El Plan Nacional de Desarrollo es la hoja de ruta para fijar las políticas de gobierno en los próximos años
Por Marcelo Patiño Flórez
El pasado lunes 6 de febrero se presentó ante el Congreso de la República el proyecto de ley del Plan Nacional de Desarrollo, PND, que es la hoja de ruta del gobierno durante los siguientes 4 años.
Hay que destacar que las centrales obreras, con el apoyo de organizaciones de la sociedad civil le habían presentado al gobierno una serie de propuestas para ser incluidas en el PND. Lo anterior ocurrió en septiembre el año anterior durante la Conferencia Nacional del Trabajo, realizada en Bogotá. Los temas destacados de esas propuestas fueron:
- Estrategia hacia una Política Pública Nacional de Trabajo Decente para la vida.
- Estrategia del Trabajo Decente y Digno como un eje fundamental para el desarrollo de los territorios.
- Estrategia para la garantía de los derechos laborales de los trabajadores y trabajadoras rurales
- Estrategia para la relación laboral y no colaborativa de las y los trabajadores de empresas de plataformas digitales.
- Estrategia hacia el Trabajo de Cuidado Remunerado digno y seguro.
- Estrategia Hacia unos Verdaderos Pisos de Protección Social con enfoque de ciclo de vida.
- Estrategia para el reconocimiento de la condición de víctima del Movimiento Sindical y de la garantía del derecho a la reparación colectiva.
- Estrategia del acceso efectivo e integral a la justicia laboral para trabajadores y trabajadoras.
De esta gran cantidad de temas que propusimos como movimiento sindical, el gobierno se centró o implementó en el PND algunos; el artículo 59 prevé la creación de una política pública de trabajo decente, que busca, a grandes rasgos, la promoción de empleo e ingresos dignos, la extensión de la protección social, la garantía de los derechos fundamentales del trabajo, y el ejercicio del diálogo social y tripartismo. Además, incorporará planes, programas y proyectos específicos para las personas trabajadoras de las zonas rurales. Esta apuesta busca que no solo realice desde lo nacional sino que también tenga un enfoque territorial.
Otro logro, es crear una política pública que busque la inclusión laboral, en lo público y lo privado, de personas en condición de discapacidad, por lo que le asigna la función a múltiples organismos públicos para crear una hoja de ruta para la generación de empleo de esa población.
De igual forma, y como se habla desde hace tiempo, se pretende la formalización del trabajo público, donde la equidad, la meritocracia y la estabilidad prevalezcan, dando así bases a la propuesta del gobierno de limitar a su mínima expresión los contratos de prestación de servicios.
Un gran avance es el reconcomiendo de la economía del cuidado no remunerado como actividad productiva en el sector rural. Así un tema como la economía del cuidado, de tal importancia, no debió limitarse al sector rural, sino que se debió implementar de manera horizontal en todos los aspectos productivos de la sociedad.
Con esto podemos ver que el gobierno, si bien le apostó al mundo de trabajo, no fue tan ambicioso como lo esperábamos. Ya que si bien la creación de una política pública de trabajo decente, si se realiza de forma integral, podría ser transversal a muchas de las propuestas que hicieron los trabajadores representados en las centrales obreras. Deja por fuera temas que debieron tocarse frontalmente como los derechos de los trabajadores de plataformas digitales; limita la economía del cuidado solo al sector rural y no busca una política pública integral sobre el tema y deja a un lado el fortaleciendo al acceso a la justicia laboral tanto judicial como administrativa.
Por último, queda un sin sabor que de un documento de 166 hojas, donde se representa y se habla de múltiples grupos y sectores sociales, no sé escriba ni una sola vez la palabra sindical o sindicato. Si bien en la política de trabajo decente se habla del diálogo social y del tripartismo que no pueden existir sin los sindicatos mismos, como trabajador sindicalizado esperaba un mayor reconocimiento ya que desde el mismo Estado ha existido y existe una política antisindical.
Aun así creo en el PND y creo en su espíritu de combatir la inequidad que tiene sumida a Colombia en brechas sociales que día a día se abren más. Espero que las reformas que siguen en material pensional, de salud y especialmente laboral, traigan consigo un cambio concreto para la realidad de millones colombianos.
Los Centros de Atención Laboral son un proyecto financiado por el Departamento de Trabajo de los Estados Unidos y ejecutado por la Escuela Nacional Sindical. Con él se busca llegar a los sectores priorizados por el Plan de Acción Laboral Obama-Santos: caña de azúcar, palma de aceite, puertos, minería y flores.
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