No a la privatización de CENIT e ISA

CENIT e ISA son dos empresas públicas que dan muchas ganancias al Estado

Por Héctor Vásquez Fernández.

Ante el evidente fracaso de la última reforma tributaria, que le disminuyó impuestos a los más ricos y le restó recursos al Estado, de por lo menos $9 billones al año, el Gobierno Nacional está calculando recuperar esos ingresos mediante la venta de algunas empresas que son propiedad mayoritaria de la nación, entre ellas ISA y CENIT. Para ello se dispone aprovechar la oportunidad que le ofrece la actual coyuntura, en la que gobierna a punta de decretos y sin un control efectivo por parte del Congreso.

La nación colombiana es la propietaria mayoritaria de ambas empresas. A través de Ecopetrol, de la cual la nación es propietaria del 88.49% de las acciones, controla el 100% de CENIT; y en ISA la nación controla el 51.41% de las acciones. ISA a su vez tiene el control total sobre 43 empresas filiales y subsidiarias, y control compartido sobre otras 58 empresas, con operaciones en 6 países de Suramérica y Centroamérica.

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Vender este tipo de activos le resuelve temporalmente al gobierno un problema de caja, pero debilita de manera permanente las finanzas de la nación, que dejaría de recibir las utilidades que estas empresas le transfieren anualmente. En 2019, ISA produjo $2.3 billones en utilidad neta, y CENIT $4.3 billones.

Pero la mayor pérdida es de soberanía. La nación perdería el control sobre dos actividades completamente estratégicas. CENIT es la empresa de Ecopetrol encargada del transporte de petróleo crudo y de la distribución de gasolina, diésel y combustible de aviación, a través de unos activos que tienen un valor en libros de $17.7 billones, parte de los cuales están representados por 10.000 kilómetros de oleoductos y poliductos, con capacidad de transportar 1,2 millones de barriles al día; 2 terminales de exportación ubicadas en Coveñas y Tumaco; 28 sistemas de transporte; 5 descargaderos y 2 cargaderos.

ISA, por su parte, es la empresa que se encarga del diseño, construcción, operación y mantenimiento de sistemas de transmisión de energía eléctrica a alto voltaje, permitiendo la conexión al sistema eléctrico de generadores, operadores de red, transportadores regionales y grandes consumidores. Además se ocupa de la planeación y coordinación de la operación de los recursos del Sistema Interconectado Nacional (SIN) de Colombia, mediante unos activos totales valorados contablemente en $48.8 billones.

Vender ISA y CENIT es como “comerse la gallina de los huevos de oro”. Además de su función estratégica, ambas empresas presentan una situación financiera sólida y solvente, con unos ingresos y unos costos y gastos, operacionales y de administración, que les permiten una enorme rentabilidad, como lo muestra la tabla siguiente:

La rentabilidad bruta de ISA es del 64.2%, y la de CENIT es del 63.3%, lo que indica unos costos de ventas o de producción que les dejan un amplio margen de rentabilidad para absorber los demás gastos y producir utilidades.

La utilidad operacional en ambos casos también es altísima: 58,0% ISA y 51.8% CENIT. Esto si no agregamos $2.4 billones que recibió por su participación accionaria en otras empresas. Esta utilidad es la más importante de cualquier negocio, pues nos indica cuánto se ganan por cada peso vendido, después de descontar los costos y gastos relacionados directamente con la razón de ser de las empresas. La utilidad neta o final en ambas empresas también es altísima: 28.4% en ISA y 87.8% en CENIT. O 38.7% si no agregamos las utilidades recibidas de otras empresas.

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En ambos casos, la participación de los costos laborales totales se puede considerar marginal: el 9.9% en ISA y el 2.7% en CENIT. Aquí incluimos lo que les cuesta a ambas empresas todos sus trabajadores, incluyendo los de administración, presidentes y gerentes, los costos de la seguridad social y los beneficios convencionales.

Es por todo lo anterior que vender estas empresas no le trae sino perjuicios al país en materia de ingresos y en pérdida de soberanía. Se trataría de una operación que les traería enormes beneficios a actores privados, nacionales e internacionales. Es evidente que, tras el propósito de privatización de estas empresas están influyentes intereses económicos, que esperan hacer pingues negocios “comprando a precio de huevo” activos estratégicos y rentables.

Y es evidente también, que tras estas operaciones siempre revoletea la amenaza siniestra de la corrupción.

Héctor Vásquez Fernández

Héctor Vásquez Fernández es Socio y fundador de la ENS. Exmiembro del Comité Ejecutivo de la Cut Antioquia. Docente, investigador y asesor de la ENS. Experto en temas sindicales y laborales

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