La Federación Colombiana de Educadores, Fecode presentará este jueves su informe ante el Sistema Integral de Justicia, Verdad, Reparación y Garantías de No Repetición. El documento recoge datos de más de 1000 asesinatos, desapariciones forzadas y atentados de muerte en contra de maestros y maestras, y la presunta participación de al menos 300 personas en dichos hechos.
La entrega del documento será acompañada de actividades culturales y relatos de familiares, amigos y compañeros de los docentes víctimas. El informe recoge las victimizaciones vividas por la organización sindical en tres décadas. En el escrito se evidencia la persecución e intento de exterminio de los profesores activistas sindicales de Fecode.
Según datos de Fecode, la cuenta asciende a más mil educadores asesinados, desaparecidos y atacados en medio del conflicto armado colombiano. Antioquia, Valle del Cauca, Cesar, Arauca, Caldas, Risaralda, Córdoba, Norte de Santander, Cauca, Santander, Nariño y Bolívar fueron y aún hoy siguen siendo, los departamentos más afectados por las violaciones a la vida, libertad e integridad de los miembros y dirigentes de Fecode y sus sindicatos filiales.
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Impactos de la guerra en la labor sindical de Fecode
Tras 60 años de fundada, Fecode se ha convertido en una de las organizaciones sindicales más grandes e influyentes del país, lo que a su vez le ha significado ser la organización con el mayor número de víctimas de violaciones a los Derechos Humanos e infracciones al Derecho Internacional Humanitario.
Según el Sistema de Información de Derechos Humanos, Sinderh, de la Escuela Nacional Sindical ENS, se habrían cometido al menos 6.119 violaciones a la vida, libertad e integridad de los docentes sindicalizados entre 1986 y 2016, de las cuales 990 fueron homicidios, 78 desapariciones forzadas, 49 atentados contra la vida y 1549 desplazamientos forzados, entre 1986 y 2016.
De la misma manera, la Comisión de Derechos Humanos de Fecode, bajo la asesoría del Centro Internacional para la Justicia Transicional y de la Escuela Nacional Sindical, documentó casos de asesinatos, desapariciones forzadas y atentados de muerte en contra de docentes sindicalistas en diez departamentos de país. En estos casos se logró determinar la participación de al menos 400 presuntos responsables, entre los cuales estarían miembros del Estado, grupos armados ilegales y terceros civiles. Un número que, de cualquier modo, evidencia el espinoso panorama que han atravesado los líderes sindicales en el país.
Lo anterior evidencia que la violencia antisindical contra los profesores se ha caracterizado por ser sistemática, selectiva, dirigida, disciplinante e instrumental. Esta violencia fue usada como un mensaje ejemplarizante y una forma de ganar control social por parte de los actores armados en los territorios. El ataque contra Fecode afectó a maestros y maestras de formas particulares y con expresiones diferenciadas en los ámbitos rural y urbano.
En efecto, en las diferentes regiones del país se persiguió a muerte a los docentes más activos en las movilizaciones y reivindicaciones de los derechos humanos y sociales; a quienes se resistieron a los controles ejercidos por grupos armados, y aquellos que ejercieron un importante liderazgo sindical, social, político, comunitario y pedagógico. Los docentes activistas fueron víctimas de una feroz campaña en su contra. Sectores del Estado y de la clase política participaron directa o indirectamente de esta campaña, y contribuyeron así a la persecución e intento de exterminio de toda una generación de docentes líderes locales. Esta es, una de las principales conclusiones del informe “La vida por educar”, que será entregado ante la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP), la Comisión de la Verdad y la Unidad para la búsqueda de personas dadas por desaparecidas.
La magnitud de los crímenes cometidos revela que los maestros y maestras han sido blanco de una violencia sistemática, configurando así un crimen de lesa humanidad, cuya verdadera magnitud aún falta por esclarecer e investigar. En Colombia ha existido una cultura altamente antisindical que alimentó un entorno de impunidad social y judicial que ha silenciado los posibles reclamos de justicia y la sanción de los máximos perpetradores y determinadores de esta violencia. Persiste una impunidad del 94%.
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Deuda histórica
Todos hemos sido educados por un profesor o profesora, por lo cual la sociedad debe dimensionar el lugar que han jugado ellos en la construcción de comunidad, en los procesos sociales y políticos del país. Cuando un maestro es amenazado, es desplazado, es asesinado, la sociedad en su conjunto pierde un pedazo de su historia y de confianza en el Estado.
La sociedad colombiana tiene una enorme deuda con sus educadores. Eso pasa no solo por dignificar la profesión, sino por reconocer las atrocidades que fueron cometidas en su contra. Deuda que, en parte, intenta saldar este informe.
Se trata de un informe esencial para entender la realidad de los docentes hoy, en la cual en lo que va corrido del 2019 más de 800 educadores han sido amenazados y 10 asesinados. Las aterradoras cifras sólo constituyen una representación parcial de la naturaleza y la escala de la violencia que ha soportado y continúa soportando diariamente el Magisterio, y quien, a pesar de todo, continúa resistiendo y luchando por el futuro del país. Fecode sigue caminando con el firme propósito de hacer de la escuela un territorio de paz, y que los horrores de una guerra que se llevó a más de mil docentes nunca más vuelvan a repetirse.
Esta es la primera vez que Fecode lleva su caso colectivo ante un tribunal de justicia, en medio de un país que le cuesta trazar un camino para hacer realidad la paz con justicia social, para reconciliarse y donde los derechos humanos se vulneran constantemente. Un país sacudido por el sistemático señalamiento y asesinato de líderes sociales y sindicales.
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