Enseñanzas que deja al movimiento sindical la negociación colectiva en El Cerrejón

Entrevista al presidente de Sintracarbón


Recientemente se firmó la convención colectiva entre Sintracarbón y la multinacional El Cerrejón, luego de tres meses de arduas negociaciones que estuvieron a punto de terminar en huelga, la cual hubiese sido larga y perjudicial para ambas partes, y también para el país, que tiene en este complejo carbonífero una importante fuente de ingresos.

Y como todo proceso conflictivo, éste dejó enseñanzas y motivos de reflexión para los trabajadores y el movimiento sindical, especialmente el del sector minero-energético. Para abordar ese tema la Agencia de Información conversó con Jairo Quiroz, presidente de Sintracarbón. Y esto fue lo que nos contó:

Jairo Quiroz, presidente Sintracarbón
Jairo Quiroz, presidente Sintracarbón
  • ¿Cómo evalúa la experiencia que significó esta vez la negociación de la convención colectiva con la empresa Cerrejón?

Fue un proceso muy difícil, tal vez la negociación más compleja de las 16 que este sindicato ha abordado en sus 32 años de existencia. Esto, porque la empresa denunció parcialmente la convención con el propósito de inmovilizar nuestra organización sindical. Quiso eliminar o recortar artículos que establecen las garantías necesarias para su funcionamiento, como los aportes económicos y permisos sindicales. El otro propósito era el desmonte parcial de la convención colectiva. Pero logramos unificar a las y los trabajadores en torno a la defensa de su sindicato y su convención colectiva, e incluso mejorar algunos artículos de ésta.

  • Estuvieron a punto de ir a la huelga. El 98% de los trabajadores la votaron. ¿Por qué finalmente ésta no se dio?

En el momento en que se votó la huelga había un convencimiento de la necesidad de hacerla para presionar a la empresa. Pero cuando correspondió tomar la decisión de la hora cero, hubo que hacer un análisis de contexto, básicamente con dos elementos. Uno, la situación particular que vive La Guajira, un departamento sumido en la pobreza, donde se mueren niños de hambre y hay una ausencia total del Estado. De hecho, el primer punto de las 15 que presentó el Comando Nacional Unitario en el paro del 17 de marzo, fue la atención inmediata a la crisis humanitaria que vive este departamento. Además, la economía de La Guajira tiene una fuerte dependencia de los salarios de los trabajadores del Cerrejón, y una huelga hubiera profundizado más la crisis.

  • ¿Y cuál fue la otra razón que los disuadió de hacer la huelga?

La existencia de un sindicato paralelo a Sintracarbón, que en el escenario de una huelga posiblemente hubiera firmado un acuerdo convencional con la empresa para romperla, tal como ha ocurrido con otras huelgas que se han dado en el sector minero-energético, en las que el paralelismo sindical jugó un papel muy dañino. Caso Sintramienergética, en la Drummond, y el de Sintracerromatoso. Este elemento también se valoró en la asamblea en la que el 75% de los trabajadores decidió no ir a la huelga y negociar el acuerdo con base en la última propuesta que presentó la empresa.

  • La empresa sostuvo que el bajón en el precio internacional del carbón no le permitía atender el pliego que le presentó el sindicato. ¿Qué tanto de verdad tuvo esa afirmación?

No desconocemos la tendencia a la baja de los precios de los commodities energéticos. Pero ese no es el único elemento dentro del análisis del mercado. Hay un dólar revaluado, que desde el año anterior pasó el límite de los 3 mil pesos, y por eso la empresa necesita menos dólares para pagar su nómina en pesos colombianos. El otro elemento a tener en cuenta es la contribución de los trabajadores al programa de contención de costos. Contribuimos con ahorros importantes, y los resultados económicos de la empresa en el 2015 dan cuenta de eso. Sigue siendo rentable y sostenible. El mismo acuerdo final así también lo indica. Hubo mejoras en algunos artículos de la convención, que tienen un costo importante. Lo que quiere decir que la empresa sí tiene capacidad económica para atender las peticiones de los trabajadores.

  • En El Cerrejón ya son más los trabajadores vinculados a empresas contratistas que los directos de la empresa, casi el doble. ¿Cómo les fue a los contratistas en esta negociación?

