Después de 14 años, Sintraelecol logró acabar con el contrato sindical en Termopaipa

Después de 14 años, Sintraelecol logró acabar con el contrato sindical en Termopaipa
Firma del acuerdo en el Ministerio del Trabajo (Foto tomada de Twitter @mintrabajocol)

El próximo 31 de diciembre dejará de existir el contrato sindical que rige en Termopaipa (Gensa) desde el año 2004, en virtud del acuerdo al que llegó esta empresa estatal (productora de energía a través del carbón)  con Sintraelecol, sindicato titular del contrato sindical.

(Vea y descargue aquí el acuerdo)

Según este acuerdo, que empezará a regir el 1º de enero de 2019, los 143 trabajadores del contrato sindical serán formalizados y vinculados directamente a la empresa, y tendrán el amparo de una convención colectiva que ya también fue negociada y firmada, la cual recoge todos los beneficios extralegales del contrato sindical y otras gabelas adicionales.

Se recuerda que Sintraelecol se vio obligado a tomar este contrato sindical en enero de 2005, como fórmula de salvación del empleo de los trabajadores de Termopaipa, en aquel momento adscrita a la Electrificadora de Boyacá, empresa que atravesaba una crisis que la tenía al borde de su liquidación. Lo que no calcularon fue que ese contrato sindical se extendiera por tanto tiempo: 14 años.

Pablo Santos, quien hasta la semana pasada fungió como presidente nacional de Sintraelecol, y quien lideró la lucha de los trabajadores de Termopaipa para acabar con el contrato  sindical, manifestó su satisfacción por el arreglo al que finalmente se llegó con Gensa, la empresa estatal que en 2005 absorbió a Termopaipa.

Según Santos, con su vinculación directa a Gensa los trabajadores no solo ganaron estabilidad, sino que sus ingresos y beneficios económicos aumentaron un 16% con respecto a los que tenían con el contrato sindical.

Además –y es un aspecto importante– Sintraelecol se quita la carga de tener que administrar un contrato sindical cuya cuantía anual supera los $9 mil millones. Lo que lo estaba desnaturalizando, toda vez que administrar capital y contratar trabajadores no son funciones de los sindicatos. Éstos están es para defender a los trabajadores de los atropellos de las empresas y del capital.

Hace dos años empezamos la lucha frontal para eliminar el contrato sindical, tan fuerte que estuvimos a punto de parar la planta. Finalmente la empresa pudo superar unas dificultades financieras que tenía y pudimos llegar a un arreglo”, señaló Pablo Santos.

El dirigente explicó que tras el acuerdo de formalización de los trabajadores ante el Ministerio de Trabajo, por el cual pasan del contrato sindical a contratos laborales a término indefinido, Gensa y Sintraelecol acordaron firmar un otrosí que permitiera que los trabajadores se afiliaran a Sintraelecol y pudieran acceder a una convención colectiva que preservara los derechos extralegales que ya tenían en el contrato sindical, más otros adicionales, y garantizara estabilidad a quienes están a 4 años de pensionarse. Esta convención también aplica a los 26 trabajadores directos que ya tenía Termopaipa.

 Los antecedentes

Producto de la crisis del sistema eléctrico colombiano en la década de los 90, que empezó con un apagón que duró más de un año, y las malas decisiones del gobierno nacional, Electropaipa entró en una crisis aguda. Al punto que el Ministerio de Hacienda prácticamente quedó como su propietario por las continuas inyecciones de capital que debía hacerle para cubrir sus pérdidas.

Para el año 2005 la mala situación de esta empresa se hizo insostenible, por lo cual al gobierno solo le quedaron dos opciones: liquidar la empresa y acabar con todos los puestos de trabajo que generaba, o pasarla a Gensa, una empresa generadora de energía recién creada en esos años. Pero para trasladarla a Gensa debía estar en ceros, es decir, los trabajadores debían renunciar a sus contratos de trabajo y a su convención colectiva.

En una tortuosa asamblea los trabajadores por amplia mayoría aceptaron el trato a fin de salvar la empresa y sus puestos de trabajo, pero no bajo contratos de una cooperativa de trabajo asociado, que fue la oferta inicial, sino por contrato sindical, una antigua figura de contratación para ese momento en desuso.

El 1º de mayo de 2005 se firmó el contrato sindical, con unas características muy particulares, según lo explica Pablo Santos, pues trataron de que fuera lo más parecido al contrato laboral establecido en el Código Sustantivo del Trabajo. Por ejemplo, los  excedentes no eran para Sintraelecol como administrador del contrato sindical, sino para los trabajadores en forma de beneficios sociales. Al sindicato solo le entraba la cuota sindical del 1%.

Además se firmó por tiempo indefinido, con una cláusula de finalización solicitada por alguna de las partes, y cada año se le agregaba un otrosí para actualizarlo. De esa manera los trabajadores fueron consiguiendo beneficios extralegales, como primas de diciembre y de vacaciones, becas universitarias por el 70% del costo de la matrícula, pago del 100% de las incapacidades médicas, entre otros.

De esa manera durante 14 años Sintraelecol prácticamente coadministró a Termopaipa con Gensa, empresa que distribuye y comercializa los 170 megavatios de energía eléctrica que produce esta planta a partir del carbón.

La batalla final

Hasta que llegó el momento en que Sintraelecol, siguiendo las directivas de la CUT, central de la cual es filial, en el sentido de eliminar los contratos sindicales, inició con fuerza la lucha para acabar con el contrato sindical en Termopaipa, en contra del querer de Gensa, que quería continuarlo.

Para ello se valió de la cláusula que determinaba que el contrato se podía terminar a solicitud de una de las partes, y ante el Ministerio de Trabajo denunció el contrato sindical como una forma de tercerización ilegal, lo que llevó al Ministerio de Trabajo a iniciar una investigación administrativa por tercerización ilegal contra Gensa, bajo el entendido de que todas las actividades en Termopaipa son misionales.

Pero no todo fueron trámites jurídicos, porque el sindicato también presionó con la amenaza de paralizar la planta termoeléctrica si no se aceptaba su demanda de acabar con el contrato sindical, según afirmó Pablo Santos.

Y así, la semana pasada, se llegó al episodio final: la firma del acta de formalización de los trabajadores y el fin del contrato sindical en Termopaipa. Sin duda un importante logro de Sintraelecol, en cuya presidencia ya no está Pablo Santos, quien después de 7 años de desempeñarse en este cargo lo entregó a Eriberto Avendaño, elegido el 14 de noviembre como nuevo presidente de esta organización sindical.


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