Los ingenios La Cabaña y María Luisa, el primero ubicado en inmediaciones de Puerto Tejada (departamento del Cauca) y el segundo en Candelaria (Valle), fueron escenarios en este comienzo de año de despidos masivos de trabajadores, 110 corteros en total, en represalia a su afiliación al sindicato de industria Sintrainagro, al cual el año pasado se fusionó Sinalcorteros.
Según la denuncia del sindicato, los directivos de estos dos ingenios —los únicos que en el Valle del Cauca no han formalizado sus relaciones laborales en el marco del acuerdo Obama-Santos y continúan vinculando trabajadores mediante contratistas— se negaron a reconocer las dos subdirectivas que Sintrainagro conformó en ambos a finales de noviembre, con el argumento de que los corteros no tienen contrato directo, son tercerizados. En el caso de La Cabaña se afiliaron al sindicato más de 600 trabajadores, de los 1.200 que laboran allí; y en el ingenio María Luisa, donde laboran sólo 180 corteros, 24 de éstos se afiliaron al sindicato.
Pero no solo se negaron a reconocer las dos subdirectivas sindicales, sino que desde el mismo momento en que éstas se crearon iniciaron una campaña de persecución contra los trabajadores afiliados, y de amedrentamiento contra aquellos que no lo habían hecho, llegando incluso a hacer llamadas telefónicas a sus casas para amenazarlos y hacerlos desistir. Y como era de esperarse, ambos ingenios también se niegan a negociar el pliego de peticiones que Sintrainagro les presentó el 20 de diciembre.
Pero la gota que rebasó la copa se produjo el 3 de enero, cuando la gerencia de La Cabaña, sin preaviso ni razón distinta a la persecución antisindical, se negó a renovar el contrato de 86 de los trabajadores, todos afiliados al sindicato, entre ellos toda su junta directiva; hecho este que de entrada configura un despido masivo, además ilegal porque muchos de esos trabajadores gozan de fuero sindical. Con el agravante de que al resto de los trabajadores lo obligaron a firmar un documento en el cual renuncian al sindicato como condición para renovarles el contrato, hecho aún más ilegal. Tanto así que la empresa no ha puesto todavía esas renuncias en conocimiento del Ministerio de Trabajo, pues bien sabe que no tienen ningún valor toda vez que el único que pude aprobar la desafiliación es el mismo sindicato.
E igual situación se dio en el ingenio María Luisa, donde despidieron 24 trabajadores, entre ellos toda la junta directiva del sindicato.
Por tal motivo, según Johnson Torres Ortiz, directivo del Departamento del Azúcar de Sintrainagro, esta organización sindical ya entabló sendas querellas contra las directivas de ambos ingenios por persecución sindical, y por su negativa a negociar el pliego de peticiones presentado por los trabajadores.
Ingenios antisindicalistas
Los mencionados despidos masivos ratifican la ya probada actitud reaccionaria de La Cabaña y María Luisa, dos ingenios que siempre se han caracterizado por su recalcitrante postura antisindical. Son los únicos que siguen tercerizando su planta laboral y obstaculizando la acción sindical, mientras que el resto de los ingenios, a raíz de la histórica movilización de los corteros en el 2008 y el acuerdo de formalización incluido en el Plan Obama-Santos, ya vincularon directamente a sus trabajadores y les reconocieron su pleno derecho a la organización sindical.
Johnson Torres Ortiz recuerda que durante el movimiento de protesta que en el 2005 hicieron los corteros de varios ingenios del Valle del Cauca, uno de los líderes del movimiento fue asesinado de dos disparos. Como también recuerda que durante el histórico y largo paro general que en el 2008 adelantaron los corteros del Valle del Cauca, La Cabaña fue el único ingenio que no paró, debido a que el ingenio “blindó” a los trabajadores de todo contagio huelguístico: los obligó a vivir dentro del mismo ingenio durante el tiempo que duró el paro. Además, desde esa época dentro de la propiedad del ingenio el ejército nacional tiene instalado un campamento, que prácticamente está al servicio del ingenio y es un factor disuasivo de cualquier protesta de los trabajadores.
“Hoy es imposible hacer trabajo sindical en La Cabaña, porque tanto los vigilantes privados como los soldados intimidan y escoltan a los corteros y a los directivo del sindicato que vayan a hacer alguna acción gremial”, anota Torres Ortiz.
Sintrainagro se moviliza
En respuesta a la actitud antisindical y los despidos masivos en los dos ingenios, Sintrainagro entabló las respectivas denuncias ante las instancias nacionales e internacionales. También se reunió con el Viceministro de Trabajo para que éste medie en la solución al conflicto, sin que hasta ahora tal mediación haya dado fruto alguno.
Y a instancias de la Junta Directiva Nacional, el miércoles 16 de enero Sintrainagro realizó un “plantón” frente a las instalaciones de Asocaña en Cali, en la cual participaron más de 700 personas. Se hizo para exigirle a Asocaña, organización que agrupa a los empresarios azucareros, que defina su posición frente a los atropellos en los ingenios La Cabaña y María Luisa, y los presione para que reintegren a los trabajadores despedidos, reconozcan la representación sindical y se sienten con los trabajadores a negociar los pliegos petitorios, que incluyen la contratación directa de los corteros por parte de ambos ingenios.
De no darse una solución en el corto plazo, la alternativa, según Jonhson Torres, será promover un paro de corteros en ambos ingenios. Y no descarta la eventualidad de un paro más general, que involucre a los demás ingenios donde Sintrainagro tiene corteros afiliados.