados, nuestro país quedó excluido de la lista final de 24 países.
Colombia hizo parte de la lista inicial de 40 países que publicó la OIT como candidata a ser llamada a la Comisión de Normas, por incumplimiento del Convenio 87, pero en el marco de las negociaciones y de la filigrana diplomática no se logró el propósito de que fuera uno de los 24 países que deben dar explicaciones en la Conferencia.
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No obstante, los voceros de las centrales sindicales CUT, CTC y CGT y de la Unión Sindical Obrera, han aprovechado los diferentes espacios en las Comisiones para denunciar los asesinatos de líderes sociales y la violencia anti-sindical, que no desaparece y muestra altos índices de impunidad; la judicialización y militarización de los conflictos laborales, y las limitaciones legales y acciones de hechos que dificultan el ejercicio de los derechos de libertad sindical.
Se ha puesto de presente la gran movilización nacional del sindicalismo de empleados de la administración pública, por la negativa del gobierno a dar una respuesta a las solicitudes plasmadas en el pliego marco y los pliegos sectoriales, que no solo plantean nuevas reivindicaciones sino el cumplimiento de acuerdos de años anteriores.
Por otra parte, se denunció el incumplimiento de los compromisos internacionales adquiridos por Colombia (OIT, Plan de Acción Laboral, Hoja de Ruta, Adendo de DDHH con Canadá, compromisos laborales en los TLC, etc.) para superar los obstáculos al ejercicio pleno de las libertades sindicales, como son la violencia, la impunidad, la tercerización ilegal, los pactos colectivos, los contratos sindicales, los riesgos de pertenecer a un sindicato, y las restricciones al derecho de huelga y de negociación colectiva.
La posición del sindicalismo colombiano ha tenido el respaldo en diferentes organismos internacionales, a saber:
- La Comisión de Expertos de la OIT, en su último informe, mostró su preocupación por la persistencia de los obstáculos para ejercer en Colombia los derechos de libertad sindical.
- A comienzos del presente año la Comisión de DD.HH. de la ONU llamó la atención por la violencia anti-sindical y la poca eficacia de las medidas adoptadas para prevenirla.
- El Departamento de Trabajo de los EE.UU. y la Oficina Administrativa Nacional de Canadá se expresaron en términos similares ante queja interpuesta por la CUT, Sintrainagro y la USO por el incumplimiento del capítulo laboral de los TLC.
- Por tercer año consecutivo la Comisión de Empleo de la OCDE presentó informe negativo para el ingreso de Colombia a este grupo, debido a los pocos avances para remover los obstáculos señalados.
También se denunció la posición de los gremios empresariales en la Comisión Nacional de Concertación de Políticas Salariales y Laborales, y en los grandes medios de información, en el sentido de oponerse a las diversas reformas que el país se comprometió a desarrollar en tratados comerciales, en acuerdos paralelos, y a las diversas recomendaciones dadas por la OIT.
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El sindicalismo colombiano, una vez más, ratificó su respaldo al proceso de paz con las FARC, el cual se encuentra en fase de implementación, y a las negociaciones con el ELN. Pero lamentó la doble moral del gobierno, que hace compromisos con los movimientos sociales en el país y en los escenarios internacionales, pero después se niega a cumplirlos.
El sindicalismo colombiano no tiene otro camino que mantenerse en movilización permanente en rechazo de la política económica y social de corte neoliberal del gobierno de Santos, y a la vez para presionar acuerdos que realmente se respeten.