Min-Trabajo investiga a Jardines de los Andes por violar derechos laborales en medio de la pandemia

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Gracias a la insistencia del sindicato de trabajadores de la floricultura (Onof) y el Centro de Atención Laboral para el sector floricultor de Facatativá, el Ministerio de Trabajo abrió averiguación preliminar contra las empresas Jardines de los Andes, Calafate SAS y Amancay SAS, que integran un mismo grupo económico con cultivos en la sabana de Bogotá, sector que no ha parado producción durante la actual pandemia.

Esas empresas fueron denunciadas desde el 20 de abril ante el Min-Trabajo por parte de Onof, sindicato de industria que pidió inspección laboral para ellas por cometer acciones contra los trabajadores en el marco de la crisis del Covid-19. Como obligarlos a suscribir una cláusula adicional que modificaría su contrato de trabajo, desmejorando sus condiciones laborales y salariales: alteración de la jornada de tiempo completo a trabajo por horas, licencias no remuneradas. Y en los últimos días se identificó  el despido comprobado de 3 trabajadores, despidos relacionados con la cláusula adicional firmada en este periodo de la pandemia. ,

La cláusula adicional al contrato la firmaron los trabajadores en marzo de 2020, al principio de la pandemia, obligados por la empresa. Y está en contravía de la circular 22 que en el mismo marzo emitió el Min-Trabajo, que establece medidas especiales de Inspección, Vigilancia y Control a las decisiones de los empleadores con relación a los contratos de trabajo durante la emergencia sanitaria.

Desde entonces pesa esa cláusula como una “espada de Damocles” sobre el cuello de los trabajadores, puesto que ya la firmaron. Y la cual tuvo relación con el despido de 3 trabajadores, según la abogada Fernanda Cubides, directora del Centro de Atención Laboral para el sector floricultor en Facatativá.

Lo otro es que desde el principio de la pandemia Jardines de los Andes suspendió los contratos por obra labor y los temporales, lo que dejó cesantes a unos 50 trabajadores, según el sindicato. Con el detalle de que en esta empresa los temporales realizan muchas actividades misionales, lo que es intermediación ilegal.

El sindicato y el CAL Facatativá interpusieron de inmediato los recursos legales y aportaron las pruebas para solicitar una inspección laboral “rigurosa” a Jardines de los Andes, en el marco de la circular 22. Lo que tal vez frenó nuevos despidos y acciones de la empresa en desmedro de los derechos de sus trabajadores.

Y en este punto la abogada Cubides señala una falla estructural en la función de inspección laboral del Ministerio de Trabajo en medio de la emergencia del Covid-19. No hay unos lineamientos claros sobre los pasos y procesos para realizar la fiscalización laboral. Quedó a riesgo de que cada inspector lo interprete a su parecer.

Prueba de ello es que el inspector que asumió la denuncia de Onof cerró rápido la investigación aduciendo que la empresa cumplía las disposiciones de la circular 22, pero la cerró con un mero oficio, no con un acto administrativo, como debe ser. El sindicato no conoció en qué pruebas se basó para cerrar la investigación.

Por tal razón, Onof y el CAL Facatativá apelaron el oficio del inspector, y gracias a su insistencia y presión ante el Ministerio de Trabajo logró que este despacho emitiera recientemente auto de apertura de investigación contra Jardines de los Andes.   

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Un sector precarizado

El floricultor es un sector laboral tradicionalmente “feminizado”. El 70% del personal son mujeres, y la mitad de éstas son cabeza de familia. Ganan el salario mínimo legal, con muy pocos beneficios adicionales. Se caracteriza también por alta exigencia de metas al trabajador, pago por productividad, extenuantes jornadas, alto riesgo de accidentes y enfermedades, y enorme carga a la salud mental. Condiciones a las que ahora se agrega el riesgo del virus y la pandemia.

La subcontratación es generalizada en todo el sector floricultor, como forma de reducir costos operativos y evitar la sindicalización de los trabajadores. Emplea 190 mil personas, el 55% tercerizadas.

En 2018 el sector representó el 3% de las exportaciones totales del país, y el 17% de la exportación mundial de flores. Y dentro de este cuadro, el grupo económico Jardines de los Andes es top ten en ventas en la floricultura colombiana. En 2018 éstas aumentaron 5.9%, año en que vendió $75 mil millones y en conjunto ocupó a 892 trabajadores, mujeres en su gran mayoría, como ya se dijo.

También es una empresa que se caracteriza por su historia de prácticas violatorias de derechos laborales y sus posiciones antisindicales. Por eso se celebra como hecho positivo que el sindicato en esta empresa esté creciendo su membrecía, que los trabajadores busquen afiliarse. En los últimos dos meses hubo 20 nuevas afiliaciones. Ya son entonces unos 70 los trabajadores sindicalizados en Jardines de los Andes.

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