César Eduardo Loza Arenas, así se llama el hombre que hace dos meses, por elección democrática, fue designado nuevo presidente de la Unión Sindical Obrera, USO, un sindicato que ha hecho historia en la industria petrolera de este país, baluarte de las luchas obreras y sociales, y firme defensor de la riqueza nacional representada en Ecopetrol.
Y llega a la presidencia de la USO justo en uno de los momentos más críticos en toda la existencia de Ecopetrol, por el derrumbe del precio del crudo a límites impensados; un momento, por lo mismo, difícil en extremo para la USO, organización que en la actual coyuntura ha tenido que apelar a toda su capacidad de organización y movilización para defender, en medio de la tormenta, los intereses de los trabajadores y de la nación. Ardua tarea, sin duda, frente a un gobierno que con la venta de Isagen demostró lo poco que le interesa defender la riqueza nacional; y con el incremento de solo el 7% en el salario mínimo, mostró lo poco que le interesa el bienestar de las y los trabajadores.
Para ahondar en el tema USO-Ecopetrol-crisis petrolera, conversamos con Loza Arenas, un santandereano oriundo de San Vicente de Chucurí, de 48 años de edad, 27 de ellos como obrero de Ecopetrol, operador de producción graduado en el SENA. Desde 1996 hace parte de la USO, inicialmente en la Subdirectiva de la base de Casabe, en Yondó, Antioquia, donde ocupó todos los cargos directivos. Pasó luego a la directiva nacional, en la que cumplió cargos importantes y en tres ocasiones integró la comisión que negoció pliego de peticiones con Ecopetrol. Su último cargo, antes de la presidencia, fue director del área de Derechos Humanos.
Esto hablamos con César Loza:
- Llega usted a la presidencia de la USO en un momento muy especial, por la coyuntura del derrumbe de los precios del petróleo y los despidos masivos de trabajadores.
Sí, es una coyuntura bastante crítica a nivel mundial. El crudo está a 27 dólares, cuando hace apenas pocos años estuvo a más de 100, lo que ha conllevado a las empresas al cierre de frentes de trabajo, a parar campos de producción, a cambiar contratos de trabajo. Calculamos que en Colombia han salido 40 mil trabajadores de la industria del petróleo. En Ecopetrol específicamente en los últimos 5 meses han despedido 200 trabajadores directos, entre ellos beneficiarios de la convención y algunos directivos. Todo eso tiene impactos muy negativos en las regiones petroleras, donde la dinámica económica y social depende en gran parte del salario de los trabajadores.
- ¿Un paro nacional en la industria petrolera es una posibilidad?
Se ha generado una gran inconformidad nacional por los despidos y recortes de salarios en algunas actividades. Le hemos dicho a Ecopetrol que reconsidere ese tipo de decisiones porque los trabajadores y las comunidades empiezan a hablar de movilizaciones y de un paro nacional. Y la USO está dispuesta a secundarlos, porque la defensa de Ecopetrol hay que hacerla con las comunidades.
- Y frente a ese panorama de crisis, ¿cuál es la hoja de ruta de la USO para capearla y enfrentar las medidas que Ecopetrol está tomando?
Lo primero es que nunca vamos a convalidar que las empresas recorten salarios y menoscaben los derechos de los trabajadores, porque hay otras líneas en las que se puede hacer ajustes. En Ecopetrol tenemos una fuerte discusión por el plan de austeridad agresivo que la empresa hizo público en diciembre pasado. Notificó que los salarios de actividades que no son específicas de la industria petrolera, como administración, vigilancia, aseo, transporte, apoyo logístico, etc., serán contratadas con salarios del mercado.
- ¿Y eso qué significa?
Que a los trabajadores que hacen estas actividades, que son los que menos ganan en la industria petrolera, se les recortará su salario entre el 20% y 55%. Recorte que no representa un ahorro significativo para Ecopetrol, hay otras líneas donde los ajustes tendrían más impacto. Le hemos propuesto a la empresa que revisemos cada uno de los convenios en las diferentes líneas de negocios, porque hay unas en la que la contratación excede lo requerido, hay sobrecostos. Ecopetrol tiene que hacer ajustes en esos convenios, porque no puede hacer ahorros a costa de los trabajadores.
- ¿En cuales líneas hay sobrecostos, según su apreciación?
