En los tres primeros años del llamado “gobierno del cambio”, Colombia transitó de la pospandemia a una fase de estabilización macroeconómica con resultados mixtos en el mundo del trabajo. La reducción del desempleo a un dígito y la desaceleración sostenida de la inflación contrastan con una informalidad todavía mayoritaria, brechas de género persistentes y una gobernanza del diálogo social que no terminó de cuajar. Desde la visión de la ENS, el balance es nítido: hay avances normativos y señales macro que empujan en la dirección del trabajo decente, pero su alcance ha sido menor al esperado por la combinación de resistencias políticas, cuellos de botella de ejecución y una concertación tripartita fragmentada. En lo que resta de periodo, la ruta realista pasa por consolidar lo ya aprobado mediante reglamentaciones, decretos y resoluciones de buena técnica, con implementación territorial y monitoreo público.
El entorno macro aportó un piso de oportunidad. En agosto de 2025 la tasa de desempleo nacional se ubicó en 8,6%, la más baja para ese mes en más de dos décadas, con 1,1 puntos menos que un año antes, según el DANE, contrario a lo que habían vaticinado los gremios y la ortodoxia económica. Esta mejora se apoyó en manufactura, construcción y transporte, aunque con rezagos sectoriales y territoriales que impidieron una recuperación uniforme.[1] En paralelo, la inflación anual se estabilizó alrededor del 5% y la autoridad monetaria mantuvo la tasa de política en 9,25%, a pesar de que el salario mínimo mensual legal vigente se ha fortalecido, mejorando la capacidad de compra de la clase trabajadora, impulsado la economía y desmitificando los impactos negativos sobre un aumento del IPC.
Pese a la caída del desempleo, la calidad del empleo sigue siendo el talón de Aquiles del trabajo decente. La proporción de ocupación informal se mantuvo alrededor del 55% en 2025; en términos absolutos, ello implica millones de trabajadores por fuera de la protección integral, con especial concentración en ciudades intermedias y zonas rurales. A esta estructura se suman modalidades no clásicas —trabajo por cuenta propia de baja productividad, plataformas, teletrabajo atípico— donde la cobertura en seguridad social y la inspección efectiva aún no alcanzan estándares universales.[2]
Las brechas de género no cedieron al ritmo requerido. Según datos del DANE, enlo que va de 2025 la desocupación de las mujeres ronda el 11,2% frente al 7,0% de los hombres; en edades jóvenes el diferencial es mayor y se vuelve más agudo en áreas rurales dispersas. Este patrón confirma la necesidad de articular la política de cuidado con estrategias de empleo y formación, y de adoptar inspecciones con enfoque diferencial en sectores feminizados como el trabajo doméstico y de cuidado.[3]
En el frente normativo hubo movimientos decisivos. A tres años de su gobierno y después de una ambiciosa agenda de reformas, muchas de ellas obstaculizadas desde el legislativo, el tema donde mayores logros se han obtenido ha sido el laboral. Y es que al analizar el articulado del Plan Nacional de Desarrollo 2022-2026 “Colombia, potencia mundial de la vida”. Se observa la concreción de varios de ellos. Por ejemplo, el artículo 75 que hacía referencia a la Política Pública de Trabajo Digno y Decente, se materializó a través de la expedición del Decreto 1527/2024, por medio del cual se adoptó la Política Pública de Trabajo Digno y Decente.
