Peste negra del siglo XIV en Europa y pandemias de hoy tienen la misma causa: políticas de austeridad y saqueo de la banca

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En el artículo se dan las razones por las cuales las pandemias tienen la misma causa siempre.

Por: Carlos Julio Díaz Lotero-Analista ENS

Las políticas neoliberales implementadas en el mundo desde la década de los 70, han venido destruyendo al Estado Social. Estas son las líneas gruesas de estas políticas neoliberales:

  1. Reducción drástica del gasto público en inversión social, a fin de garantizar pago del servicio de la deuda al capital financiero.
  2. Incremento en tarifas de los servicios públicos, lo que ha saqueado el presupuesto familiar y elevado los costos productivos.
  3. Sistema de tasas de cambio flotantes, para favorecer las inversiones calientes de corto plazo y desalentar las productivas a largo plazo.
  4. Libre comercio, reduciendo aranceles para desproteger la producción nacional y entregar el mercado interno a las multinacionales.
  5. Privatización de las empresas públicas, para debilitar al Estado como agente económico y proveedor de bienes públicos.
  6. Desregulación de la actividad financiera, acabando la banca comercial especializada y promoviendo la multibanca y las operaciones especulativas; convirtiendo la seguridad social en un nicho del negocio financiero.
  7. Desregulación y flexibilización de la relación laboral. Por un lado, acabando sindicatos y la negociación colectiva, y por el otro, promoviendo reformas laborales regresivas.
  8. Contracción salarial como estrategia anti-inflacionaria.

La teoría neoliberal, bajo el argumento falso de que lo público es ineficiente y corrupto por naturaleza, le encomienda al sector privado el cuidado de la salud de la gente, quitándole al Estado su función garantista, y debilitando la salud pública, que tiene como uno de sus propósitos la prevención de epidemias con campañas masivas de vacunación gratuita, la protección sanitaria por medio del control de plagas y la contaminación; así como la promoción sanitaria mediante la educación y la restauración de la salud.

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Al desaparecer la salud pública, el sistema se orienta a la salud individual, transformándola en una mercancía y en una oportunidad de negocio para el capital financiero, que basa su rentabilidad en la negación de servicios y la precarización de las condiciones laborales de los trabajadores de la salud.

En el Siglo XIV la putrefacción financiera se deja sentir en las pestilencias de la muerte

La peste negra, la pandemia más devastadora que de que se tiene memoria en la historia humana, que surgió en Oriente y se extendió a Europa, tuvo su mayor mortandad entre los años 1347 y 1353. Se calcula que por lo menos un tercio de la población de Europa desapareció.

Giovanni Boccaccio, uno de los grandes poetas italianos del siglo XIV, retrata esta tragedia en la introducción de su obra El Decamerón:

“En el año de nuestro Señor de 1348, la plaga mortífera irrumpió en la gran ciudad de Florencia, la más bella de las ciudades italianas. Ya sea por la intervención de los cuerpos celestes o debido a nuestras propias iniquidades, que la justa ira de Dios buscó enmendar, la plaga surgió en el este algunos años antes, provocando la muerte de incontables seres humanos.

Se difundió sin freno de un lugar a otro, hasta que –desafortunadamente– se precipitó sobre el oeste. Ningún conocimiento, ni previsión humana fueron de provecho en contra de ella, a pesar de que se escogieron funcionarios en activo para que limpiaran la ciudad de mucha suciedad, y de que a los enfermos se les prohibió la entrada, al tiempo que se difundían consejos para la preservación de la salud.

Tampoco sirvieron las humildes súplicas. No una, sino muchas veces se ordenaron en forma de procesiones y de otros modos, con el fin de que los creyentes apaciguaran a Dios; pero, a pesar de todo, cerca de la primavera de ese año la plaga comenzó a mostrar sus estragos… Ni el consejo de los médicos, ni la virtud de medicina ninguna parecían ayudar o beneficiar a la curación de esas enfermedades”.

