Lo que para muchos, entre ellos los directivos del fútbol colombiano, parecía imposible: un paro general de los futbolistas profesionales, cada vez está más cerca, según lo ratificó Acolfutpro, la organización sindical que los representa, que ya fijó el 3 de noviembre como fecha del paro anunciado, decisión que escala a su punto máximo el clima de tensión que por estos días enfrenta a directivos, clubes y jugadores, e incluso la prensa deportiva.
Mediante un corto comunicado difundido por redes sociales, Acolfutpro anunció el inicio de cese de actividades en esa fecha, la 20 de la Liga Águila, debido a la negativa de negociación del pliego que presentó a la División Mayor del Fútbol (Dimayor) y a la Federación Colombiana de Fútbol (FCF).
Quiere decir que a partir del 3 de noviembre los futbolistas no se presentarán a disputar los partidos programados, solo a los entrenamientos, a menos que se inicie la negociación del pliego petitorio de 12 puntos que el 11 de septiembre Acolfutpro presentó a los dos órganos rectores del fútbol en Colombia.
“Siempre hemos buscado la concertación para construir las reglas que rijan unas relaciones que nos beneficien a todos los protagonistas del fútbol: jugadores, clubes, aficionados”
Carlos González Puche
De darse el paro se afectarán los tres torneos en disputa: la Liga Águila, que se encuentra en su fase final del todos contra todos; el Torneo de la B, el cual el 3 de noviembre tendrá la tercera fecha de los cuadrangulares de ascenso; y la Copa Águila, de la que quedaría pendiente el último partido entre el Deportivo Cali y el DIM. Pero más que eso, afectará una actividad que mueve la economía y genera mucho empleo en el país.
El objetivo nunca ha sido el paro, afirma categórico Carlos González Puche, presidente de Acolfutpro. “Siempre hemos buscado la concertación para construir las reglas que rijan unas relaciones que nos beneficien a todos los protagonistas del fútbol: jugadores, clubes, aficionados”, señaló. Reglas equitativas y justas, en cuya construcción participen todos los estamentos del fútbol profesional, como se ha logrado en otros países, agregó.
“El problema de fondo es que los directivos no quieren que los jugadores participen en esa construcción. La decisión tajante que han manifestado los directivos es no negociar ni un solo punto del pliego. Pero esa decisión la pueden cambiar, hay condiciones de tiempo y espacio para eso”, dijo el presidente de Acolfutpro.
Se refiera a la asamblea de clubes profesionales que se realizará este 30 y 31de octubre, y a la reunión fijada para el 1º de noviembre en el Ministerio de Trabajo, en la que con la mediación de éste se espera que las partes lleguen a un acuerdo. Intermediación que se hará en el marco de la Comisión Especial de Tratamiento de Conflictos ante la OIT (Cetcoit), que coordina José Noé Ríos.
Será el segundo intento del Cetcoit para acercar a las partes, luego de que el lunes fracasara la reunión que citó el viceministro de Relaciona Laborales, Carlos Baena. A esta reunión Ramón Jesurún, presidente de la FCF, se excusó de asistir por un compromiso con la FIFA en China. Pero Jorge Vélez, presidente de Dimayor, despreció la mediación de Baena y, en términos desobligantes, le pidió que se declarara impedido. A lo que Baena respondió que no tenía impedimento y reabrió la puerta al diálogo.
Acolfutpro insiste en su pliego de 12 puntos, pero la FCF y la Dimayor persisten en no reconocer la asociación como interlocutor, e instan a los jugadores a presentar las peticiones a sus respectivos clubes. Desconocen que desde el 2007 la OIT, a instancias de Acolfutpro, recomendó que se reconozca a ésta como representante legítima de los jugadores y sujeto de negociación.De ahí que anuncie que las presiones indebidas como consecuencia del paro, si éste se da, las pondrá en conocimiento de las autoridades para que se protejan sus derechos.