Otros artículos incorporados en el PND, se concretaron en la Ley 2466 de 2025, que recuperó derechos y dignifica el trabajo. Además genera incentivos de primer y último empleo, incorpora medidas para formalizar a trabajadores de microempresas, plataformas digitales, servicios domésticos, entre otros. En este sentido, vale la pena resaltar que la reforma laboral aprobada en 2025 reorientó el estándar hacia la estabilidad (primacía del contrato a término indefinido), reguló con mayor detalle la jornada y los recargos, reforzó garantías de asociación y negociación colectiva, e introdujo reglas para trabajo en plataformas y para limitar la tercerización abusiva. Su promesa, sin embargo, depende de la letra fina reglamentaria y la capacidad de inspección y vigilancia de su implementación.[4] En protección social, la reforma pensional de pilares, sancionada en 2024, amplía la cobertura potencial al combinar renta solidaria, semicontributiva y contributiva, con efectos esperados en pobreza en la vejez si la implementación y el financiamiento se consiguen.[5] A su vez, la política nacional de cuidado avanzó con un CONPES específico y reconocimientos jurídicos crecientes del cuidado como derecho; el reto inmediato es traducirlo en servicios locales y la afiliación efectiva a seguridad social de quienes cuidan.[6]
El diálogo social fue el eslabón débil. Por una parte, se lograron acuerdos tácticos en mesas puntuales; por otra, la Comisión de Concertación no consiguió desempeñar el papel articulador que exigía un paquete de reformas de esta envergadura, en parte por la polarización con los gremios y en parte por el calendario político. De allí que la ENS considere acertada la táctica, en esta recta final, de priorizar decretos y resoluciones que aterricen el núcleo de las reformas y garanticen continuidad más allá de los ciclos políticos.[7]
Desde la perspectiva de derechos, se dieron pasos simbólicos y operativos. La agenda de libertad sindical se vio fortalecida por el reconocimiento del sindicalismo como sujeto de reparación colectiva, así como por borradores de decreto para ordenar la negociación colectiva unificada en el sector privado; no obstante, su materialización requiere capacidades estatales y garantías efectivas frente a la violencia antisindical y la estigmatización. Este es un campo donde la ENS reconoce la importancia de fusionar memoria, garantías de no repetición e inspección con enfoque de libertad sindical.[8]
En clave de sujetos y brechas, el trabajo doméstico y de cuidado, las y los trabajadores de plataformas y la economía popular son prioridades no delegables. La perspectiva de género, étnica y territorial no puede quedar relegada a las recomendaciones: debe expresarse en metas de cobertura del sistema de riesgos laborales, de salud y pensiones para independientes y cuidadoras, y en protocolos de inspección domiciliaria cuando el hogar es lugar de trabajo.
Con miras a 2026, la ENS resalta la relevancia del diálogo social y la ampliación gradual de la cobertura de la protección. La implementación de la reforma laboral —incluida la gobernanza algorítmica mínima para plataformas—, e impulsar pilotos territoriales del sistema de cuidado que protejan tanto a quienes desarrollan el cuidado remunerado como el no remunerado.
Así mismo será importante el seguimiento de algunos indicadores relevantes: (i) cobertura efectiva en salud, riesgos y pensiones de la población ocupada, con foco en independientes y cuidadoras; (ii) reducción de la informalidad nacional; (iii) inspección diferenciada en plataformas, doméstico y tercerización; (iv) densidad y alcance de la negociación colectiva, incluida una mesa sectorial para trabajo doméstico/cuidado; (v) nodos activos del sistema de cuidado con metas de afiliación a seguridad social e; (vi) identificar niveles de crecimiento y fortalecimiento sindical como parte del proceso de reparación colectiva.
En síntesis, el país ya recorrió parte del camino normativo y macroeconómico: hoy, a menos de un año de las próximas elecciones presidenciales, la prioridad no es anunciar nuevas reformas, sino hacer que funcionen las que existen, con reglas claras, implementación territorial y monitoreo abierto. Si Colombia quiere cerrar 2025 con un balance convincente y abrir 2026 con perspectivas firmes de trabajo decente, la ecuación es pragmática: reglamentar, implementar y dialogar con resultados.
[1]https://www.dane.gov.co/index.php/estadisticas-por-tema/mercado-laboral/empleo-y-desempleo?utm_source=chatgpt.com
[2]https://www.dane.gov.co/index.php/estadisticas-por-tema/mercado-laboral/empleo-informal-y-seguridad-social?utm_source=chatgpt.com
[3]https://www.dane.gov.co/index.php/estadisticas-por-tema/mercado-laboral/segun-sexo?utm_source=chatgpt.com
[4]https://www.senado.gov.co/index.php/el-senado/noticias/6553-los-5-puntos-clave-de-la-reforma-laboral?utm_source=chatgpt.com
[5]https://www.mintrabajo.gov.co/comunicados/2024/junio/aprobada-la-reforma-pensional-en-la-camara-de-representes?utm_source=chatgpt.com
[6]https://www.defensoria.gov.co/en/-/labor-de-cuidadoras-y-cuidadores-de-personas-con-discapacidad?utm_source=chatgpt.com
[7]https://www.mintrabajo.gov.co/avanza-negociaci%C3%B3n-colectiva-del-sector-p%C3%BAblico?utm_source=chatgpt.com
[8]https://www.mintrabajo.gov.co/documents/20147/0/P.D%2BNEGOCIACI%C3%93N%2BCOLECTIVA%2B-%2BSECTOR%2BPRIVADO%2B%2B-%2BMARCA%2BBORRADOR.pdf/1c4a37cd-dc16-53b0-8ab9-f626d7965518?t=1755875799375&utm_source=chatgpt.com