En vísperas del 1º de Mayo, la ENS presenta, en cifras, el panorama general del estado del trabajo decente en Colombia:
- Bajos salarios y desigualdad en la redistribución de la riqueza. Más del 40% de los trabajadores ocupados devengó de 0 a un salario mínimo. Lo que hace que Colombia sea uno de los países más desiguales del continente, con un coeficiente de concentración de la riqueza, Gini, de 0,522.
- La informalidad laboral sigue arrollando. De cada 100 ocupados, 64 carecen de protección social, sólo el 41 cotiza a salud, 38 a pensiones, 37 a una la compensación familiar, 36 a cesantías y 44 a riesgos laborales.
- El Estado no protege libertades sindicales. La inspección, vigilancia y control por parte del Min-Trabajo, no es eficiente. Tiene en total 834 inspectores registrados, pero en la práctica sólo 156 vigilan y controlan. Las Cooperativas de Trabajo Asociado se convirtieran en “falsos sindicatos” para seguir tercerizando en condiciones aún peores, pervirtiendo de paso la finalidad de las organizaciones sindicales. De 667 querellas presentadas por pactos colectivos y tercerización laboral ilegal, sólo 134 tienen decisión en firme. Y apenas se produjeron 2 sanciones, contra BBVA y Bavaria, con multas irrisorias de $64 millones.
- Práctica sistemática de relaciones laborales ilegales. El 17,3% del total de ocupados, 3´813.880 trabajadores lo hicieron con relaciones laborales ilegales, sin derechos laborales ni protección social. Fenómeno que se explica por la falta de control.
- Seguridad y salud en el trabajo. En 2015 hubo 723.836 accidentes en el trabajo, 9.583 enfermedades laborales y 566 muertes, cifras que sólo consideran personas afiliadas a las ARL, o sea la minoría.
- Violencia antisindical y la impunidad persisten. En 2015 ocurrieron por lo menos 182 casos de violaciones a la vida, la libertad e integridad contra sindicalistas; entre ellos 20 homicidios, 15 atentados con o sin lesiones y 106 amenazas. Del total de hechos, 19 fueron contra mujeres y 163 contra hombres. La impunidad sigue siendo del 95% en promedio. Por el delito de homicidio, el más sancionado, la impunidad es del 87%. La Fiscalía perdió dinámica investigativa, en 2015 solo hubo 3 sentencias por homicidios.
- Bajas tasas de sindicalización y negociación colectiva. De los 22´017.000 ocupados en Colombia, apenas 1´002.555 (el 4.6%) estaban afiliados a algún sindicato. Esta baja tasa es resultado, entre otras causas, de la proliferación de contratos sindicales y pactos colectivos. De ahí que la cobertura de la negociación prácticamente no exista en sectores como comercio, servicios sociales, construcción.
- El derecho a la huelga amenazado. De 2014 a 2015 se incrementaron en 152,3% las acciones de protesta de trabajadores, mientras que los ceses de actividades decrecieron en un 36,9%. Se destacaron las huelgas en Good Year, el grupo Ross Mold, Palmas del César, el Ingenio Risaralda y Cerromatoso. Si bien la huelga no está prohibida, su práctica resulta muy difícil hacerla. De las 33 huelgas que revisó la Corte Suprema de Justicia, a 19 las declaró ilegales, 11 legales, y en 3 casos no se pronunció.
- Situación de las mujeres. La tasa de ocupación de las mujeres fue de 48,3%, mientras que la de los hombres fue de 70,1%, una brecha de género de 22 puntos. Además, a ellas las golpea más el desempleo: 11,8%, mientras el de hombres fue 6,7%. 5 millones de mujeres se encuentran en la economía del cuidado sin remuneración, carecen de todo reconocimiento por su trabajo y sin protección social.
- Los jóvenes. La población joven (14 a 28 años) reportó tasa de desempleo de 15,2%, 6,3 puntos superior al promedio nacional, que fue 8,9%. En total había 1´076.000 jóvenes desempleados, el 50% del total del país. La tasa de desempleo de las mujeres jóvenes fue de 20,5%, o sea 9,2 puntos porcentuales superior a la de los hombres jóvenes, que fue de 11,3%. Sólo 36,2% de los jóvenes cotizó para salud, pensión y riesgos laborales.
- La población rural. El país tiene 4´758.000 ocupados en el sector rural, de estos 2´893.000 en la agricultura (60,8%) y 1´865.000 en las demás ramas de la economía (39,2%). De cada 100 ocupados en la ruralidad, 52 eran cuentapropistas (2´456.000) y sólo 34 eran asalariados. La ausencia de trabajo decente en la agricultura es grave: el 90,3% de los ocupados no está afiliado a un sistema de riesgos laborales.