Aquí presentamos algunas alternativas para que el sindicalismo pueda enfrentar mejor la postpandemia
“No hay democracia sin la experiencia viva del trabajo y la deliberación” Cristophe Dejours
Por Víctor Hugo Ramírez, profesional ENS
El trabajo se posicionó como una cualidad máxima de la modernidad, (mitad del siglo XV y finales XVII). Durante la Primera Revolución Industrial todo aquel que trabajaba se le veía como una persona de bien y tenía la posibilidad de conseguir bienes y servicios para sobrevivir. Con el desarrollo del capitalismo y posteriormente el neoliberalismo, el trabajo se enquistó como el gran valor moral de la humanidad.
En la actualidad los pensadores neoliberales, con la tesis de la Cuarta Revolución Industrial, buscan avanzar en nuevas formas de producción y en “la redistribución de la riqueza”. Esas ideas no son más que eufemismos teniendo en cuenta que la riqueza se acumulará cada vez en menos manos, mientras que el problema existencial para los trabajadores se agudizará ya que estos cambios no tienen en cuenta la centralidad del trabajo humano. Además, las reducciones en los costos de producción, en nombre de la productividad y de ser competitivos, afectará los ingresos de los trabajadores.
Con el advenimiento de la Cuarta Revolución Industrial se avanzará en la destrucción de empleos y en la tecnificación de procesos a través del Bigdata. Se olvida la centralidad del trabajo humano. Al hombre o a la mujer que no “produzcan” se les señala, se les reprende y el Estado los aísla y no les da la protección necesaria por su pobreza. Lo anterior se evidencia con la actual crisis generada por el Covid 19 que ha generado destrucción de más 4 millones de empleos en abril, solo en Colombia.
La actual crisis está ocasionando la imposición de medidas de carácter regresivo para las y los trabajadores. Tenemos por ejemplo, el aumento de la jornada laboral, pago de prima en cuotas, disminución de salarios y suspensiones de contratos. De la misma manera, hay propuestas por parte de los empresarios en el sentido de implementar el trabajo por horas, el contrato rural y el pago de la seguridad social por hora con la excusa de recuperar los empleos, pero la historia ha demostrado que estas medidas no son eficientes y solo generan más acumulación de capital a los dueños de las empresas.
Por otra parte, los movimientos sociales, sindicales y políticos que se proclaman de izquierda y/o progresistas, han venido denunciando por décadas la degradación del sistema. Argumentando lo parasitario y voraz que es con los medios de vida y los recursos naturales, además de lo anárquico en su producción por su infinito crecimiento económico. Este fenómeno se refleja en el excesivo consumo de bienes y servicios que adoptó el sistema en los hábitos de la subjetividad humana.
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Los fenómenos actuales
En la actualidad y desde mi punto de vista, a raíz del covid 19 se presentan varios fenómenos. Encuentro por lo menos dos económicos y dos sociales.
Los económicos son:
1. El neoliberalismo vio llegar el virus con perplejidad. La pandemia ahondó la crisis que se estaba dando con los bajos precios del petróleo, lo que ocasionó un pánico financiero y una destrucción de capitales. Estos fenómenos perjudicaron los bienes de capitales reales como las pensiones y las cesantías de los trabajadores, principalmente de países con economías más débiles como Colombia.
2. El avance de reformas encabezados por los gobiernos neoconservadores, como el colombiano: Estas medidas traen consigo retrocesos en derechos laborales y de seguridad social. Así las cosas, en nombre de la cuarta revolución industrial, estamos viendo una nueva fase del neoliberalismo que solo aumentaran las brechas sociales.
Y los sociales son:
- El desprecio por la vida, principalmente la de los ancianos. Según datos del gobierno nacional, la tasa de mortalidad en Colombia de las personas mayores de 60 años a raíz del Covid-19 es del 73%. Esta población ya vivía con una precaria atención en salud y el virus permitirá alivianar las cargas pensionales y los costos en salud, a favor del sector financiero y de los dueños de la salud en Colombia.
Otra situación viven los profesionales de la salud. Ellos son sometidos por el sistema a situaciones éticas y económicas y se enfrentan a la elección entre quien vive y quien muere (esto se ha evidenciado en lugares con brotes descontrolados). Muchas veces la decisión tiene que ver con la centralidad del trabajo, es decir quien puede producir y quien ya produjo.
2. La evolución de las e-commerce, la digitalización de procesos y el impulso de los servicios hasta los hogares se potenciaron en esta crisis. Podemos observar el éxito de tipos de trabajos como los repartidores de las plataformas digitales: “Uberización de la economía”. Por otro lado está la peligrosa transición del trabajo a distancia y precario, como el caso italiano del lavoro agile.
Las corrientes sindicales del país y el mundo deben estar en alerta con lo descrito anteriormente. Ya no es suficiente mantener los métodos tradicionales de organización y negociación colectiva. Se debe comenzar a debatir temas de innovación y crecimiento de la afiliación y comprender las nuevas realidades de lo que implica la cuarta revolución industrial.
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7 alternativas para el sindicalismo
En el mundo del trabajo no puede haber democracia y estabilidad si la deliberación no se vuelve un hábito entre sus actores. En ese sentido y teniendo en cuenta la situación que estamos viviendo propongo las siguientes alternativas para el sindicalismo:
- Las organizaciones sociales y el sindicalismo no pueden salir debilitados de este momento pandémico. Tendrán que dar la pelea por mantener los principios de solidaridad y de cooperación dejándolos plasmados en la negociación colectiva.
- La democracia participativa se debe poner al orden del día y no esperar que la democracia representativa haga las tareas sociales.
- No aceptar por ningún motivo la degradación del trabajo. Con las nuevas formas de organización del trabajo se degradarán las prestaciones sociales, los contratos de trabajo e incluso de la vida misma.
- Los trabajadores del futuro vendrán con unas lógicas individuales perpetuadas por el reimpulso de la educación virtual. El sindicalismo debe ayudar a fortalecer las exigencias estudiantiles sobre estas transformaciones que tendrán implicaciones sociales y para los futuros sindicalistas.
- Algunos sindicatos deben dejar de mirar solo su perspectiva desde lo gremial y avanzar en comprender la centralidad política del trabajo. Deben entender que el trabajo vivo y la cooperación será principal para mantener derechos e ir en búsqueda de nuevos acuerdos en pro de la humanización del trabajo.
- La búsqueda en la regulación de las nuevas formas del trabajo está avanzando. Los estados, como empresarios, están en la lógica de buscar una centralidad individual, sin interacción, con contratos basura y con máxima flexibilización. Por otro lado, el sindicalismo debe abanderar propuestas, regulaciones y entender los retos de los cambios tecnológicos para mantener el equilibrio en la relación laboral y los principios descritos en la libertad sindical.
- Es una responsabilidad como ciudadanos y ciudadanas ir decididamente por las formas de rentas ciudadanas o como otros la llaman renta básica. El panorama en el que nos encontramos a corto plazo contiene destrucción de empleos, destrucción de recursos naturales y precarización. La renta básica puede menguar la crisis y ayudar a la preservación de la vida de las personas más vulnerables.
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