—La empresa “infla” sus cifras para descalificar el pliego, denuncia Sintrametro—
—Este sábado el sindicato decide si va a Tribunal de Arbitramento o a huelga—
—Sindicato recibe amenazas de combos delincuenciales—
Sintrametro, el sindicato recién creado en el Metro de Medellín, “es como el hijo no deseado en una familia, con el que de todas maneras toca convivir porque ya es parte de ella”, con este símil resumió Claudia Montoya, directiva de Sintrametro, lo que ha pasado desde cuando éste se creó. Un hijo que además reclama el lugar que le corresponde porque, con apenas dos meses de nacido, ya es parte importante de la “familia Metro”: cuenta con 465 afiliados, de los 1.327 trabajadores directos que tiene esta empresa, es decir, suma la tercera parte.
Sin embargo, la empresa no parece valorarlo así. Si bien en un primer momento se declaró respetuosa del derecho de libertad sindical y manifestó su voluntad de trabajar “de la mano con el sindicato”, con sus actuaciones ha demostrado lo contrario: que lo aceptó a regañadientes, porque le tocó, toda vez que es un derecho consagrado en la Constitución, la legislación nacional y los convenios internacionales.
La empresa Metro, que tal vez sea la entidad pública más querida y admirada por los antioqueños dada la calidad de su servicio y los valores sociales y culturales que defiende, se demoró mes y medio para aceptar hablar con el sindicato, y de los 48 puntos del pliego de peticiones que éste le presentó para negociación, cuya fase de arreglo directo terminó el 5 de julio, sólo aceptó negociar dos puntos, relacionados ambos con temas de ley que está incumplimiento (vacaciones, capacitaciones, permisos por calamidad doméstica, entre otros).
“Las intervenciones y los argumentos de la empresa durante todo el proceso de negociación, nos mostraron que llegó a la mesa con la firme intención de no negociar nada”, señaló Rubén Cataño, presidente de Sintrametro, durante una rueda de prensa que el sindicato ofreció este lunes.
De tal suerte que ahora le corresponde al sindicato definir si acepta que el conflicto vaya a Tribunal de Arbitramento, o decreta la huelga, que son las dos opciones que le deja la ley; decisión que tomará en reunión de delegados que tendrá lugar el próximo sábado.
“Sería lamentable que tengamos que ir a un Tribunal de Arbitramento para que sean terceras personas las que tomen decisiones que podemos resolver las partes de manera directa”, agregó el señor Cataño.
Cifras infladas
Lo que más resulta extraño es la información que la empresa hizo circular en los medios, en el sentido de que el pliego de peticiones cuesta $34 mil millones, cifra que calificó de onerosas y afecta su estabilidad financiera, y la obligaría a aumentar las tarifas del servicio. Y es extraña porque esta es la hora en que nadie sabe esa cifra de dónde salió, pues el Metro no ha presentado ningún estudio que la sustente, pese a las reiteradas solicitudes que le ha hecho el sindicato. “Y mientras no lo haga, esa cifra no deja de ser una especulación, incluso porque en una reunión las directivas reconocieron que fue producto de un cálculo hecho a mano alzada”, denunció el presidente de Sintrametro”.
En cambio Sintrametro, con la asesoría de la Escuela Nacional Sindical, elaboró un estudio pormenorizado del costo del pliego con base en los estados financieros del Metro en los últimos 7 años y tomando el indicador EBIDTA (beneficio bruto de explotación calculado antes de la deducción los gastos financieros); estudio que incluso mereció felicitaciones por parte de los directivos de la empresa.
Según este estudio, el pliego sólo cuesta $14 mil millones, y eso si se atiende el 100% de las solicitudes contenidas en él, y cubre a los 1.327 trabajadores y trabajadoras, y sin contar las rebajas que surjan en la negociación. Considerando todos estos factores y variables, se calcula que finalmente el pliego valdría sólo $7 mil millones, lo que de ninguna manera afecta la viabilidad económica, ni la prestación del servicio ni las tarifas del Metro. Además también hay que considerar los $5.000 millones que la empresa ahorra en costos laborales por la deducción del 13.5% correspondiente al pago de parafiscales, por efecto de la Reforma Tributaria.