En macroproyectos como el plan maestro de la refinería de Cartagena, por 4.100 millones de dólares, según lo dijo la Contraloría. Como la importación excesiva de nafta, que es un diluyente que se importa de Estados Unidos para tratar los crudos pesados, y el 50% de los crudos del país son pesados. Pero eleva el costo de barril en 10 dólares, que es muy alto. Hemos propuesto procesos alternos para reemplazar la nafta, como la hidrogenación catalípica, que ahorra costos. En eso estamos trabajando con la empresa, porque como sindicato nos interesa que el costo del barril no sea tan alto. Los excesos en contratación y los sobrecostos finalmente se trasladan al barril de crudo. También hemos denunciado el bufete de abogados paralelo a la nómina de Ecopetrol, por valores superiores a $350 mil millones, muy costoso. Los convenios con las fuerzas militares y de policía también los cuestionamos, le cuestan a la empresa 1.2 billones de pesos.
- También han denunciado salarios exorbitantes para los altos ejecutivos. ¿Cómo es eso?
La burocratización por lo alto. Se crearon nuevas vicepresidencias y cargos administrativos con salarios exorbitantes. En Ecopetrol hay funcionarios que ganan 50 y 60 millones mensuales, mientras que a los trabajadores que ganan 30, 40 o 50 mil pesos diarios les van a recortar el salario.
Pero el presidente de Ecopetrol, Juan Carlos Echeverri, dijo que hubo rebaja de salarios a los funcionarios del 30%.
Lo que rebajaron 30% fue las bonificaciones que reciben los directivos que ganan salarios exorbitantes. Eso creemos que merece una revisión. No se tienen que recortar los bonos para bajar costos, se tienen es que acabar los bonos.
- El periódico Portafolio, en un titular a 6 columnas en primera plana tituló que la USO se opone al plan de austeridad. ¿Cómo se entiende eso?
Es un publi-reportaje de Ecopetrol, lo digo con todo respeto. Pretende poner a la USO ante la opinión pública como si fuera la responsable de la situación. Nosotros no manejamos la chequera de Ecopetrol. Lo dicen porque no validamos los ajustes que consisten en recortar los derechos laborales. Para eso estamos los sindicatos, para defender a los trabajadores. Ese tipo de comunicados lo que hacen es desinformar.
- También en la prensa se acusó a la USO de impedir el ingreso a las instalaciones de Ecopetrol y generar traumatismos. ¿Qué hay de eso?
Queremos decir que la organización sindical ha venido sistemáticamente realizando mítines en todas las instalaciones: refinerías, campos de producción, oleoductos. Son acciones informativas para denunciar lo que viene ocurriendo: despidos, recortes de salarios, etc. Estamos en nuestro legítimo derecho a hacerlo. Se difundió mucho la protesta que hicimos afuera de las instalaciones de Ecopetrol en Bogotá para rechazar la venta de Isagén, y para advertirle al país que el próximo activo valioso que puede vender este gobierno, es Ecopetrol. No es cierto que estemos impidiendo el paso de los trabajadores, sino que cualquier acto que hagamos lo tratan de deslegitimar y hacerlo ver como si fuésemos nosotros, los trabajadores, los responsables de la mala situación de la empresa.
- Sobre la advertencia por la posible venta de Ecopetrol, ¿hay razones para pensar que ésta se pueda dar?
Este gobierno demostró que pese al clamor nacional en contra de la venta de Isagén, pasó por encima y la vendió, para entregar esos recursos a una financiera para construir autopistas 4G. Para eso no tenía que vender un activo valiosísimo y bien administrado como Isagén, que incluye 23 mil hectáreas de ecosistemas y reservorios naturales agua. En ese afán por recaudar dinero mucho tememos que se lleven también la joya de la corona que le queda al país, que es Ecopetrol, la empresa que más utilidades le aporta al fisco nacional. Si es privatizada, esas utilidades las vamos a tener que suplir los colombianos a punta de impuestos. Ya se anuncia una reforma tributaria con IVA del 19% y una cascada de impuestos. Estamos agitando la consigna: “Ecopetrol no se vende, se defiende”.
- La acción de Ecopetrol está por debajo de mil pesos, cuando hace 3 años estuvo en más de 5 mil, y su capitalización en el marcado pasó de 136 mil millones de dólares a solo 11 mil. ¿Esa debilidad la hace más vulnerable a la privatización?
Sí. La descapitalización de Ecopetrol es bastante significativa, y la puede hacer presa fácil del capital financiero. Cualquier día el Gobierno nos sale con la idea de venderla antes de que se siga desvalorizando. Hay activos muy valiosos, como la empresa filial que opera el transporte, o Reficar, la refinería de Cartagena. En esta coyuntura de precios bajos lo más valioso es el transporte y la refinación, y puede ocurrir que quieran vender esos activos. La USO piensa que independientemente de la coyuntura de precios, Ecopetrol tiene que seguir con su plan de inversiones, fortalecer la refinación, la exploración y el transporte, porque la coyuntura de malos precios es cíclica, vendrá un fenómeno de rebote, los precios volverán a subir y las empresas tienen que estar fuertes operativa y financieramente para poder ser competitivas.
