FNV de Holanda adelanta proceso de reestructuración para convertirse en mega sindicato

—Entrevista con Leo Hartveld, tesorero de la FNV—

Uno de los hechos significativos en el universo del sindicalismo este año, es el proceso que se está dando al interior de la Federación de Sindicatos Nacionales (FNV), la mayor organización sindical de Holanda, que tomó la decisión de reestructurarse y convertirse en un gran sindicato, como fórmula de solución a una grave crisis interna que viene padeciendo.

Dicha crisis se produjo en el momento en que el liderazgo de los dos sindicatos más grandes del país se opusieron al acuerdo de la central con el Gobierno holandés y el empresariado sobre las pensiones, generando un ambiente de desconfianza entre el las organizaciones sindicales y la central. Fue esa la razón por la que la cúpula de la FNV dejó en manos de un colectivo el proceso de reforma del sindicato.

La propuesta que este colectivo presentó dio paso a la reestructuración completa de la FNV, comenzando por la dimisión de sus directivas y también de la dirigencia de los sindicatos miembros. Nuevo Movimiento Sindical en Holanda, es el nombre propuesto para la nueva organización que, se espera, esté protocolizada a finales de este año, y que propende por un sindicalismo más democrático, transparente y atractivo.

En Holanda hay 1´900.000 personas afiliadas a algún sindicato, lo que significa que 27 de cada 100 trabajadores están sindicalizados. La FNV es la mayor federación y la conforman 14 sindicatos, que conjuntamente cuentan con 1´100.000 afiliados, el 60% del total de las y los trabajadores sindicalizados.

Es una organización que concede gran importancia al derecho al trabajo, a la libre elección de éste, a la obra justa y ordenada, y la protección contra el desempleo. Además, durante muchos años, ha mantenido excelentes relaciones con sus pares en América Latina, y ha sido significativo el apoyo que les ha brindado a través de su oficina de cooperación internacional.

Precisamente, en la perspectiva de avanzar en la fusión del maga sindicato, a principios de este mes se realizaron congresos de los diversos colectivos sindicales implicados en el proceso. Pese a que había mayoría en los 4 sindicatos a favor de la fusión, ésta no se pudo finiquitar porque los estatutos requieren mayoría de las dos terceras partes de los asambleístas en cada congreso de sindicato.

En el congreso de FNV Bondgenoten hubo una mayoría de 64%, y lo requerido era el 67%. Ahora 100 asambleístas han pedido que se realice un congreso extraordinario porque hubo una serie de miembros que faltaron. Además se han propuesto ajustes en la reglamentación del nuevo sindicato, a fin de convencer a los asambleístas que tenían sus reservas frente a la fusión. Se espera que el congreso extraordinario se realice antes de que termine este año, y en él sí se obtenga la mayoría requerida para la fusión.

Para hablar de este proceso de recambio en la FNV y de otros temas importantes, la Agencia de Información Laboral conversó con Leo Hartveld, tesorero de FNV, uno de los invitados internacionales al VI Congreso Nacional de la CUT realizado en Santa Marta.

¿Nos puede explicar en qué consistió y por qué se dio el proceso de reestructuración de la FNV?

Hay un proceso de unión, de una mega unión porque los sindicatos que van a unirse son los más grandes de Holanda. La FNV deja de existir porque se une con los 3 grandes sindicatos, un sindicato menor y la central, formando uno solo grande, que queda con un casi millón de afiliados. Pero al lado de éste se mantienen 12 pequeños sindicatos que también son parte de la FNV, siendo el mayor el de educadores. En el futuro estos 12, o algunos de ellos podrían unirse al gran sindicato, dependiendo de cómo se vayan dando las cosas.

¿Y cómo será el nuevo esquema de dirección?

El proceso incluye la renovación de la democracia sindical dentro de FNV. Los sindicatos han nombrado un nuevo consejo directivo, con excepción del presidente, que es elegido directamente por todos los miembros de FNV. También hemos fundado un parlamento sindical, que antes no existía. Ahí están representados todos los sindicatos de FNV, tanto los fusionados como los que no lo hicieron. Este parlamento es la máxima autoridad, puede descalificar al consejo, a los directivos, ese es el acuerdo, con lo cual se busca un equilibrio. Lo otro es que si tenemos que negociar con los empresarios a nivel nacional, lo que se negocie tiene que ser de acuerdo con el parlamento, que debe refrendarlo.

