El documento de derechos laborales y humanos en Colombia, sacado a la luz pública por los Representantes Jim McGovern, George Miller, Rosa DeLauro, Mike Michaud, Jan Schakowsky y Linda Sánchez, es un documento detallado, bien pensado y poderoso.
Agradecemos a los Representantes por sus esfuerzos para bosquejar los numerosos y esenciales pasos que deben ser tomados, en la realidad cotidiana en Colombia, antes que el Tratado de Libre Comercio entre los EEUU y Colombia sea considerado por el Congreso. Nosotros esperamos que la administración de Obama insista para que el gobierno colombiano cumpla todas las recomendaciones contenidas en la carta, especialmente aquellas enfocadas a terminar con la violencia e impunidad contra sindicalistas, y a hacer una exhaustiva reforma de la legislación laboral antes de que el acuerdo sea enviado al Congreso.
Colombia es aún la nación más peligrosa del mundo para los sindicalistas. En los pasados 25 años más de 2.850 sindicalistas han sido asesinados en Colombia. Solamente el año pasado, 51 sindicalistas fueron asesinados, un aumento frente al año 2009. La tasa de condena por asesinatos y otras formas de violencia es aun intolerablemente baja.
Como queda dicho claramente en el documento, la única situación aceptable en Colombia es una en la cual estos asesinatos han cesado por completo y un nuevo clima de seguridad se sostiene en el tiempo. El gobierno de Colombia también tiene que enfocarse sobre el largo atraso de casos sin resolver y asegurar que todos los actores responsables por la violencia, incluyendo los autores intelectuales, son llevados a la justicia y condenados.
Adicionalmente, las leyes laborales colombianas y las regulaciones y prácticas requieren reformas serias. Durante años la OIT ha identificado graves fallas con respeto la libertad de asociación, el derecho a la negociación colectiva y el derecho a la huelga. Además, el uso extendido de formas indirectas de empleo, como las Cooperativas de Trabajo Asociado, que son usadas con el objetivo de negar a los trabajadores sus derechos fundamentales, debería ser acabada.
El AFL-CIO está fuertemente opuesto al TLC entre os EEUU y Colombia.