Las relaciones comerciales, además de mercancías diseminan enfermedades, pero la alta mortalidad que tuvo la peste negra en Europa fue posible por las malas condiciones sociales, y de desnutrición que afectaba a la población a causa de las recurrentes crisis económicas, las pérdidas de cosechas y las hambrunas, por efecto de las políticas de las refinadas casas bancarias.

Las casas Bardi, Peruzzi, Acciaiuouli y otras que operaban en Florencia y Siena, pertenecían a familias de la nobleza y de la aristocracia italiana. Como tenían el control político, abolieron los impuestos a las rentas urbanas, pero se los incrementaron a los productores rurales. Tenemos entonces que banqueros, mercaderes y aristócratas no solo no pagaban impuestos, sino que prestaban dinero a las ciudades y gobiernos de las comunas con tasas de interés demasiado elevadas.

Las zonas rurales productoras de comida se desplomaron en Italia en la primera mitad del siglo XIV, debido a que los costos de producción crecían más que las ganancias. Las castas financieras preferían las ganancias obtenidas en actividades especulativas del dinero y del comercio de oro y plata, que en la agricultura y las manufacturas. El alto y costoso endeudamiento de las ciudades y reinos llevó al incumplimiento de pagos de la ciudad de Florencia y del gobierno de Eduardo III de Inglaterra, lo que hizo que estas casas bancarias colapsaran, dejando el mercado financiero de Europa hecho añicos y a la población devastada por la peste negra.

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La historia vuelve a repetirse

El rentismo parasitario del capital financiero hoy ataca de nuevo. La historia se repite. La doctrina neoliberal, que se expresa en las políticas de austeridad que el FMI y la banca multilateral imponen a las naciones para garantizar el pago de deudas ilegitimas, tiene efecto en la mengua del gasto social y el debilitamiento de los sistemas de salud. Han resurgido viejas enfermedades, como el cólera, el ébola, el dengue, la malaria, la tuberculosis y hasta la fiebre bubónica o peste negra.

De igual manera, han surgido nuevas enfermedades como el Sida, la neumonía atípica, y ahora el COVID 19, o coronavirus. El ambiente propicio para el desarrollo de estas enfermedades lo crean la acción combinada del recorte presupuestal en la investigación de la ciencia médica, el cierre de hospitales y debilitamiento de las capacidades de los sistemas de salud, el aumento de la pobreza, y la reducción del consumo y nivel de vida de la población.

Años de especulación y de saqueo por parte del capital financiero, tanto de la economía como del trabajo y los sistemas de seguridad social, nos han llevado a las múltiples crisis que enfrentamos hoy: crisis financiera y económica ante el inminente derrumbe del sistema financiero y bancario occidental; crisis biológica por las pandemias que amenazan la vida humana; crisis en la producción de alimentos que nos tiene al borde de una hambruna generalizada; y crisis política por el riesgo de guerra global.

Propuestas para superar la crisis:

  1. Una nueva arquitectura política, financiera y económica global, que promueva el bienestar, el comercio justo, la estabilidad cambiaria y la cooperación entre las naciones para enfrentar los retos del mundo de hoy.
  2. Restablecer o construir Estado Social de Derecho, y excluir la seguridad social y la salud de las lógicas mercantiles, a fin de garantizarlas como derechos.
  3. La política económica debe favorecer la economía productiva y castigar la especulación, para que el sistema financiero promueva el desarrollo y no sea parasitario de la economía.
  4. Se debe rediseñar el sistema tributario, con base en principios constitucionales de equidad, progresividad y eficiencia, y se debe reorientar el gasto público, de manera prioritaria a la infraestructura económica y social.
  5. Aumentar el presupuesto para ciencias y desarrollo tecnológico, de manera particular en ciencias de la salud.
  6. Una política pública de Trabajo Decente que garantice ingresos dignos y empleo de calidad, los derechos de libertad sindical, la seguridad social integral, y promueva el diálogo social para el trámite de los conflictos y respete la garantía para el ejercicio del derecho de protesta.

Boccacio nos relata en El Decamerón un hecho histórico trágico como advertencia para no repetir las políticas públicas y conductas humanas erróneas. ¿Aprenderemos de la historia o estaremos condenados a repetirla?

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