Entendemos que los procesos de fusión han sido una constante en la historia del sindicalismo holandés…

Sí. La historia del sindicalismo holandés es de permanentes fusiones. Los primeros sindicatos fueron de empresa, como acá en Colombia. Ellos decidieron unirse cada vez más hasta conformar sindicatos sectoriales nacionales, situación que se dio después de la Segunda Guerra Mundial. Y se configuraron centrales, que obedecían a tres tendencias en el mundo sindical holandés: una católica, otra protestante y la otra socialdemócrata. En los años 60 estas centrales empezaron a coordinarse y a tener cada vez más unidad de acción, lo que derivó en un proceso de unificación de las 3 centrales a principios de los años 70. Pero a última hora los protestantes se retiraron, y hoy tiene su propia central (CNV). Y las otras dos centrales: la católica y la socialdemócrata, se juntaron y conformaron la FNV. A finales de los años 90 se fusionaron en un solo sindicato los de transporte, de industria, sectores agroalimenticio y de servicios, formado FNV Bondgenoten, que tenían cerca del 40% de los miembros de la central. Posteriormente a éste se fusionaron otros sindicatos menos grandes del sector público y privado. Dejando un paisaje de 4 grandes sindicatos y 12 menores, de sectores muy típicos como deportes, peluqueros, policía y militares.

¿Qué riesgos tiene la nueva estructura de la FNV?

El riesgo es que se trata de una unificación de organizaciones que tienen diferentes estructuras. Cada organización ha tenido una organización de apoyo y cada una tiene sus propios sistemas, y todo eso se tiene que unificar. En ese sentido hay todavía mucho trabajo por hacer. Uno de los objetivos de esta nueva estructura es que el sindicato sea cada vez más visible e influyente en cada sector. El riesgo es que eso no se logre. Otro riesgo es que aún hay una partición de la FNV entre los que se han fusionado en el mega sindicato y los que han quedado por fuera.

Los sindicatos holandeses han mantenido históricamente muy buenas relaciones de cooperación y apoyo con sus pares en América Latina. ¿Eso va a cambiar con la nueva estructura?

Una de las decisiones de la nueva organización es que FNV esté más presente en lo que es cooperación sindical internacional. Vamos a invertir más dinero. Esto se va a hacer asegurado en la nueva organización. FNV Mundial, que está a cargo de la cooperación, se mantiene como fundación aparte. En el nuevo mega sindicato los sectores van a tener más autonomía. Esto implica, por ejemplo, que el sector transporte o el sector del agro tienen la posibilidad de mantener una cooperación propia de su subsector.

Y la cooperación dirigida a las organizaciones sindicales colombianas, ¿va a continuar?

Para nosotros como FNV es muy importante que se respeten los derechos laborales. Colombia es uno de los países priorizados en la cooperación sindical, y esa cooperación también la queremos asegurar en el futuro.

¿Qué visión tienen en la FNV del Tratado de Libre Comercio de Colombia con la Unión Europea?

Nuestra política frente a los tratados de libre comercio no es aislada. Seguimos la posición de la Confederación Sindical Internacional, que es una posición muy crítica de estos tratados. En el último congreso de la CSI en Berlín hubo una resolución de rechazo, y nosotros estamos de acuerdo con eso. Y en cuanto al TLC específico entre Europa y Colombia, estamos siguiendo la posición de nuestros socios aquí. Las centrales CUT y CTC son muy críticas sobre el incumplimiento de las cláusulas del TLC, compartimos esa apreciación y estamos dispuestos a apoyar cualquier campaña para hacer conocer esa posición en Europa.

A propósito del congreso de la CSI, ¿qué destacaría usted de lo que allí se trató?

Una cosa que impactó mucho fue la experiencia de sindicalistas en países en guerra, como en el medio oriente, Siria, Irak. En Colombia no es distinto. La conclusión es que cuando no hay paz es muy difícil hacer trabajo sindical. La paz es una condición para hacer este trabajo. Por eso consideramos importante la negociación de paz en Colombia. Estamos de acuerdo en que se cree una comisión para la reconciliación. No sé si la creación de esta comisión está planeada en el proceso, pero la vemos como un importante aspecto para el futuro. Es muy importante que el sindicalismo participe en esa comisión y que haya espacio para perdonar. En la Biblia dice: ojo por ojo y diente por diente, pero si hacemos eso todos terminamos ciegos.

Finalmente, ¿cómo se ha sentido en Colombia, señor Hartveld?

Es la primera vez que vengo a Colombia, desafortunadamente en una visita muy corta, no he conocido mucho. Pero lo que he visto me ha gustado, muy lindo todo, y el clima es fantástico. Los sindicalistas son simpáticos, buena gente.

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