Sobre la intención de la Dimayor y los directivos de los clubes de presentar equipos sub-20 en caso de que se dé el paro, González Puche dijo que es una medida que no resuelve el problema. “Poner unos muchachos que apenas empiezan sus carreras, deseosos de jugar, no es ninguna solución, puede complicar más las cosas. Seria doloroso enfrentar las últimas fechas con sub-20”, señaló.
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No es asunto de dinero
González Puche desestimó comentarios periodísticos que, de manera sesgada, critican el movimiento de protesta de los futbolistas con el argumento de que ganan mucho dinero y por tanto no tienen derecho a exigir. Señaló que es pura desinformación porque Acolfutpro no está hablando de salarios sino de condiciones de trabajo y problemas de relacionamiento con la Federación y la Dimayor, en temas que dependen de éstas, como son las reglas de los torneos, las vacaciones, el estatuto del jugador, el régimen disciplinario, etc.
Lo que no quiere decir que todos los clubes cumplen en los pagos y las bonificaciones. Hay jugadores que ganan el salario mínimo, y se da el caso del Cúcuta Deportivo, mencionado por González Puche, donde un grupo de jugadores se queja porque hace 86 días no les pagan. Y así hay otros clubes.
“El salario promedio en el medio está entre 3 y 5 millones de pesos, y aunque es un buen salario no se tiene en cuenta que a los 30 años el futbolista es viejo, y a los 35 ya no juega más”, dijo a ese respecto Carlos Valdés, ex selección Colombia en el Mundial de Brasil y miembro de Acolfutpro.
Los 12 puntos del pliego que Acolfutpro presentó, y que la Dimayor rechazó de plano, incluyen, entre otros, la concertación del estatuto del jugador, del código disciplinario y la minuta única de contrato. Asimismo, la realización de la Liga Femenina (punto que en redes sociales han movido masivamente las integrantes de la Selección Colombia), la regulación de los tiempos de descanso, los derechos de televisión, boletería para los partidos de los clubes y la Selección Colombia, y medidas contra la discriminación y el racismo.
González Puche lamentó que el panorama no sea el mejor para dialogar y negociar, hay mucha pugnacidad, refiriéndose a las reacciones negativas de las directivos del fútbol y la amenaza de despidos que ya se ha proferido en algunos clubes. Pero hay que negociar porque, en su concepto, las cosas no están bien y eso atenta contra la calidad del espectáculo y el fútbol colombiano.
Los jugadores no tienen suficiente periodo de descanso que les permita buen desempeño en los torneos internacionales, dijo González Puche. El torneo de la B es un desastre, señaló, porque solo juegan 8 meses al año y así es muy difícil que los equipos sobrevivan.
“La sensación es de tristeza. Es triste ver que la respuesta de los directivos sea cerrar la puerta, cuando lo que se espera de ellos es un poco de interés por mejorar las condiciones de los futbolistas y las futbolistas”, concluyó por su parte el exmundialista Carlos Valdés.
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Jorge acuña:
23/10/2019,Es triste que se permita que los Directivos del mejor negocio de marketing que hay en el mundo, que viven, disfrutan y devengan ingresos que los colocan en un nivel de vida de grado superior, que legislan y direccionan la vida de millones de jóvenes que promocionan, comisionan e intermedian las negociaciones de pases con contratos de los cuales a los jugadores les quedan pequeños porcentajes, a la hora de atender los reclamos no tienen nada que ver pasando por encima del mismo Gobierno como si la Dimayor fuera una organización que no hace parte de los órganos del Estado. Por esas razones los gringos tuvieron que meterle la mano a la FIFA.. y esto es lo que tiene que hacer el Gobierno; ponerse los pantalones y proteger a los trabajadores que le generan el ocio y bienestar a toda una población, a costa de la juventud y que la vejez se siente a menos de los 35 años. Carne de deshecho.. por Dios