Proclamas del Comando Nacional Unitario y la CSI con ocasión del 1° de Mayo

El mundo laboral y sindical se prepara para la conmemoración, este próximo lunes, del 1° de Mayo, Día Internacional del Trabajo, fecha que en Colombia, como cada año, estará acompañada de masivas marchas y movilizaciones en las principales ciudades, organizadas por todas las centrales y federación sindicales.

La gran mayoría de las marchas están programadas para empezar entre las 8 y 9 de la mañana. En Bogotá saldrá del Planetario (calle 26) y se dirigirá por la carrera 7° hasta la Plaza de Bolívar. Por su parte, las organizaciones sindicales de la Sábana de Bogotá marcharan por las calles de Zipaquirá, desde la entrada del barrio Primero de Mayo hasta el parque principal.

Escuchar la convocatoria de la CUT:

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En Medellín saldrá del Parque de los Deseos, al norte de la ciudad, tomará la carrera Carabobo y luego la Avenida Oriental, para terminar en la calle San Juan, frente al Centro Administrativo La Alpujarra.

En Bucaramanga los marchantes se concentrarán en la plaza Luis Carlos Galán, desde donde se dirigirán al Parque de los Niños. Y en Barrancabermeja la salida es en Asodeyon y el final en la Plaza de Yondó.

En Cartagena los manifestantes se concentrarán en el sitio 4 Vientos, para de ahí seguir por la Avenida Pedro de Heredia hasta Home Center San Fernando.

Con motivo de esta importante fecha, el Comando Nacional Unitario (CNU), conformado por las tres centrales sindicales colombianas, y la Coordinación de Organizaciones Sociales (COS), emitieron una proclama en la que señalan los puntos más relevantes de la problemática política y laboral del país, que a la vez serán los que orienten las consignas que agitarán durante la marcha del 1° de Mayo.

En esta proclama rechazan la creciente imposición de “lesivas” medidas económicas, sociales y laborales por parte del gobierno de Juan Manuel Santos, como la reforma tributaria con aumento del IVA, el “mísero” salario mínimo, la ley que concedía derechos laborales a las madres comunitarias, aprobada por el Congreso pero negada por Santos. Y aunado a eso, la voraz ola de corrupción asociada a los escándalos de Odebrecht, CBI, Ruta del Sol II y Navelena, Reficar y acueductos de la Costa Atlántica, entre otros, que desangran la nación.

Otro motivo para protestar este 1° de Mayo, según el Comando Nacional Unitario, es la crisis en la negociación colectiva en el sector estatal, que tras casi dos meses no muestra avances, apenas un pírrico aumento salarial que califican como “una burla a los trabajadores”, la negativa a aumentar plantas de personal como medida para acabar con la tercerización y la informalidad en el sector; y el incumplimiento de más del 50% de los acuerdos firmados en los pliegos del 2013 y 2015, situación que puede derivar en un paro nacional estatal.

En su proclama el CNU rechaza también el papel de Estados Unidos y la administración Trump en la intromisión en asuntos internos de las naciones, y su poderío armamentista para imponer su dominación.

Y con respecto al proceso de paz, señala que es necesario implementar acuerdos que den las garantías políticas, logísticas y de seguridad que permitan la participación de las FARC en la vida política como partido legal, y exhortan al diálogo y negociación con el ELN en Quito. Asimismo, rechazan la ofensiva represiva contra los dirigentes y líderes sindicales y sociales, lo que contradice la propaganda sobre la construcción de un proceso de paz.

Finalmente, anuncian para el 2 de junio una reunión en Bogotá para determinar la fecha y plan de acción para la realización de un paro cívico nacional con participación de los más amplios y variados sectores sociales, políticos y sindicales del país, pues la situación no deja otra alternativa.

Por su parte, la Confederación Sindical Internacional (CSI), en su comunicado con motivo del 1° de Mayo llama la atención sobre el nacionalismo y la xenofobia, que erosionan la solidaridad en momentos en que el mundo se enfrenta a la mayor crisis de refugiados en 70 años, y las y los trabajadores migrantes se ven privados de dignidad e igualdad de trato. Da cuenta de una encuesta mundial en la que el 78% de los trabajadores quiere que las empresas se responsabilicen de sus cadenas de suministro, y el 79% considera que el salario mínimo no es suficiente para vivir dignamente.

“Están surgiendo nuevos desafíos, con la tecnología transformando el mundo del trabajo, con las emisiones de carbono amenazando con ocasionar aún más devastación por culpa del cambio climático, y con ideologías populistas y de extrema derecha convirtiéndose en tendencias dominantes”, anota en un aparte de su proclama, en la que al final exhorta a los Gobiernos a situarse del lado de los trabajadores y trabajadoras.

