Esta vez por salud y porque lo están asesinando, el magisterio colombiano vuelve al paro este 28 y 29 de agosto

Dificultades e imposibilidad para conseguir citas con especialistas (incluso con  médicos generales), dilación y negación de procedimientos quirúrgicos, no entrega de medicamentos, pintan por encima el panorama del servicio de salud de los maestros y maestras de Colombia. Pero es apenas uno de los problemas que padecen, el más apremiante, y la razón principal para que la Junta Directiva de Fecode, a través de un comunicado emitido este miércoles, los convocara a un Paro Nacional de 48 horas los días 28 y 29 de agosto.

El magisterio colombiano vuelve pues a la protesta y a la calle, la tercera vez este año, unido por la defensa de los derechos a la vida, la salud y la educación pública, en palabras de Nelson Alarcón, presidente de esta organización sindical, que agremia a más de 300 mil educadores en todos los departamentos del país, que imparten educación a unos 9 millones de estudiantes

Y es que en verdad la crisis y el mal servicio de salud tienen a las y los maestros desesperados. Crisis que no es muy distinto de la que padece el resto de la población por causa de un sistema de salud ineficiente y colapsado, pero el magisterio tiene un régimen de salud especial, pagado de su bolsillo y negociado con el Gobierno, que cada vez lo cumple menos, según Fecode.

Este problema se ha vuelto tan apremiante, que en lo que va corrido del año en 14 departamentos del país los sindicatos de maestros han realizado paros escalonados de 24 y 48 horas, para exigir que se les cumpla el derecho a su salud. Ahora a nivel nacional y en bloque Fecode exige “soluciones prontas y definitivas”, pues a pesar de las movilizaciones y acuerdos con los docentes, las entidades prestadoras del servicio médico-asistencial no cumplen puntualmente con los términos de los contratos.

El otro grave problema, que aparece segundo en la lista por la urgencia de su solución, es el incremento de los hostigamientos, amenazas y asesinatos contra los líderes sociales, entre ellos, los maestros. En su comunicado Fecode denuncia los recientes homicidios de Carlos Arturo Mazo, maestro de Córdoba; Leonardo León Trujillo, educador en Armenia; y Orlando Gómez, rector de un colegio en Caloto, Cauca.

“Hoy le exigimos al Gobierno Nacional protección inmediata para los maestros y maestras de Colombia, para nuestro dirigentes sindicales. Nos están asesinando. Gobierno, pónganse en cintura, y proteja a nuestros líderes sociales”, señaló al respecto Nelson Alarcón.

Caravana por la vida

En la línea de denunciar y visibilizar la amenaza contra la vida de maestros y demás líderes sociales, en esta ocasión, aparte de las asambleas informativas y las movilizaciones habituales que enmarcan los paros del magisterio, la novedad es algo que se ha llamado la “Gran Caravana por la Paz, por la Vida y por la Escuela como Territorio de Paz”, la cual saldrá de Bogotá el 27 de agosto y finalizará el 29 en Popayán, capital del Cauca, la región donde más están asesinando líderes sociales.

También se hacen contactos para que la caravana por la paz y por la vida se replique en otras regiones igualmente azotadas por la violencia social, como Catatumbo y el Bajo Cauca antioqueño.

En su comunicado, Fecode no deja de lado que el problema estructural de la educación colombiana es su déficit presupuestal, como resultado de la sistemática desfinanciación del sistema educativo en los últimos veinte años. Lo que ha generado el deterioro locativo de las instituciones, el crecimiento de las deudas con el magisterio, poco desarrollo del bienestar estudiantil y rebaja en la calidad de la educación.

De ahí que otra exigencia del paro de 48 horas, es que el Gobierno cumpla los acuerdos firmados el pasado 15 de mayo, en especial lo de la reforma constitucional al Sistema General de Participaciones, a fin de incrementar real y progresivamente los recursos de la educación, tema que actualmente lo discute una comisión de alto nivel de la cual hace parte Fecode.

Y en el último punto del comunicado exige que en los resultados de la Evaluación con Carácter Diagnóstico Formativa, se respete el derecho de los docentes al ascenso y reubicación, y tengan garantías y transparencia en este proceso.

El Gobierno no vigila servicio de salud

Para una cita general se demoran hasta 10 días y cuando por fin logran comunicarse les dicen que llamen después porque no hay agenda. Y las citas con especialistas son prácticamente imposibles, tampoco despachan medicamentos, y todo eso hace que los maestros nos estemos enfermando”, dijo a esta agencia Marta Rocío Alfonso, vicepresidenta de Fecode.

Para esta directiva, la solución es sencilla: basta con que los operadores cumplan con lo estipulado en los contratos. A la vez que reiteró lo mismo que denuncia la Junta Directiva de Fecode: la desidia y las fallas de la Fiduprevisora, de los Ministerios de Educación y Hacienda y el Gobierno Nacional en su función de control y vigilancia del servicio de salud que se presta a los educadores.

«Desidia que también se evidencia en la administración de nuestro Fondo Nacional de Prestaciones Sociales, lo cual conlleva a demoras injustificadas en trámites y deudas millonarias. Los docentes defenderemos nuestro Fondo contra la amenaza de privatización, porque sí es viable y tiene los recursos, ya que los aportamos los maestros y maestras de Colombia”, expresa en su comunicado Fecode.

Argumenta que, pese a estar claramente definidas las responsabilidades de cada ente, hoy la prestación del servicio de salud por parte de los operadores de los contratos es calamitosa, y en la mayoría de los departamentos se encuentra en estado de “coma”.

Fecode sostiene que el Gobierno Nacional, a través del Ministerio de Hacienda, gira a cuenta gotas los recursos de ley al FOMAG, como si la intención fuese ahogar financieramente al Fondo. A la par de lo anterior, la Fiduciaria La Previsora, que posee el contrato de administración del Fondo, en una actitud alcabalera retiene los pagos por diversos conceptos a los operadores de los contratos de salud, quienes ponen esta situación como excusa para justificar el pésimo servicio de salud que prestan.

A la fecha, la Fiduprevisora no ha liquidado los contratos pasados y finiquitados, en tanto que actualmente hay nuevos contratistas y prestadores del servicio. Y al final quienes pagan los “platos rotos” son los maestros y sus familias, dice Fecode.

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