Lo preocupante es que el anuncio del Metro de que las pretensiones sindicales harían subir el valor de los tiquetes, llevó a que en las últimas horas se conocieran amenazas de combos delincuenciales de dos comunas de la ciudad, que responsabilizan al sindicato de las hipotéticas alzas. Ante tales amenazas las directivas del sindicato culpan al Metro por las consecuencias que su “irresponsable” anuncio pueda tener.
Se niega a revisar la parte contractual
El sistema contractual del Metro no garantiza estabilidad laboral para sus trabajadores. Como empresa social y comercial del Estado solo puede vincular en la categoría de empleados públicos de libre nombramiento y remoción a los funcionarios de la parte administrativa, o sea una mínima parte. Pero por estatutos internos el 46% de su personal lo tiene en esta categoría, entre ellos muchos de la parte operativa, que por tal motivo carecen de estabilidad laboral, pues en cualquier momento la empresa puede prescindir de sus servicios.
El 54% restante son trabajadores oficiales, con contratos con clausula presuntiva de vencimiento cada 6 meses, renovables si la empresa quiere. O sea que también pueden ser despedidos en cualquier momento, y sin un peso de indemnización así llevan diez o quince años.
“No es lógico ni justo que trabajadores que desempeñan el mismo cargo y hacen el mismo oficio tengan regímenes contractuales distintos, y ninguno les garantiza estabilidad”, explicó el presidente de Sintrametro.
Inestabilidad que genera en ellos incertidumbre, y les impide planear un proyecto de vida a largo plazo. Es lo que explica, por ejemplo, que más de la mitad de los y las trabajadoras no tengan vivienda propia. De ahí que éste sea un punto central en el pliego presentado a la empresa, que ésta se negó de plano a revisar con el argumento de una supuesta prohibición legal para hacerlo.
Trato indigno y acoso laboral
Otro punto central en la negociación, y que fue el “Florero de Llorente” que precipitó la creación del sindicato, tiene que ver con el acoso y el maltrato al personal por parte de algunos directivos, como lo señala una encuesta que el sindicato realizó internamente entre los trabajadores: sólo el 42% de ellos dijo estar satisfecho con el trato que recibe de sus superiores, y el 44% dijo estar nada satisfecho. El 75% manifestó haber sido víctima de mensajes ofensivos e intimidatorios, el 47% haber recibido comentarios hostiles y humillantes.
Es el caso de Carlos Toro, trabajador del departamento de señalización, quien asegura ser víctima de acoso laboral. “Mi jefe me hizo la vida imposible. Nos quitó los permisos, no podemos cambiar turnos con los compañeros y le tenemos miedo”, denunció. Y se conoce el caso de una empleada que asiste a tratamiento sicológico debido al maltrato laboral: “Gritan a los empleados y los amenazan con despedirlos si no hacen lo que les piden”.
En la encuesta también se preguntó si en la empresa existe participación de los trabajadores en la creación de un buen ambiente de trabajo: el 42% dijo que no y el 24% manifestó no saber.
Y lo otro es que en los procesos disciplinarios los y las trabajadoras no tienen suficientes garantías, de ahí que se abstengan de denunciar a sus superiores, les da miedo perder su empleo dado que tampoco tienen garantizada la estabilidad laboral. De ahí que un punto incluido en el pliego exija procesos disciplinarios coherentes y justos.
Inequidad salarial
En el metro se da el caso absurdo que trabajadores que tienen el mismo cargo y realizan las mismas funciones devenguen salarios con grandes diferencias, hasta de $600 mil. Y es un caso generalizado, puesto que en la encuesta el 76% dijo que en su área de trabajo existen personas que desempeñan la misma función con diferente escala salarial, situación que genera mucho malestar e inconformidad.
De ahí que la nivelación salarial sea una exigencia central del sindicato, que en el aspecto de mejoras salariales pidió el 5% de aumento, que es un punto de partida para negociar, pero a esto también hizo oídos sordos la empresa.
Sobrecarga laboral
Debido al ensanche y los desarrollos que ha tenido el Metro en los últimos años, la carga de trabajo ha crecido sustancialmente, pero no así la planta de personal, por lo que los y las trabajadoras hoy deben soportar una alta carga laboral.