El artículo 140 de nuestra convención colectiva establece que los contratos que la empresa suscriba con cualquier contratista o proveedor deben garantizar los mínimos derechos laborales que estipula la OIT. Ello nos ha permitido afiliar al sindicato a los trabajadores contratistas y lograr convenciones colectivas para ellos, con estabilidad laboral y una cantidad de beneficios que no tenían. Pero vemos una actitud del Cerrejón para desconocer esos convenios colectivos, así como las normas relacionadas con la libertad sindical y el derecho de huelga para los tercerizados. La estrategia que usa es que cada vez que hay una licitación, ésta la pierden las empresas contratistas con trabajadores sindicalizados cobijados por convención colectivas. Y a los trabajadores de las empresas que ganan la licitación les exigen de entrada afiliarse a un pacto colectivo, para así eludir los beneficios ganados en las convenciones colectivas. En esta negociación desafortunadamente no pudimos avanzar en el tema de los contratistas. Pero tenemos que seguir insistiendo, preparándonos para nuevas luchas.

  • ¿Y cuáles nuevas luchas ven en el corto plazo?

No permitir la tercerización en ninguna área dentro del complejo carbonífero, propósito que hemos podido mantener con éxito en los 32 años que lleva el sindicato. Ahora la empresa ha anunciado que va a tercerizar los trabajadores de las áreas de voladuras y mantenimiento, y a eso nos vamos a oponer; como también nos opondremos a que se establezcan turnos de trabajo que desmejoren las condiciones laborales y afecten la salud de los trabajadores.

  • ¿Qué lecciones cree que le deja al sindicalismo minero-energético esta última negociación laboral en El Cerrejón?

La primera, es la importancia de la unidad en los procesos organizativos de negociación colectiva. Si bien es cierto que para tener trabajo se requiere que haya empresa, también lo es que para tener beneficios convencionales necesitamos tener un sindicato fuerte y unido. Demostramos que de manera organizada, con convicción y unidad, es posible generar acuerdos importantes en favor de los trabajadores y en defensa de los beneficios convencionales, aun en la situación adversa en que se encuentra hoy el mercado de las commodities. Y otra enseñanza es que, más allá de las posiciones ideológicas y políticas de los sindicatos del sector minero-energético, podemos construir un proceso de unidad sindical desde el conflicto mismo, y desde las bases. En ese sentido destacamos el acompañamiento que tuvimos de Sintraelecol, la USO y Sintramienergética. Si empezamos a construir la unidad sindical en el sector desde la base, participando conjuntamente en los conflictos que enfrente cada sindicato, tendremos un escenario en el que es posible lograr acuerdos que nos lleven a conformar un sindicato único minero-energético más fuerte y representativo.

  • Y Sintracarbón, ¿cómo quedó después de este conflicto. ¿Más unido o con fisuras?

Quedó un sindicato cualitativa y cuantitativamente fortalecido, y presto a librar las batallas que se vienen. Antes tenía 3.700 afiliados, y en el desarrollo del conflicto su número aumentó a más de 4.000.

  • ¿Cuál fue la razón para que se diera ese aumento?

Cuando los trabajadores se percataron de la intención de la empresa de debilitar y frenar la dinámica del sindicato, cuando vieron que en realidad estaba en riesgo su continuidad como sindicato mayoritario en El Cerrejón, y se percataron del papel que quería jugar la otra organización sindical paralela, sin pensarlo dos veces arroparon a Sintracarbón. Por eso se dio un proceso de afiliación masiva, totalmente atípico.

  • Fue visible que esta vez el sindicato tuvo una mejor comunicación hacia afuera. Los medios replicaron sus argumentos, no solo los de la empresa…

En un principio la empresa nos estaba ganando en la estrategia de aparición en los medios de comunicación, pero logramos revertir esa tendencia adversa al sindicato. En eso tuvimos el acompañamiento del equipo de comunicaciones de la Escuela Nacional Sindical, y logramos cambiar la estrategia a nuestro favor, tanto a nivel nacional como internacional. También fue clave el uso de las redes sociales como Twitter y Facebook, los videos cortos que montamos en YouTube, que nos fueron posicionando y nos permitieron transmitir lo que queríamos a los trabajadores de El Cerrejón, a la comunidad de La Guajira y al país en general.

  • Y la comunidad de La Guajira, ya que la menciona, ¿qué papel jugó en esta negociación?

Mucho. La comunidad que vive en el área de influencia del complejo carbonífero tiene mucha importancia en las decisiones del sindicato. No hay que olvidar que la economía de esta región depende en un 60% de El Cerrejón. Siempre Sintracarbón ha luchado, y seguirá luchando para que mejoren las condiciones de vida y el entorno ambiental de la comunidad guajira Wayuu, que es la verdadera propietaria de los recursos naturales de la región, y tiene derecho a gozar de mejor forma de los beneficios que genera la explotación del carbón y del gas. Ahora que la compañía Anglo-América ha puesto en venta el paquete accionario que tiene en El Cerrejón, la primera opción de compra la debería tener el pueblo colombiano. De hecho, ya el inició una campaña para exigir la reversión de los contratos de concesión con empresas multinacionales en La Guajira, para que sean colombianos quienes desarrollen estos proyectos en su favor.

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