Proclama del Comando Nacional Unitario:

Ante la barbarie económica, impulsemos la más amplia protesta nacional

El 2017 se ha constituido en un año en el cual las disputas por el control mundial de los recursos naturales y los lugares estratégicos para mantener las hegemonías por parte de los Estados Unidos de Norteamérica se hacen cada vez más enconadas. La intromisión en asuntos internos de las naciones, el uso de la fuerza militar y el poderío armamentista para imponer su dominación, el boicot y las conspiraciones aupada por los gringos en los países que no le copian a cabalidad sus dictámenes, son los elementos predominantes en la era del nuevo gobernante de la Casa Blanca, Donald Trump.

Así lo demuestran las intervenciones con bombardeos en Siria, los desplazamientos de tropas y maniobras militares sobre Corea del Norte, las acciones directas e indirectas para remover a gobernantes latinoamericanos que no gozan del agrado del imperio del norte y las demostraciones hostiles frente a los inmigrantes, en especial hacia el pueblo mexicano con la humillante amenaza del muro fronterizo.

En nuestro país se acrecienta la imposición por parte del gobierno de Juan Manuel Santos de las más lesivas medidas económicas, sociales y laborales en la era del neoliberalismo y el libre comercio, de fin de año nos quedan los amargos recuerdos de la reforma tributaria con aumento del IVA, el mísero salario mínimo, la negación de la ley aprobada en el Congreso y negada por Santos que le concedía derechos de trabajadoras formales a las madres comunitarias.

Así mismo, en la semana anterior han impulsado con inusitada propaganda la entrada de Colombia en la OCDE, el nuevo tratado de libre comercio comandado por los Estados Unidos y Europa, con reforma pensional cantada a los cuatro vientos para dar un nuevo zarpazo a los ya menguados ingresos de los trabajadores y el engorde de las arcas de los grandes potentados y multinacionales que nos han llevado a ser uno de los países más desiguales del mundo.

La entrega de la riqueza y el trabajo nacionales a la voracidad del capital extranjero va en aumento, la perdida de la soberanía económica y política junto a la pauperización de las condiciones laborales de millones de colombianos se convierten en el pan de cada día. La destrucción del aparato productivo nacional es patética, la actividad económica se ve reducida a la acción de las multinacionales de la gran minería y la gran plantación, y el condicionamiento político de Washington se vio reflejado en la competencia de quien sirve mejor al imperio. Santos fue el primer presidente latinoamericano que expresó su respaldo a la tropelía norteamericana en Siria, y al unísono Uribe y Pastrana se juntaban para arrodillarse frente a Trump en un Club de la Florida y entrometerse en los asuntos internos de nuestra hermana república de Venezuela.

Aunado a esto, padecemos la más voraz ola de corrupción puesta al descubierto por los escándalos de las multinacionales Odebrecht, CBI y Canal de Isabel II, en Ruta del Sol II y Navelena, Reficar y acueductos de la Costa Atlántica, entre otros, que financian campañas presidenciales del 2010 y 2014 de Santos y Uribe, y desangran a la nación entera.

La negociación colectiva en el sector estatal atraviesa una situación crítica, el pliego de peticiones a todo nivel concentran en dos temas su importancia, uno es la definición del incremento salarial para el presente año a los empleados públicos, el gobierno ha ofrecido la cifra de inflación más 0,15%, lo cual calificamos como una burla a los trabajadores, el otro tema es el de las plantas de personal, su fijación y ampliación, como única medida para acabar con la tercerización y la informalidad que es la tónica predominante en la contratación de personal a nivel del estado. Todo lo anterior atravesado por el incumplimiento de más del 50% de los acuerdos firmados en los pliegos del 2013 y 2015, lo cual muestra como es la actuación de un gobierno despiadado con los trabajadores sin importar las normas nacionales e internacionales que en materia laboral se niega a cumplir.

Para la clase obrera y la nación, los acuerdos de paz del gobierno con la guerrilla de las FARC son un gran paso en la vía de erradicar la utilización de las armas en la lucha política, y, en su defecto, esta se realice de manera civilizada en el marco del orden constitucional. Se hace necesario que la implementación de los acuerdos se garantice por las partes, exigiendo del gobierno las garantías políticas, logísticas y de seguridad que permitan la participación de las FARC en la vida política del país como partido legal, igual exhortación hacemos en el diálogo y negociación que se realiza en Quito con la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional –ELN-.

Rechazamos la ofensiva represiva del gobierno contra los dirigentes y líderes sindicales, sociales y políticos que contradicen su propaganda sobre la construcción de un proceso de paz. Así mismo necesitamos que a los partidos minoritarios se les asegure su participación y permanencia en la contienda política nacional, y no, como se pretende hacer con la reforma política en tránsito, que hasta ahora colocaría a estas fuerzas políticas en peligro de desaparecer, deben atenderse las peticiones que han formulado en carta dirigida al presidente de la República recientemente.