El 31% de los que respondieron la encuesta dijo que se le ha exigido laborar en horarios excesivos, el 36% dijo tener vacaciones acumuladas, y el 29% que se les han negado permisos y licencias, así éstas se ajusten a las normas. Este tipo de circunstancias no solo son perjudícales en términos físicos, también tienen impacto en la condición mental del trabajador.
“Hay personas que trabajan 30 días con uno de descanso; y personas que han acumulado 3, 4 y hasta 5 periodos de vacaciones, lo que no es legal” reveló el presidente de Sintrametro.
Y a esto se suma que las jornadas de capacitación se programan en el tiempo libre de los trabajadores, lo que implica mayor agotamiento y merma del tiempo que dedican a su familia y a su vida social y afectiva. La encuesta también reflejó esa problemática. A la pregunta: ¿tiene la posibilidad de acordar los horarios de trabajo para realizar otras actividades: estudio, otro trabajo, dedicarse a su familia? La respuesta fue contundente: más del 60% respondió que no.
No hay transparencia en las convocatorias
El sindicato denuncia que las convocatorias que realiza la empresa para enganchar nuevos trabajadores, adolecen de falta de transparencia. “Antes de terminar el proceso de selección ya se sabe quién va a ocupar el cargo, eso es burlarse de la gente. Y muchas veces no promocionan a la gente de la empresa para un cargo sino que lo ocupan con gente nueva, que ni siquiera conoce la empresa”, anotó Cataño.
En la encuesta, el 44% de los y las trabajadoras dijeron haber participado en convocatorias para ascensos y promociones. Pero cuando se les preguntó si la convocatoria fue transparente, el 27% dijo que no, y otro 27% dijo no saber.
Pero el dato más diciente es que cuando se les preguntó si en su área de trabajo ingresó personal sin convocatoria previa: el 87% dijo que sí, con el agravante de que en muchos casos ese nuevo ingresa con mejores condiciones laborales que el que lleva años en la empresa. Estos hechos pueden estar violando normas jurídicas, ya que al Metro es una empresa pública y debería abrir convocatorias para suplir vacantes.
Es el caso de Astrid Tobón, comunicadora social, quien afirma: “Lo que veo es que llegan otras personas de afuera a ocupar puestos que yo podría tener por mis estudios y experiencia”.
Por eso Sintrametro exige en su pliego una política de ascensos y promociones que sea transparente, regulada por un comité de relaciones laborales donde tanto la empresa como el sindicato tenga participación, voz y voto.
Otros datos de la encuesta
– El 25% de los consultados manifestó haber sufrido algún accidente de trabajo, cifra muy alta. El accidente más común son los golpes con objetos: 40%.
– El 64% dijo haber tenido o contraído enfermedades a causa de su trabajo. Se destacan problemas en las rodillas, dolores en la espalda y cintura, problemas respiratorios y estrés.
– El 30% dijo no haber recibido a tiempo la dotación de uniformes.
Algunos datos de la empresa Metro:
– La Empresa de Transporte Masivo del Valle de Aburrá (Metro de Medellín Ltda), fue creada en 1979, con participación proporcional (50% y 50%) entre el Municipio de Medellín y el Departamento de Antioquia, y es hoy el único sistema metro que opera en el país.
– El sistema inició operaciones en 1995 y actualmente lo integran tres componentes: El Metro, con una extensión de 28,8 km y 32 estaciones; El Metro Cable, el cual inició operaciones en el año 2004 y actualmente cuenta con 3 líneas con una extensión total de 9,3 km; y el Metroplús, que es una red de transporte terrestre tipo BRT (Bus Rapid Transit) que inició operaciones en el 2011. Y para el año 2015 espera incorporar el modo de transporte de tranvía.
– Sirve a los municipios de Medellín, Bello, Itagüí, Envigado y Sabaneta, y moviliza cerca de 180 millones de pasajeros al año.
– Durante el 2011 el 95.9% de los ingresos del Metro provinieron de sus operaciones de transporte masivo.
– Actualmente el 80% de los y las trabajadoras tienen entre 25 y 45 años, en su mayoría pertenecientes a la clase media baja, en la mayor proporción con títulos de técnicos, tecnólogos y profesional.
Sindicato del Metro de Medellín denuncia persecución antisindical de la empresa, incluso con la policía – Revista Corrientes:
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