En Colmotores se crea sindicato de trabajadores enfermos, el primero de su clase en el país

Mediante “arreglos voluntarios” la empresa quiere despedir a 34 enfermos

Colmotores, filial de la multinacional General Motors en Colombia, ya merece ser catalogada como una de las empresas que más trabajadores enfermos tiene en sus filas, y también la que más los maltrata, tanto que 59 operarios de su planta en Bogotá, todos con algún grado de enfermedad o discapacidad de origen laboral, se vieron en la necesidad de constituir un sindicato para defenderse de las arbitrariedades de la empresa. Y ésta recientemente decidió despedir 34 de ellos.

El sindicato se llama UTEGM (Unión de Trabajadores Enfermos de General Motors), el cual, según su presidente, Gabriel León, se creó el pasado mes de mayo a partir de una asociación de enfermos que allí existe, con el fin de defender sus derechos como personas en condición de debilidad manifiesta. Es decir –¡quién lo creyera!– para pertenecer a esta organización sindical es condición que el trabajador padezca alguna enfermedad o discapacidad.

Recientemente la situación se complicó por cuanto la empresa tomó la decisión de salir de 120 trabajadores mediante el ofrecimiento de planes de “retiro voluntario”, que no es otra cosa que un despido masivo disimulado, ya que si el trabajador no acepta la oferta de todas maneras se le cancela su contrato. Esta decisión la empresa la justifica por el bajón en la producción debido al paro camionero, argumento que desestiman UTEGM y los otros dos sindicatos de la empresa: Sintragmcol y Sintraime. “Si los vehículos no se venden es por falta de planes contundentes de comercialización, actividad en la que los obreros no incidimos”, afirmaron los sindicatos en un comunicado.

El agravante es que entre los trabajadores que no aceptaron el “retiro voluntario” y fueron despedidos, hay 34 que padecen patologías de origen laboral: síndrome de manguito rotador, túnel del Carpio, discopatías lumbares, hernias en columna, epicondilitis, artrosis, bursitis, afecciones siquiátricas, entre otras.

De la situación de enfermedad e incapacidad laboral de estos trabajadores la empresa tiene conocimiento, no solo porque ingresaron sanos y sin limitaciones, sino porque los ha tenido que reubicar y fijarles restricciones por el deterioro de su salud. Están, pues, en una situación de debilidad manifiesta y protegidos por la ley de Estabilidad Laboral Reforzada. O sea que su despido exige una previa autorización del Ministerio de Trabajo, trámite que la empresa no hizo. Además, en su mayoría estos trabajadores hacen parte de UTEGM, el nuevo sindicato de enfermos.

Si bien el ofrecimiento de “retiro voluntario” para cada uno incluye compensaciones entre 60 y 70 millones de pesos, no les reconoce nada por la enfermedad que padecen, adquirida en desarrollo de su oficio. “Y en el estado en que se encuentran en ninguna otra empresa les van a dar trabajo, por eso no aceptaron la propuesta de retiro”, aseguró Liliana Marcela Quemba, la abogada asesora del sindicato de enfermos de Colmotores.

Precisamente el pliego petitorio que éste presentó a la empresa se relaciona con la salud ocupacional. Entre otros puntos se exige que el sindicato pueda intervenir en la elección de los médicos que atienden y evalúan el estado de salud de los trabajadores, y también que participe en el tema de reubicaciones y restricciones laborales; piden que se implemente un programa epidemiológico para evitar enfermedades, y que en el tema salud laboral la empresa consulte la opinión de otras entidades certificadas, como las universidades.


Una empresa llena de enfermos

No es la primera vez que la transnacional General Motors Colmotores se ve envuelta en trámites de despidos y vulneración de los derechos de los trabajadores enfermos o con grados de discapacidad.

Se recuerda que desde hace 4 años un grupo de trabajadores despedidos adelantan una protesta frente a la Embajada de Estados Unidos en Bogotá, instalados en un cambuche hecho con plásticos y tablas. Varias huelgas de hambre, crucifixiones y sellamiento de labios han hecho estos trabajadores en reclamo de sus derechos, sin que hasta ahora se les haya resuelto su situación.

Y más recientemente se registró el despido de John Ríos Hernández, presidente de una de las dos asociaciones de enfermos y discapacitados de Colmotores. Según la abogada Quemba, la empresa lo despidió como retaliación por las denuncias que hizo en el Congreso de la República. Precisamente su despido originó que los trabajadores de esta asociación se conformaran en sindicato.

Para la abogada Liliana Quemba, el origen del problema de la gran cantidad de enfermos en la planta de la General Motors en Colombia, tanto activos como despedidos en meses y años anteriores, es el atraso tecnológico de esta planta. Mientras en Estados Unidos las operaciones de cargue y ensamble las realizan robots, acá en Colombia las deben hacer los trabajadores manualmente, exponiendo permanentemente su integridad física.

“Mientras esas condiciones de trabajo no se modernicen, los obreros de Colmotores seguirán exponiendo su salud y enfermándose; y la empresa seguirá haciendo lo que hace: despedir y tercerizar los trabajadores enfermos para librarse de sus responsabilidades”, puntualizó la abogada Quemba.

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