Conmemoramos el 8 de marzo y la vigencia de la lucha por los derechos laborales de las mujeres

Imagen de referencia tomada de infobae.com

Cómo conmemoración del 8 de marzo se resaltan algunos indicadores del mundo de trabajo que se han visto afectados durante el 2020 como efecto de la emergencia sanitaria Covid-19, y en contra de la población de mujeres trabajadoras en Colombia.

Las condiciones de las mujeres se han alterado no solo en Colombia, sino en el mundo entero bajo el efecto “caída de escalera”, mostrando la tendencia a la baja de los indicadores del mundo laboral. Según datos de la OITdurante la emergente pandemia por Covid-19 se presentó un retroceso en la tasa de ocupación femenina, pues en el mundo 13 millones de mujeres perdieron sus empleos”.

Frente a la ocupación laboral en Colombia, las cifras evidencian una fluctuación de los puestos de trabajo en el 2020, al finalizar el año, los puestos de trabajo que perdieron las mujeres es 5,2% más que en 2019 y 8,2% más con respecto a los hombres.

Estas cifras refuerzan la recesión femenina, como se ha caracterizado la crisis económica actual, provocando la salida de las mujeres del mundo laboral, a la vez que, mujeres y niñas se ven forzadas a asumir labores de cuidado no remunerado. Para Colombia, la dedicación a labores del cuidado se elevó 11,76 puntos porcentuales por encima de las cifras que en 2019 registraban 42,48% de mujeres dedicas a estas labores.

El trabajo doméstico es una labor que han estado en la base de la pirámide de todas las vulneraciones, y que para el 2020 marca un retroceso en la estabilidad laboral de las mujeres. Según las cifras “En 2020 se registró un total de 518.527 trabajadoras domésticas, cerca de 169.189 trabajadoras domésticas dejaron de ejercer este oficio con respecto al 2019”.

Puedes leer:

La afectación a las condiciones de acceso al mundo laboral socaba la posibilidad de ingresos digno para las mujeres, a la vez que aumenta los indicadores de pobreza.

El mundo laboral está cambiando y persisten problemas históricos de inclusión laboral, por ello se hace necesario implementar una renta básica universal y no condicionada que contribuya a mejorar los ingresos.  De manera paralela, en este momento de crisis, se requiere un Pacto Social centrado en la Economía del Cuidado, para reducir las brechas de género y promover condiciones favorables para la inserción de las mujeres en el mundo laboral.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.