Fecode advierte que colegios públicos no cuentan con infraestructura que garantice bioseguridad

En momentos en que el gobierno se apresta a tomar la decisión de abrir parcial y progresivamente el sector educativo, tras dos meses de cuarentena, Nelson Alarcón, presidente de la Federación Colombiana de Trabajadores de la Educación (Fecode), aseguró que ni el sistema educativo ni la infraestructura están preparados para que los estudiantes regresen a las clases presenciales cumpliendo protocolos de bioseguridad.

“Los colegios públicos tienen dificultades para el regreso a clases semipresenciales en medio de la pandemia. En la inmensa mayoría de instituciones no existen los elementos necesarios como jabón, gel antibacterial o toallas. En las zonas rurales es peor. Y el Gobierno no ha girado los recursos mínimos para que los colegios puedan adecuarse y proteger la vida de los estudiantes”, señaló el directivo de Fecode

Fecode sostiene que es necesario mantener el aislamiento obligatorio para estudiantes, padres de familia, docentes, directivos docentes, trabajadores administrativos y de servicios generales, acordando estrategias de continuidad del año lectivo con bioseguridad. Pero aún no se aborda el tema de los ajustes curriculares y plan de estudios de los colegios, los contenidos, el sistema de evaluación y promoción de estudiantes, entre otros temas.

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«No se trata de volver por volver, si no de proteger la vida de los estudiantes, maestros y padres de familia. Los maestros estamos cumpliendo a cabalidad en medio las dificultades, con las pocas herramientas que tenemos, pero estamos cumpliendo«, anotó Alarcón.

Recordó que desde el 5 de mayo Fecode envió una solicitud a la Ministra de Educación, contenida en una carta de 12 puntos, en la que plantean soluciones para el regreso a clases en medio de la pandemia. Al tiempo que denunció la poca o ninguna respuesta por parte del Ministerio de Educación. Llevan más de dos semanas solicitando una reunión virtual con la Ministra Angulo, sin recibir ninguna atención.

Son puntos que tienen que ver con la declaratoria de emergencia educativa para enfrentar de manera adecuada la crisis; replantear el año escolar y hacer un pare para concertar, porque no es un año académico normal. Tiene que ver con la flexibilización académica y en el calendario escolar, con la conectividad a Internet y el acceso al conjunto de las TIC, que debe ser un derecho gratuito en todo el país, de fácil acceso, manipulación y uso pedagógico.

La falta de infraestructura adecuada es un aspecto delicado, señala el presidente de Fecode. Y no es por causa de la pandemia. Hay 470 contratos que no se ejecutaron para reconstrucción y readecuación de colegios, esas instituciones están paralizadas, producto de las irregularidades detectadas por el Ministerio de Educación. Como también está enreda la construcción de mega colegios en diferentes regiones, quedando comprometidas más de 5.600 aulas educativas.

«Si antes de la pandemia no estaban las condiciones mínimas para que nuestros jóvenes y nuestros niños pudieran estar dignamente en las aulas, mucho menos lo están ahora con todos los protocolos de bioseguridad que hay que cumplir«, explicó Nelson Alarcón.

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Los puntos de la carta de Fecode a la Ministra

En carta fechada el 6 de mayo a la Ministra de Educación, María Victoria Angulo González, el Comité Ejecutivo de Fecode enumera los puntos que el Gobierno y la comunidad educativa debe tener en cuenta a la hora de una reapertura parcial o total del sector educativa, a dos meses de iniciada la pandemia. Estos puntos son:

Declarar la emergencia educativa, para enfrentar de manera adecuada la crisis.
Que el Gobierno cumpla los acuerdos firmados con Fecode en 2019, relacionados con la reforma al Sistema General de Participaciones para apropiar mayores recursos para la educación pública, la salud, el agua potable y el saneamiento básico.
Replantear el año escolar, hacer un pare para concertar porque no es un año académico normal, es atípico. El Ministerio de Educación Nacional orienta estrategias y actividades, pero no brinda garantías para que los colegios hagan ajustes curriculares al plan de estudios, a los contenidos, sistema de evaluación y promoción de estudiantes. El asunto no puede reducirse a cumplir 40 semanas de clase con estudiantes y 52 con los y directivos docentes.
Concitar a los distintos actores de la educación para que, mediante los Gobiernos Escolares, hagan los ajustes y adaptaciones en medio del aislamiento social y las dificultades, de acuerdo con las nuevas realidades y contextos, acuerden los procesos académicos valorando las condiciones existentes.
La conectividad a Internet y el acceso al conjunto de las TIC debe ser un derecho gratuito en todo el territorio nacional, de fácil acceso, manipulación y uso pedagógico. El uso de las redes sociales, el tele y radio aprendizaje, la educación a distancia, son herramientas para apoyar los procesos pedagógico, nunca pueden reemplazar la escuela presencial.
Los materiales entregados como guías por el Ministerio de Educación y las Secretarías de Educación, no pueden cumplir el simple papel de mantener ocupados a los estudiantes. Estos recursos, más los que elaboran los maestros con sus recursos y creatividad, deben ser herramientas para repensar y darle sentido al año escolar en medio de las incertidumbres de la pandemia.
Es necesario mantener el aislamiento obligatorio para estudiantes, padres de familia, docentes, directivos docentes, trabajadores administrativos y de servicios generales, acordando estrategias de continuidad del año escolar. Las reuniones de maestros se hacer por plataformas virtuales, y para la distribución de material a los estudiantes se debe utilizar servicios de mensajería, evitando al máximo los desplazamientos y contactos para evitar la propagación del virus.
Acordar una revisión de las relaciones técnicas para disminuir el número de estudiantes por maestro y así garantizar un acompañamiento más personalizado. La arbitrariedad con la que han actuado algunas secretarias de educación, ordenando la desvinculación de educadores provisionales, no pago de horas extras, recorte del personal docente, vulnerando el derecho al trabajo, aumenta la carga laboral y tensiona la salud de la comunidad educativa.
Los contenidos y los procesos pedagógicos deben gravitar en torno al desarrollo de la capacidad creativa, el pensamiento lógico matemático, la lectura crítica, la formación en habilidades socio afectivas y éticas, que promuevan la libertad de cátedra y el abordaje de temas esenciales frente a la emergencia sanitaria.
Atender las directrices de la OIT sobre seguridad y salud en el trabajo. El Ministerio de Educación debe formular un plan de reingreso presencial ordenado, cuando no existan riesgos y se haya controlado la pandemia, proporcionando los elementos de protección y bioseguridad apropiados, y salubridad de los entornos escolares.
Como Fideicomitente, el Ministerio debe exigir al FOMAG, la Fiduprevisora y los prestadores, un servicio de salud digno para el magisterio y sus familias, como también la debida protección y pago oportuno de los salarios del personal de salud y de servicios generales; adoptar medidas y planes de contingencia, y adecuar un suficiente número de UCIs y demás equipos médicos; trazar la ruta de emergencia y cómo actuar y ser atendido en caso de infección por COVID-19.
El Ministerio debe valorar las condiciones y nuevos escenarios de trabajo en las Instituciones, y con base en ello hacer la evaluación de desempeño de docentes y directivos docentes, de conformidad con los acuerdos pactados con Fecode. Así como reconvenir a los directivos docentes que están presionando a los docentes a romper la cuarentena o a asumir sobrecarga laboral.

En tiempos difíciles y escenarios complejos, Fecode reiteró su compromiso en defensa de la vida, la paz, la salud, la educación pública.

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