—Un año completó su protesta en una carpa frente a la embajada de E.U—
—Exigen que el Ministerio de Trabajo se “apersone” de su crítica situación—
—Dicen estar dispuestos a ir hasta las últimas consecuencias—
Tras un año exacto de permanecer en acción de protesta dentro de una carpa frente a la Embajada de Estados Unidos en Bogotá, desesperados y ya hartos de la indolencia del Gobierno y la indiferencia de General Motors Colmotores para solucionarles su situación, esta mañana 4 de los trabajadores que fueron despedidos enfermos de esta multinacional norteamericana resolvieron continuar su protesta con una huelga de hambre y la boca cosida con hilo, como señal de que esta vez están dispuestos a ir hasta las últimas consecuencias.
Se trata de Jorge Parra, Manuel Ospina, Carlos Trujillo y Pedro Rincón, quienes hacen parte de Asotrecol, como se llama la asociación de trabajadores enfermos y discapacitados de la General Motors Colombia (Colmotores), organización que hoy cuenta con 68 afiliados y que desde el 1º de agosto de 2011 instaló una carpa con tablas y plásticos frente a la Embajada de Estados Unidos, a fin de lograr que la empresa les reconozca sus derechos violados, pues en su mayoría no sólo Jorge Parra, presidente de Asotrecol
fueron despedidos en estado de enfermedad
y discapacidad, sino también mediante componendas (que han denunciado como ilegales) entre funcionarios del Ministerio de Trabajo y la EPS a la que estaban afiliados.
“En vista de que no hemos encontrado un compromiso serio en la solución de nuestras denuncias por parte del Gobierno Colombiano, la Embajada de Estados Unidos en Colombia, el Ministerio de Trabajo, y de nuestro principal agresor: la General Motors Colombia, iniciamos desde el 1º de Agosto de 2012 una huelga permanente de hambre con los labios cosidos, hasta tanto no se resuelvan cada uno de las peticiones que hemos instaurado… Es una medida extrema, pero nuestra situación también lo es. Consideramos que a los trabajadores no sólo se pueden matar con balas, también lo hacen con la indiferencia y el olvido. Estamos condenados a una muerte lenta y desgarradora, donde nos da lo mismo adelantar un poco esta agonía, por eso nuestra decisión es definitiva”, señala en un comunicado Asotrecol.
Los trabajadores agremiados en Asotrecol padecen diferentes enfermedades osteomusculares: hernias discales, lesiones de columna, síndrome de túnel carpiano, etc. A lo largo de los últimos tres años 45 de ellos fueron despedidos por la empresa estando enfermos, sin indemnización ni ninguna consideración especial. Sólo 10 lograron que su enfermedad fuera reconocida como de origen profesional, y ahora esperan que se les reconozca la pensión de invalidez, debido a que su mal ha avanzado tanto que ya están completamente incapacitados para laborar, y ninguna otra empresa los va a contratar por las enfermedades que padecen, a menos que renuncien a ellas. Es el caso de Jorge Parra, presidente de Asotrecol, quien ya tiene 3 tornillos y 2 espaciadores incrustados en su columna vertebral, y aún así la calificación de su enfermedad no le da los puntos suficientes para que le reconozcan su pensión.
Con la dramática y extrema decisión de coserse los labios, ahora exigen su reintegro a la empresa y la reubicación en puestos que puedan realizar y no afectan más su salud; exigen el reconocimiento de la pensión para los discapacitados crónicos; indemnización y reparación por los atropellos que han recibido de la empresa; y la posibilidad de crear un sindicato de trabajadores discapacitados dentro de la empresa.
“En una reunión que tuvimos con la empresa, ésta manifestó que les iba a arreglar la situación a algunos de los compañeros, aunque no dijo de qué manera. Pero nosotros no aceptamos porque el arreglo debe ser para todos los que tenemos el problema”, señaló Jorge Parra.
Denuncian corrupción
Con la dramática y extrema decisión de coserse los labios, ahora exigen su reintegro a la empresa y la reubicación en puestos que puedan realizar y no afectan más su salud; exigen el reconocimiento de la pensión para los discapacitados crónicos; indemnización y reparación por los atropellos que han recibido de la empresa; y la posibilidad de crear un sindicato de trabajadores discapacitados dentro de la empresa.
“En una reunión que tuvimos con la empresa, ésta manifestó que les iba a arreglar la situación a algunos de los compañeros, aunque no dijo de qué manera. Pero nosotros no aceptamos porque el arreglo debe ser para todos los que tenemos el problema”, señaló Jorge Parra.
Denuncian corrupción
Según Asotrecol, los trabajadores enfermos de Colmotores fueron víctimas de una confabulación entre personas de la empresa, la aseguradora de riesgos profesionales y funcionarios del Ministerio del Trabajo. La asociación logró demostrar (y así lo corroboró la comisión del Ministerio del Trabajo que a petición de la Procuraduría visitó el año pasado la empresa) que ésta manipulaba las historias clínicas de los trabajadores, a fin de darse cuenta de quiénes tenían principios de una enfermedad laboral para proceder a despedirlos antes de que su enfermedad avanzara, bajo el diagnóstico de enfermedad común, no profesional, a fin de eludir su obligación con esos enfermos.
“Eso lo hemos denunciado como concierto para delinquir, falsificación de documento público y constreñimiento para que los trabajadores firmaran actas fraudulentas”, dijo a esta agencia (antes de coserse los labios) Jorge Parra, presidente de Asotrecol. Por tales hechos un inspector del Ministerio de Trabajo ya fue sancionado y otros más están siendo investigados.