En este primero de mayo de 2017, el llamado de las centrales obreras y la coordinación de organizaciones sociales y políticas a los trabajadores y a la nación entera es a defender a Colombia de los embates del imperialismo, el gran capital financiero, las multinacionales y en fin, levantar nuestra voz de lucha y resistencia contra toda injerencia extranjera en los asuntos internos de Colombia ya sean económicos, políticos o sociales; la exigencia del respeto a la soberanía y la autodeterminación de los pueblos es bandera legitima, la cual debemos levantar hoy ante las acechanzas que perturban nuestra nación. Y a los trabajadores estatales nuestro llamado es a preparar las condiciones que nos permitan defender nuestros pliegos de peticiones hasta con la huelga y el paro nacional estatal si se hace necesario.

La situación actual que afrontamos los trabajadores y sectores populares no nos dejan otra alternativa que continuar en la preparación de un paro cívico nacional con participación de los más amplios y variados sectores sociales, políticos y sindicales del país y para ello los invitamos a que en este mes de mayo convoquemos y realicemos los encuentros departamentales de organizaciones sindicales, sociales y políticas, para determinar nuestros compromisos con esta lucha nacional y asistir a la reunión nacional del 2 de junio de este año en Bogotá para determinar la fecha y plan de acción para su preparación y realización.

Declaración de la CSI con ocasión del 1° de Mayo

Alto a la Codicia Corporativa. El mundo necesita un aumento salarial

Los logros de generaciones de trabajadores y trabajadoras, que se celebran el 1 de mayo, están sometidos a ataques continuos y sistemáticos, dado que las poderosas multinacionales y un puñado de personas inmensamente ricas son quienes establecen las reglas de la economía mundial. Los Gobiernos reculan, doblegándose ante los ultra-ricos e incumpliendo sus obligaciones de garantizar trabajo decente para todos y poner fin a la pobreza.

El nacionalismo y la xenofobia erosionan la solidaridad, en momentos en que el mundo se enfrenta a la mayor crisis de refugiados en 70 años y los trabajadores y trabajadoras migrantes se ven privados de dignidad e igualdad de trato. Decenas de millones de mujeres y hombres están sometidos a condiciones de esclavitud moderna, y muchos más constituyen la mano de obra oculta de las cadenas de suministro, se les deniega el derecho a establecer sindicatos o a recibir un salario mínimo vital, y a menudo están sometidos a condiciones de trabajo peligrosas y denigrantes. El 40% de la mano de obra mundial está atrapada en la economía mundial, sin disfrutar de derechos y llevando una existencia precaria.

El venenoso dogma de la austeridad, diseñado para transferir aún mayores riquezas al 1%, afecta particularmente a las mujeres y frena cualquier perspectiva de progreso respecto a los grandes desafíos de nuestros tiempos. Con más de mil millones de personas afectadas por la violencia o la inseguridad, y cientos de miles situados en primera línea de conflictos armados, la amenaza de nuevas guerras nunca es muy remota.

No puede haber paz sin derechos humanos, y es la garantía de los derechos humanos, incluidos los derechos fundamentales de los trabajadores, lo que sienta las bases para la prosperidad y la paz. El sistema económico se ha roto, y las reglas deben revisarse, por y para la mayoría y no solo unos pocos. En todo el mundo los trabajadores y las trabajadoras se defienden, organizando sindicatos para combatir la intimidación y la violencia, haciendo campaña por el trabajo decente y haciendo huelga incluso donde no se les reconoce ese derecho.

En las fábricas del este asiático y las plantaciones de Centroamérica, en pueblos y ciudades de toda África y en el mundo en general, los trabajadores y trabajadoras responden a la intimidación empresarial reclamando el respeto de su derecho a establecer sindicatos, a negociar colectivamente y a la protección social, y pidiendo empleos seguros y garantizados. Las mujeres dicen “Cuenten con nosotras” por la igualdad en el trabajo, inversión en la economía de cuidados, acabar con la brecha salarial de género y el lugar que les corresponder por derecho en las directivas sindicales.

Durante 130 años, este día ha sido una ocasión para celebrar la solidaridad y rendir homenaje a todos aquellos que sacrificaron tanto en la causa por la justicia social. En 2017, el Primero de Mayo nos brinda una vez más la ocasión para demostrar la fuerza y la determinación de la clase trabajadora frente a la opresión, dar muestras de solidaridad dentro y fuera de las fronteras nacionales, y avanzar en la tarea de construir un mundo mejor.

Están surgiendo nuevos desafíos, con la tecnología transformando el mundo del trabajo, con las emisiones de carbono amenazando con ocasionar aún más devastación por culpa del cambio climático, y con ideologías populistas y de extrema derecha convirtiéndose en tendencias dominantes.

Exhortamos a los Gobiernos a que afronten las amenazas y la intimidación de la élite que hoy por hoy controlan las palancas del poder, y a situarse del lado de los trabajadores y trabajadoras.

Reafirmamos nuestro compromiso de solidaridad hacia todos aquellos que son víctimas de represión, pobreza y explotación, y no cejaremos en nuestra misión de lograr prosperidad, igualdad y dignidad para todos y todas.

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