- Si la situación de Ecopetrol es crítica, la de multinacional Pacific Rubiales es peor, se desplomó. En ese contexto, ¿Ecopetrol debe asumir la operación y control de Campo Rubiales?
Desde hace 6 años, antes del desplome de los precios, la USO planteó que una vez terminados los contratos de asociación con otras empresas los campos pasen a ser operados por Ecopetrol. Existe un contrato con la canadiense Pacific Rubiales para operar Campo Rubiales, que vence a mediados de este año. Ecopetrol ha dicho que va a operar directamente este campo, algo que saludamos porque conviene para su fortalecimiento, es un activo estratégico que debe manejar de manera integral. Esperamos que no haya sorpresas, porque también puede ocurrir que delegue la administración de Campo Rubiales a otra empresa.
- También la USO viene instando a Ecopetrol para que continúe el plan maestro para modernizar y repotenciar la refinería de Barrancabermeja…
Es un megaproyecto planeado con una inversión de 7 mil millones de dólares a un plazo de 4 o 5 años, y que en sus picos más altos vincula a 10 mil trabajadores. En su primer cuatrienio el gobierno Santos se comprometió con este proyecto, pero no ha cumplido. Es necesario mejorar la capacidad de conversión de la refinería de Barranca, subirla de 76% a 98%. El país requiere combustibles más limpios, y necesita preparar esta refinería para recibir crudos pesados, que son los que mayoritariamente produce el país. De no hacerse, puede caer en un estado de obsolescencia, en museo de chatarra.
Usted también llega a la presidencia de la USO en un momento en que es inminente la firma de la paz con las FARC, con todo lo que eso significa para el sindicalismo en general, y en particular para la USO, que en noviembre pasado realizó la Segunda Asamblea por la Paz. ¿Qué resultados tuvo ésta?
El balance que le podemos mostrar al país es satisfactorio. En total fueron 60 asambleas subregionales y 11 regionales, que concluyeron con la Asamblea General en Bogotá, en la cual participaron unas 1.200 personas. Lo que buscábamos era que las comunidades de las diferentes regiones opinaran sobre cómo la industria petrolera y la riqueza minero energética puede servir para construir paz y desarrollar los territorios. Porque en las regiones donde se produce esta riqueza el común denominador es pobreza, desplazamiento, contaminación ambiental, conflictividad social y armada. ¿Cómo se cambia ese chip? ¿Cómo esa riqueza sirve para construir y desarrollar los territorios con inclusión y justicia social, y posibilidades de convivencia y respeto al medio ambiente?
- ¿Qué va a pasar con las conclusiones de esa 2ª Asamblea por la Paz?
Se está trabajando con un equipo de expertos relatores de la Universidad Nacional y la Corporación Aury Sará Marrugo. Esperamos tener a principios de febrero compiladas las conclusiones de la Asamblea, y se harán públicas, con la esperanza de que conlleven a la instalación de una mesa nacional minero-energética en la cual se materialicen las conclusiones en la fase del posacuerdo. Saludamos las negociaciones de paz en La Habana con las FARC y las que se van a iniciar con el ELN, y esperamos que los acuerdos tengan en cuenta la voz de los territorios. Creemos que de esta asamblea la USO salió fortalecida políticamente.
- A propósito, ¿cómo está la USO en su moral y capacidad de acción?
En la actual situación de incertidumbre en la industria y en las comunidades de las regiones petroleras, nuestra moral está arriba. La USO se ha caracterizado por ser un sindicato clasista, que defiende los derechos de los trabajadores y la riqueza petrolera del país. Tenemos ese acumulado histórico. Le apostamos a la paz y creemos que con la unidad monolítica de los trabajadores podemos superar la crisis que estamos viviendo. Junto con otras organizaciones de la sociedad civil mantendremos viva nuestra voz para que el patrimonio público se preserve como activo valioso del Estado. Es una apuesta que requiere del compromiso de todos los colombianos.
- Finalmente, como presidente de la USO, ¿qué mensaje tiene para el doctor Echeverri, presidente de Ecopetrol?
Le hago la invitación para que trabajemos de la mano. Creemos que en esta difícil coyuntura podemos hace un esfuerzo conjunto sobre la base del respeto a los derechos de los trabajadores, que no haya despidos y recortes de salarios, y que nos sentemos a revisar cada una de las líneas de negocio en aspectos sustanciales como la contratación, para hacer los ajustes que se requieran.