“De esclavos del balón a trabajadores con voz”: la historia de Puche y el nacimiento de ACOLFUTPRO

Por años, el fútbol colombiano ha sido una vitrina de talento y emoción, pero también una trampa silenciosa para cientos de jóvenes que corrían detrás de un balón sin contrato, sin seguridad social, sin derechos. En los camerinos, entre guayos sudados y sueños rotos, nació una conversación que cambiaría la historia: “¿Y por qué aquí no tenemos un sindicato como en Argentina?”, se preguntaban Iván Ramiro Córdoba, Juan Pablo Ángel, Mario Yepes y otros referentes de la Selección Colombia.

Fue ahí cuando apareció Carlos González Puche, exfutbolista y abogado. Él no jugó por necesidad, sino por pura terquedad, como lo cuenta entre risas y rabia. “Yo jugué porque me dio la puta gana”, dice, mientras recuerda cómo lo vetaron por exigir que le cumplieran el contrato. Vivió la esclavitud moderna del fútbol en carne propia: clubes que lo congelaban, pases que se negociaban como ganado, y salarios que jamás llegaron. “En los 80, ser futbolista era tener talento y no tener derechos”.

Con su tesis de grado, Puche se fue contra el sistema. Demando ante la Corte Constitucional los artículos de la Ley del Deporte (Ley 181 de 1995) que permitían que los clubes fueran dueños de los jugadores sin ningún vínculo laboral. Argumentó con el fallo Bosman, con tratados europeos, con la Constitución del 91. Peleó solo y la Corte le dio la razón en la Sentencia C-320 de 1997, y ganó la libertad de los futbolistas en su condición de trabajadores.

En 2004, nació la Asociación Colombiana de Futbolistas Profesionales (ACOLFUTPRO). No como sindicato, porque “presentarle papeles de sindicato a los clubes controlados por traquetos era un suicidio”, sino como una asociación civil. Desde ahí, comenzó una lucha cuerpo a cuerpo con la Federación, la DIMAYOR y un sistema hecho para callar al jugador.

ACOLFUTPRO fue David contra tres Goliats: la FIFA, los directivos locales y los medios arrodillados. Con demandas, tutelas, denuncias ante la OIT y el respaldo de FIFPRO —el sindicato mundial—, fueron tumbando el mito de que el futbolista debía agachar la cabeza y dar gracias por jugar.

Años después, en 2023, la organización consiguió lo que parecía imposible: el registro sindical formal por parte del Ministerio de Trabajo. A partir de ahí, iniciaron la primera negociación colectiva del fútbol colombiano, un hecho sin precedentes que pone sobre la mesa temas tan espinosos como periodos de descanso y recuperación, vacaciones dignas, derecho de imagen y condiciones laborales del fútbol femenino.

“Yo no tengo una semana cotizada en pensión por haber jugado en Millonarios o en América”, dice Puche. “Hoy todos tienen contrato, prestaciones, auxilios. Y lo logramos sin el apoyo de los grandes medios, ni de los poderosos”.

La historia de ACOLFUTPRO es también la historia de jugadoras vetadas por denunciar abusos, de equipos sancionados por no pagar, de futbolistas que pasaron de ser mercancía a ser sujetos de derechos. Es la historia de la resistencia en un país donde el fútbol, como la política, se juega con mañas.

Pero sobre todo, es la historia de alguien que decidió no callarse más. “Yo no me volví sindicalista. Me volvieron”, dice Puche. Y con esa frase, resume dos décadas de una lucha que hoy permite que mil hombres y más de 300 mujeres puedan decir, con la frente en alto, que ser futbolista en Colombia ya no es sinónimo de sumisión.

Frases clave de Carlos Puche

  • “En Colombia los futbolistas fuimos esclavos legales hasta 2004”.
  • “Los jugadores no tenían contrato, no tenían pensión, y si demandaban, no podían volver a jugar”.
  • “No nos volvimos sindicalistas. Nos volvieron”.
  • “Esta es la primera negociación colectiva del fútbol colombiano. Ya nos sentamos con la FCF y la DIMAYOR, que no son empleadores directos de los futbolistas. Y eso es histórico”.
  • “A los directivos les duele más una denuncia en los medios que una sentencia en los tribunales”.
  • “Hoy ningún jugador en Colombia está sin seguridad social. Y eso no es porque los clubes quisieron. Es porque nosotros luchamos”.
  • “Yo no jugué fútbol por necesidad. Jugué porque me dio la puta gana. Y eso no me lo iban a quitar”.

Conquistas laborales de ACOLFUTPRO

  • Contratos para todos los futbolistas profesionales, incluyendo afiliación a EPS y pensión.
  • Fin de la esclavitud legal y contractual: se acabaron los vetos y la imposibilidad de jugar por exigir derechos.
  • Reconocimiento como sindicato (2023), tras más de 20 años de lucha jurídica.
  • Primera negociación colectiva con DIMAYOR y Federación, con respaldo del Ministerio del Trabajo.
  • Protocolos en construcción para fútbol femenino, incluyendo exigencia de contrato para todas y en condiciones similares a las que se les reconocen a los hombres.
  • Apoyo jurídico para mujeres vetadas y denuncias públicas que llevaron a cambios en la Selección.
  • Educación para futbolistas: más de 130 jugadores estudian actualmente con auxilio económico sindical.
  • Victoria en la OIT (Caso 2481): Colombia reconocida como país que debe garantizar negociación colectiva a jugadores.

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